viernes, 26 de febrero de 2016

Un juez que se aferró al sillón





27/02/16 - 01,15




En diciembre, anunció con bombos y platillos que se iba para esquivar la catarata de denuncias en el Consejo de la Magistratura. Hábil como pocos, Oyarbide se anticipó al nuevo gobierno, que pretendía sacarlo como una señal positiva para “depurar” el fuero federal. Mauricio Macri nunca le va a perdonar el procesamiento por las escuchas.
 Luego de escuchar a los emisarios del juez, el Gobierno le aprobó la jubilación de manera exprés. Pero la feria judicial de enero lo hizo reflexionar. Ahora Oyarbide se aferró al sillón. Y trata de mandar señales para ganar tiempo. La primera fue el procesamiento de Amado Boudou por el caso de dádivas.
 El fallo sorprendió mucho al ex presidente, que sigue mascullando bronca. “Gordo, quedate tranquilo que en esta (causa) te saco bien”, le dijo Oyarbide el día que le tomó la indagatoria. 
En el Gobierno todavía esperan una señal positiva del excéntrico magistrado. La sensación en Comodoro Py es bien distinta: “Se dio cuenta que no renuncia nadie y ahora está tratando de sumar puntos para quedarse”, razonó uno de sus colegas que no lo quiere. ¿Aguantará?

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