Así como el inefable e incalificable Aníbal “Baúl” Fernández admitió
ser “duhaldista portador sano”, para seguir reciclándose sin pudor
alguno, actualmente otros oscuros personajes que fueran luminosos
satélites en el universo KK pretenden, descaradamente, seguir sus
sinuosas carreras políticas insertándose en la supuesta “oposición”.
Baste ver el rejunte de impresentables que acompañan a Sergio Massa,
para darnos cuenta que hay gente que no tiene vergüenza ni escrúpulos.
Sólo pensar que Graciela Ocaña, que fuera Ministro de Salud de la presidente desde el 2007 hasta el 2009, pretenda convencer al electorado porteño que la vote para ser legisladora, demuestra el reciclado constante de estos personajes que viven del Estado.
La contadora Graciela “Hormiguita” Ocaña, de ser colaboracionista del régimen KK pasó sin escalas -supuestamente- a la vereda de enfrente, y digo supuestamente ya que la misma resulta funcional a los intereses de la CdT (la Chirusa de Tolosa) y su banda cleptómana, por cuanto sólo se presenta como candidata para atomizar al electorado opositor, beneficiando directa e indirectamente a la Caja Robada.
Hoy vemos a la ex PAMI enarbolando las banderas de la lucha contra la corrupción kirchnerista, cuando durante dos años perteneció a la asociación ilícita gobernante, como si nunca se hubiese informado de los desastres cometidos desde el nefasto 25 de mayo de 2003 por parte de la insaciable tropa gubernamental.
Desde el 2003 hasta ser cooptada por los KK que la extrajeron del ámbito del ARI, donde militaba codo a codo con la Dra. Elisa Carrió, hasta el 2007 en que fuera designada Ministro de Salud del kirchnerato, nunca denunció nada, mucho menos durante sus dos años al frente del ministerio hasta que fuera “renunciada” en el 2009, rasgándose las vestiduras sosteniendo -según OKAÑA- que fue la propia CFK quien le pidiera que no avanzara denunciando a Juan José Zanola, lo que habría dado fin al idilio con su Jefa.
Es notable la capacidad que tienen algunos personajes de la fauna política autóctona para “camaleonarse” sin sonrojo alguno.
Dicho sea de paso, en mis pagos de Empedrado, Provincia de Corrientes, los paisanos dicen que “al bicho se lo conoce por la cagada”, y fácil hubiese sido para mis comprovincianos vaticinar la traición de quien antes traicionara.
Quien hoy se presenta como impoluta, la ex Diputada y ex Ministro de Salud Contadora Graciela Okaña, tiene un oscuro pasado, y en su nuevo presente, cuando se amuchó con un nuevo espacio político que pretende utilizar como vehículo para reciclarse en otro cargo del estado, denominado CONFIANZA PÚBLICA, aparece en costosos e inmensos carteles que lucen en la vía pública su oferta electoral, viniendo al caso preguntarse de dónde sale tanto dinero para tan costosa publicidad.
Seguramente no de su peculio, ya que pretende mostrarse como una persona modesta, pero los cientos de miles de pesos que demanda la inversión en publicidad deben provenir de alguna actividad non sancta.
Como dirían los pibes de la calle, hoy ser oposición al gobierno kirchnerista “garpa más”, ya que ante el deterioro del cristinismo postkirchnerista, integrar la propia tropa implica acompañar -sin discutir y sin chistar- cualquier aventura gubernamental sin cobrar un solo peso de más, mientras que perteneciendo a la claque opositora, cada voto, cada levantada de brazo y cada genuflexión, se cotizan cada día más, aumentando proporcionalmente al dólar blue que, sólo para el gobierno emborrachado de poder, no existe.
Sólo pensar que Graciela Ocaña, que fuera Ministro de Salud de la presidente desde el 2007 hasta el 2009, pretenda convencer al electorado porteño que la vote para ser legisladora, demuestra el reciclado constante de estos personajes que viven del Estado.
La contadora Graciela “Hormiguita” Ocaña, de ser colaboracionista del régimen KK pasó sin escalas -supuestamente- a la vereda de enfrente, y digo supuestamente ya que la misma resulta funcional a los intereses de la CdT (la Chirusa de Tolosa) y su banda cleptómana, por cuanto sólo se presenta como candidata para atomizar al electorado opositor, beneficiando directa e indirectamente a la Caja Robada.
Hoy vemos a la ex PAMI enarbolando las banderas de la lucha contra la corrupción kirchnerista, cuando durante dos años perteneció a la asociación ilícita gobernante, como si nunca se hubiese informado de los desastres cometidos desde el nefasto 25 de mayo de 2003 por parte de la insaciable tropa gubernamental.
Desde el 2003 hasta ser cooptada por los KK que la extrajeron del ámbito del ARI, donde militaba codo a codo con la Dra. Elisa Carrió, hasta el 2007 en que fuera designada Ministro de Salud del kirchnerato, nunca denunció nada, mucho menos durante sus dos años al frente del ministerio hasta que fuera “renunciada” en el 2009, rasgándose las vestiduras sosteniendo -según OKAÑA- que fue la propia CFK quien le pidiera que no avanzara denunciando a Juan José Zanola, lo que habría dado fin al idilio con su Jefa.
Es notable la capacidad que tienen algunos personajes de la fauna política autóctona para “camaleonarse” sin sonrojo alguno.
Dicho sea de paso, en mis pagos de Empedrado, Provincia de Corrientes, los paisanos dicen que “al bicho se lo conoce por la cagada”, y fácil hubiese sido para mis comprovincianos vaticinar la traición de quien antes traicionara.
Quien hoy se presenta como impoluta, la ex Diputada y ex Ministro de Salud Contadora Graciela Okaña, tiene un oscuro pasado, y en su nuevo presente, cuando se amuchó con un nuevo espacio político que pretende utilizar como vehículo para reciclarse en otro cargo del estado, denominado CONFIANZA PÚBLICA, aparece en costosos e inmensos carteles que lucen en la vía pública su oferta electoral, viniendo al caso preguntarse de dónde sale tanto dinero para tan costosa publicidad.
Seguramente no de su peculio, ya que pretende mostrarse como una persona modesta, pero los cientos de miles de pesos que demanda la inversión en publicidad deben provenir de alguna actividad non sancta.
Como dirían los pibes de la calle, hoy ser oposición al gobierno kirchnerista “garpa más”, ya que ante el deterioro del cristinismo postkirchnerista, integrar la propia tropa implica acompañar -sin discutir y sin chistar- cualquier aventura gubernamental sin cobrar un solo peso de más, mientras que perteneciendo a la claque opositora, cada voto, cada levantada de brazo y cada genuflexión, se cotizan cada día más, aumentando proporcionalmente al dólar blue que, sólo para el gobierno emborrachado de poder, no existe.
Enrique Piragini
Presidente de A.R.I.E.L.ong
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