Lunes, 26 de Agosto de 2013 | 1:22
Paliza mediática dominical a Cristina: 10 ejemplos de que lo peor no llegó
Tiempos terribles para Cristina Fernández de 
Kirchner. Sin embargo, lo más grave es que ella no anticipó el deterioro que 
sufría su imagen pública y la de su Administración. Vaya si tuvo tiempo para 
anticipar el cruel presente: cuando ganó su reelección, en octubre de 2011, 
obtuvo su tope de popularidad. 
Sin embargo, ya en diciembre, cuando formalizó el 
inicio de su 2do. mandato consecutivo, su imagen pública ya comenzó a 
deteriorarse. 
Durante todo 2012, con la probable excepción de 2 meses, ella 
siguió retrocediendo. Y en 2013 se acentuó el proceso de degradación de su 
relación con la sociedad. Nunca quiso aceptar alguna 
corrección/rectificación/autocrítica.
Por lo tanto, se supone que ella se 
encuentra donde eligió estar.. pero esto todavía no es lo peor. Sin duda, es una 
de las coincidencias dominicales, muy negativas para con ella en la mayoría de 
los medios de comunicación del país. 
"(...9 De todos modos, no es 
Moreno el principal problema que tiene el Gobierno para encauzar la economía, 
más allá del carácter simbólico que adquirió la figura del secretario de 
Comercio por la tendencia argentina a encarnar en una persona la bronca 
colectiva. La Presidenta tiene ante sí, en rigor, una encrucijada de cuya salida 
dependerá el curso de los dos últimos años de su mandato. Y será vital un 
recambio más significativo que se proyecta en su elenco de 
colaboradores."
Paillet escribió, entre otras cuestiones, acerca de Daniel Scioli: 
recién llegado de un par de días en la casa del cantante Julio Iglesias, en 
Punta Cana, República Dominicana, el gobernador bonaerense aprovechó su rol de 
protegido circunstancial de Cristina Fernández de Kirchner, para dejar en claro 
que no trabaja ni por la reforma ni la re-re, y que ella concluye en 
2015:
"(...) De Scioli puede decirse que está acunando su dulce venganza. Los 
que antes lo apaleaban ahora están obligados a aplaudirlo. Fue él, y no otro, el 
encargado desde el espacio que los cobija a todos de dar a conocer la mala 
nueva: que la "re-re" está muerta, que Cristina se va de la Casa Rosada el 10 de 
diciembre de 2015, y que lo que hay que hacer es ayudarla para que termine su 
mandato lo mejor parada posible. Una frase que, bien leída, pudo querer decir 
también que, si no la ayudan ellos y el resto de los actores políticos, sociales 
y empresarios, la doctora en una de esas puede terminar mal sus ocho años al 
frente del poder. Y es nada menos que Scioli, según firmes constancias de 
fuentes platenses, el que sugirió a la Casa Rosada que dejen la campaña 
electoral hacia octubre en sus manos, lo que equivale a decir, sin decirlo, que 
es mejor que la presidenta no se meta tanto en los actos, porque en una de esas 
se comprueba otra vez en las urnas que ella genera rechazo en los ciudadanos por 
sus vicios de soberbia y autoritarismo. El peor de ellos, que el gobernador 
habría esgrimido en esas charlas, la dura ofensa de Tecnópolis no a Massa y el 
resto de los candidatos de la oposición, a los que llamó "suplentes", sino a los 
millones de personas que los votaron en Buenos Aires y en el resto del 
país.
Ese mismo rechazo social a la figura de la presidenta es el que, por 
cuerda separada, complicaría los planes de Scioli de empezar a mostrarse con 
chapa de sucesor, y antes de verdadero jefe de campaña de aquí al 27 de octubre. 
Ya habíamos visto el fastidio, teñido de rencor, que generó la presidenta en 
gobernadores e intendentes de un peronismo que para colmo empieza a oler sangre 
y decodifica como ninguno las señales sobre el final del mandato que todo 
avizoran. Quizá como último tributo, y para no despegarse tan abiertamente de su 
perfil de eterno subordinado fiel y leal, Scioli lanzó la idea de una reunión de 
todos los integrantes del Partido Justicialista a nivel nacional, que preside 
desde la muerte de Néstor Kirchner, de la que debería salir un documento de 
apoyo a Cristina Fernández y en defensa de su gestión de gobierno frente a los 
presuntos ataques de sectores corporativos tradicionales. 
A los que ella y sus fanáticos en las largas horas de insomnio después 
del 11 de agosto acusan de querer sacarla de la Casa Rosada mediante un golpe de 
Estado. Scioli, en un primer chequeo, recibió más rechazos que voluntades. No 
todos están dispuestos, le dijo un gobernador que hasta hace un tiempo soñaba él 
también con la sucesión, a repetir lo mismo de siempre: firmar cartas de apoyo o 
hacer de aplaudidores mientras ella los ningunea y hasta los culpa en privado de 
la derrota de las PASO en tradicionales bastiones del Frente para la Victoria. 
Cuando la lectura que hace ese gobernador y otros colegas suyos y poderosos 
intendentes del conurbano bonaerense es exactamente al revés: perdieron porque 
la presidenta provoca rechazos allí donde en 2011 "la habían votado hasta los 
perros", según textual frase de ese caudillo provincial. (...)".
El matutino rionegrino, el más influyente en la Patagonia, eligió 
como tema precisamente a Scioli, y cómo el gobernador protagonizó el fin de 
semana mediático con su declaración acerca de Cristina, para desazón del Frente 
para la Victoria, que ahora no puede atacarlo, con octubre por delante y Scioli 
como único aliado para sostener a Martín Insaurralde, candidato N°1 a diputado 
nacional en territorio bonaerense:
"Fiel a su estilo, el gobernador bonaerense Daniel Scioli se las 
ingenió para agitar el mundillo político nacional con una manifestación efusiva 
de apoyo a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que, como a buen seguro 
comprendía, entrañaba un mensaje que la destinataria hubiera preferido no 
recibir. (...) 

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