lunes, 15 de febrero de 2016

Las discriminatorias plazas del pueblo Nac & Pop







14/02/2016


(La Misère Porc, pide mil disculpas por tener que publicar la fotografía de estas dos basuras repugnantes.)

Por Juan Manuel Otero


Se enriquecieron haciendo shows en los que endiosaban al gobierno más corrupto de la historia argentina. Fueron generosamente compensados con dineros públicos, siempre invitados a la primera fila de la claque en cada acto oficial, sus patéticos y forzosamente entusiastas aplausos llenaban la pantalla festejando las incalificables arengas presidenciales y amenazas hacia el resto de los argentinos que no adheríamos a sus políticas engañosas y destructivas del ser nacional.

Pero eso se acabó y ahora tendrán que volver al sistema tradicional, ya no habrá más regalos palaciegos. Sus respectivos representantes tendrán que salir al ruedo a buscar trabajo.

Y a eso no están acostumbrados.

Bajo cierto punto de vista es comprensible su indignación: el trabajar y competir en igualdad de condiciones con retribuciones razonables no es lo suyo.

Les falta el generoso y dictatorial mecenas.

Y ahora llaman a concurrir a “las plazas del pueblo”. Como si el pueblo fueran sólo ellos y el resto de los argentinos continuemos siendo “el enemigo a combatir”.

La pretenciosa consigna es “en defensa de la alegría, el trabajo y la libertad”.

Me parece razonable que intenten esparcir alegría, pero no creo que tengan condiciones como para dedicarse al trabajo, llevan sobre sus espaldas más de una década recibiendo generosas y discriminatorias becas.

Y en cuanto a la libertad, no tienen por lo visto la menor idea de lo que ella representa.

Si la libertad la disfrutan unos y no otros, no es libertad, es esclavitud. Si el derecho lo gozan unos y no otros no es derecho, es privilegio.

Han pasado tres períodos de gobiernos constitucionales sin abrir la boca por los abundantes despidos a divergentes ideológicos del régimen o a quien osare hacer crítica, fueron doce años de sumisión a las más abyectas doctrinas persecutorias, años de patéticas adhesiones al poderoso caballero don dinero a cambio de ensalzar la más discriminatoria política llevada a cabo en nuestra Patria, mirando para otro lado cuando artistas, periodistas, locutores, etc. eran echados por no comulgar con semejante régimen disfrazado de “Nacional y Popular”.

Nunca adhirieron ni llamaron a “la plaza del trabajo y la libertad” cuando colegas eran despedidos o directamente ninguneados bajo vergonzosas calumnias. Su silencio cobarde de ayer, resulta hoy simplemente patético y resta credibilidad a esta proclama.

Muchachos, les deseo éxito en esta convocatoria; me alegro, porque los choferes de colectivos tendrán oportunidad de ganarse unos pesos honestamente llevando “voluntarios militantes” a las plazas, pero no me vengan con estúpidas consignas pasadas de moda.

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