viernes, 26 de febrero de 2016

Aníbal y el regreso de los hackers (parte II)







25/02/2016

EL CASO DE EZEQUIEL FARACOVI, EL ESTAFADOR

Investigación de
Christian Sanz

Hace un par de semanas, publiqué la primera parte de una investigación que reveló la oscura estrategia de Aníbal Fernández para despegarse de las causas judiciales que lo jaquean: por un lado, el triple crimen de General Rodríguez; por el otro, la ruta de la efedrina.


A esos efectos, contrató a un grupo de “operadores” de baja gravitación, para que erosionaran la credibilidad de aquellos que complicamos al exjefe de Gabinete.  No solo han dicho barbaridades sobre mi persona, sino también sobre colegas como Jorge Lanata y Nicolás Wiñazki.

También los enroló a efectos de que instalen la idea de que él no es el famoso “Morsa” que aparece mencionado por doquier en ambos expedientes.

Lamentablemente para Aníbal, la treta no funcionó. No solo lo dejé expuesto junto a sus “sicarios” mediáticos, sino que además terminaron todos denunciados por amenazas en la justicia penal.

Lo que pasó entonces fue surrealista: los cuatro esbirros de Aníbal prometieron que me vendrían a buscar para cobrar venganza y hasta juraron que me harían una presentación por calumnias e injurias por lo que yo había publicado. Ni una cosa ni la otra ocurrieron finalmente. Truchos hasta en eso.

Dicho sea de paso, a uno de los bribones, Minzer, le hice cerrar su cuenta de Twitter. Es la segunda vez que lo hago, pero no escarmienta.

Como sea, en esta nota, y las siguientes, voy a explicar quién es quién, uno por uno. Para dejar en claro hasta dónde puede llegar Aníbal a la hora de despegarse de las acusaciones en su contra y embestir contra quienes lo hemos expuesto oportunamente.

El amigo de Aníbal

El caso de Ezequiel Faracovi, es tan sorprendente como patético. Su defensa a Aníbal Fernández es de un esfuerzo sobrehumano… siempre a sueldo, claro.

Lo curioso es que le gusta sostener que no tiene nada que ver con el exjefe de Gabinete y que no lo defiende. Para refutarlo, no hace falta ninguna maniobra extraña: basta mirar su cuenta de Twitter.

Aparte de su irrestricta defensa a uno de los mayores narcotraficantes que tuvo la Argentina, Faracovi tiene toda una colección de fotos con la “narcomorsa”. A continuación, algunas de ellas:




Por si no bastara todo lo ya mencionado, basta repasar un chat que Faracovi tuvo el 31 de diciembre de 2015 con Gabriel Brito, salpicado y luego sobreseído en el expediente de la mafia de los medicamentos.

Allí, en una extensa conversación, que ninguno de los protagonistas pueden refutar, Faracovi confiesa: “Yo lo quiero mucho a Aníbal y lo defiendo”. También admite: “Con 26 años no llegue a donde llegue por boludo (sic)”.

En el mismo chat, Brito le pregunta al “amigo” de la narcomorsa si opera para este. Su respuesta es hilarante: “Jaja confía en mi”, le dice… eso sí, sin negar la versión.
Insiste Brito más adelante: “En definitiva, operás para Aníbal”. Faracovi no deja de sorprender: “Lo dejo a tu criterio.....”.

Luego, aparece todo un hallazgo en la conversación, en la cual me mencionan. “¿Sabes vos quién es Sanz?”, pregunta Brito.

Faracovi admite: “No, solo lo conozco que lo querelló Aníbal a él en dos oportunidades, y Aníbal perdió las dos querellas jaja”.

Lo curioso es que, a través de su cuenta de Twitter, este último se cansó de decir que el exjefe de Gabinete me había ganado uno de los juicios que me había iniciado, tratándome de mentiroso.

Estafador de menores

Como dije, Faracovi es todo un caso. Como ya expliqué es todo un especialista en estafas a través de agencias de viaje. La primera fue a mediados de 2013 cuando complicó a un grupo de quinceañeras que querían viajar a Disney.

La segunda —y tercera, podría decirse—  fue el año pasado cuando dejó un tendal de damnificados de Pehuajó y Bolivar a través de una nueva agencia (trucha). Aún los padres recuerdan a Faracovi en estado catatónico repitiendo incesantemente “las nenas van a viajar; las nenas van a viajar”.


Como dije, se trata de un personaje pocas veces visto. Metido en escándalos impensados, como la muerte de Ricardo Fort. ¿No me creen? Vean por ustedes mismos:

 
En fin, este verdadero personaje, cuya reputación puede verse con la simple búsqueda a través de su CUIT —20-34382931-1—, es una de las espadas de Aníbal Fernández. Uno de sus principales defensores.

En sucesivas notas, contaré cuáles son las otras espadas del exjefe de Gabinete. Iguales o peores que el ya entrañable Faracovi. 

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