martes, 23 de febrero de 2016

Macri no quiere hablar de la herencia y paga las consecuencias






23/02/2016


Por Guillermo Cherashny


Siguen las dudas sobre si el presidente el 1 de marzo, al inaugurar las sesiones legislativas, le dedicará un tiempo importante a mencionar la pesada herencia que le condiciona su gobierno, ya que la actual estanflación se agrava precisamente por la inflación reprimida, que genera una caída de la actividad basada en una caída del consumo.

En enero, la actividad cayó el 1,9% y ayer Acindar anunció que suspende sus actividades por 10 días por la crisis brasileña; y el dólar tocó cerca de los $ 15,50 después que el jueves el BCRA interviniera con 40 millones de dólares logrando bajarlo a $ 15,10. Pero está claro que el tipo de cambio no es competitivo y por eso sube; y encima no se cerraron las paritarias.

También puede influir en esa suba la discusión en el propio gobierno entre gradualistas y ortodoxos, es decir Marcos Peña, Durán Barba, el propio Macri y Prat Gay, que día a día dan marcha atrás en muchas medidas, como la frustrada oferta a los docentes que hizo Esteban Bullrich y que Peña y Macri se la voltearon después de avalarlo.

La última es la suba del mínimo no imponible, y ahora el gobierno revisará los 100.000 jubilados que entraron a pagar y que Nicolás Massot, jefe del bloque PRO en diputados, dijo que están dispuestos a debatir la modificación de las escalas, como pide la oposición seria como el Frente Renovador y el flamante bloque justicialista.

Lo que demuestra el gobierno es falta de convicción en medidas que anuncia y después retrocede, como en el protocolo de protestas, que tiene gran apoyo en la población, y Marcos Peña ahora, después de las críticas “progres”, pidió una consulta popular para hacer modificaciones.

No hay duda de que el macrismo les teme a las críticas del autodenominado “progresismo” hegemonizado por el cristinismo, los troskos y cierta intelectualidad de izquierda, ya que el gobierno no quiere saber nada con que lo califiquen de derecha, como si fuera una mala palabra, y deja montones de kirchneristas en toda la administración; cede ante los aprietes de Estela de Carlotto y no piensa recibir a los familiares de las víctimas de la guerrilla, que son mas de un millón y medio de votos que lo apoyaron masivamente en las PASO, primera y segunda vuelta, y se sienten traicionados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario