viernes, 6 de diciembre de 2019

Gata parida con un ganador

Clarín



06/12/2019 - 22:33


Gata parida con un ganador


Gabriel Delgado era el candidato en Agricultura hasta que, de pronto, Alberto Fernández optó por Basterra.



Luis Basterra juró este miércoles como diputado nacional: renovó su mandato por Formosa. Pero Alberto Fernández lo quiere en su Gabinete.



 Ricardo Kirschbaum
                                     Del editor al lector

La afirmación de Alberto Fernández acerca de la prescindencia de Cristina Kirchner en el armado del gobierno es ya una anécdota más de las que en esta materia suele ofrecer la política. La realidad dijo otra cosa aunque la presunta injerencia de la ex presidenta muchas veces puede haber sido usada como una coartada para decisiones cuya fuente no precisamente surgieron de la futura vicepresidenta. No se sabe, todavía, si en el caso del ministro de Agricultura ocurrió eso: aludir a un veto que no fue tal para meter a un candidato por compromisos previos o cálculos políticos que no quedan claros, a pesar de que lo tratan de explicar.


El campo espera que le caigan más retenciones. No es el único sector que se pronostica y le pronostican aumentos de impuestos, pero ahí en esa relación hay una tensión que nunca se aflojó del todo con Cristina Kirchner. Que en su libro “Sinceramente” la ahora vicepresidenta haya cargado la famosa 125 sobre las espaldas de su entonces ministro Martín Lousteau, ahora en la vereda política de enfrente, no es sapo que el campo acepte tragarse. Después de todo, también suena para ministro de Economía Martín Abeles, el redactor fáctico de la 125.

Las versiones iniciales sobre este ministerio clave por economía y por política apuntaban a Gabriel Delgado, de quien se sabía que venía armando planes y equipos dentro del círculo más cercano a Alberto Fernández. Pero además se encargó de mantener contactos fluidos con las entidades del campo, que tienen un buen concepto de él. Se dice que, además, Delgado tenía el apoyo de La Cámpora.


En esos planes y equipos Delgado había incorporado a Luis Basterra, muy cercano al gobernador Insfrán, como todo el mundo sabe, muy cercano desde siempre a Cristina Kirchner. Basterra ha sido descripto como un kirchnerista que defendió a rajatabla la 125 y que luego moderó sus críticas a las entidades ruralistas desde la Cámara de Diputados, logrando reconstruir la relación.

Hubo un enroque o hubo un contragolpe. De colaborador de Delgado, Basterra pasó a candidato principal. Propósito: poner un ministro con eventual perfil más político que técnico, en esa cartera que no va a ser nada fácil. Si Cristina se presenta dura (y lo es) no menos duro suele ser el campo. Para no desairar al ya desairado, le habrían ofertado a Delgado ser segundo de Basterra. Dijo que no.

Todo esto significa que hubo una gata parida por el cargo, para el que también se había mencionado a Dardo Chiesa, de CRA, lo que no tenía ninguna andadura.

¿Por qué estas idas y vueltas? Fernández habría querido tener un gesto hacia los gobernadores, explican. Basterra, que se reunió con el presidente electo, vendría a representarlos (o a representar a Insfrán, que también se llevó la jefatura del bloque de senadores del oficialismo). Al mismo tiempo, también habría tenido un gesto con el tucumano Manzur, aceptando una de sus propuestas.

Lo que ya se ha dado en llamar la franja amarilla, el cinturón central desde Entre Ríos a Mendoza que votó a Macri en las presidenciales, que además de amarilla es la más rica del país, esperaba otro interlocutor para un diálogo que se presenta con dificultades pero que se planteará. Todos estos argumentos los escuchó el presidente electo que, hasta este jueves por la noche, seguía pensando en Basterra como el futuro ministro que sería anunciado el viernes. Delgado buscaba otro destino que no se vea afectado por alguna futura crisis con el campo.

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