jueves, 25 de febrero de 2016

ADIOS A LA MISERICORDIA







25 de Febrero del año 2016 - 1375

Ayer publiqué un artículo titulado "Adios a la libertad", mostrando de qué manera Macri quiso mostrar su rechazo al pedido de indulto que le hice en mi carta del 26 de Enero (que me consta que leyó y derivó a su cómplice Avruj, el perseguidor “secretario de los derechos humanos”).

Expliqué también en ese artículo que lo que pensé sería una avalancha de cartas pidiendo la libertad de los secuestrados políticos por medio del indulto, resultó ser un gemido inaudible de diez personas, fácilmente ignorado por Macri y sus cómplices. A que ese vacío se produjera contribuyeron los supuestos defensores de los secuestrados políticos que "boicotearon" mi propuesta y hasta me insultaron por haberla hecho alegando que pedir el indulto para ellos era un insulto.

No sirvió de nada que previamente hubiera explicado  en cuatro artículos de "La botella al mar", del1370 al 1373 inclusive, por qué el "indulto" pedido no implica el reconocimiento de algún delito sino el restablecimiento de la Justicia denegada por jueces prevaricadores que siguen todos en sus cargos, que jamás revocarán sus criminales resoluciones y que es el único medio de conseguir la libertad de todas las víctimas de inmediato.

Eso me llevó a  considerar que las posibilidades de que los secuestrados sean liberados sean prácticamente nulas. Por eso titulé el artículo. "Adios a la libertad".

Me refería a la libertad de los secuestrados, pero ese "adios" vale para la libertad de todo argentino de bien que incurra en el odio de estos tiranuelos "sin-corbata-cancheros", personajes nefastos y sin pudor, que fingen gobernar el país cuando en realidad son custodios momentáneos del poder para devolverlo  a una izquierda peor que la anterior, cuando salgan huyendo como ratas por tirante o sean expulsados con deshonor. El miedo que le tienen a la izquierda quedó evidente ayer (24/2/2016) cuando no fueron capaces de sacar ni un solo policía a la calle de la que se adueñó aquella con soberbia insolente.

Nadie (excepto una valiente carta del Sr. Dante Calori y otra de un argentino que vive en Venezuela),  ni siquiera los camaradas de las víctimas, han mostrado el menor interés en el asunto con un desprecio por el dolor ajeno que me obliga a reconocer que eso de la "misericordia" cuyo jubileo ha declarado el Papa es una mentira.

El Papa y los Obispos no hacen sino hablar de la misericordia, pero no han dicho ni una palabra para pedir a libertad de los secuestrados políticos que sufren la tortura de un encierro injusto e ilícito que, en algunos casos, ya dura 12 años. ¿Ellos no merecen misericordia?

Lo cierto es que bastaría con que se cumplieran la Constitución, los Tratados y las leyes para que esa libertad fuera dispuesta de inmediato, pero si el Papa y los Obispos alegaran que no entienden de leyes, al menos deberían haber mostrado con un gran clamor a favor de los secuestrados que son sinceros cuando exhortan a la misericordia, en especial con los "marginados", porque en este país no hay nadie más marginado que esos desdichados sin esperanzas de justicia en medio de un país de cobardes despiadados.

Hubo cientos de cartas de lectores reclamando contra el envío por el Papa de un Rosario a Milagro Sala, la delincuente jujeña. Esas personas que se indignan con ese gesto inaudito del Papa, ¿no deberían haber protestado con mucho más razón por el silencio del Papa frente al drama de los secuestrados políticos de los cuales ya han muerto 366 por homicidio de Estado, siendo que así como están los cosas lo más probable es que el resto de los  cerca de 2.000 que siguen presos, mueran también detrás de las rejas? ¿Y no son dignas de misericordia las familias de esas víctimas que años a tras año, con frío o calor, en la pobreza y el dolor, sufren la ausencia de los suyos y los visitan con gran sacrificio todos los días que les dejan verlos, sufriendo humillaciones de todo tipo en esas visitas?

Es decir, no sólo el Papa y los Obispos muestran falta de misericordia, sino también los argentinos en general porque son capaces de escribir a un diario para protestar por el Rosario mandado a Milagro Sala pero no sienten necesidad alguna de mandar una carta a Macri pidiendo la libertad inmediata de esos secuestrados de tiempo interminable. Sin embargo, se enternecen hasta las lágrimas (de cocodrilo) con el Jubileo de la "misericordia" y con el Papa misericordioso que lo proclamó. Es decir, esa supuesta misericordia es falsa. La misericordia se acabó. Adios a la misericordia.

Cosme Beccar Varela 


El presente artículo del Dr. Cosme Beccar Varela es publicado en La Misère Porc, por gentileza de su autor.  

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