domingo, 25 de agosto de 2013

UNA PRESIDENTA EN CAÍDA




Paliza mediática dominical a Cristina: 10 ejemplos de que lo peor no llegó

Tiempos terribles para Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, lo más grave es que ella no anticipó el deterioro que sufría su imagen pública y la de su Administración. Vaya si tuvo tiempo para anticipar el cruel presente: cuando ganó su reelección, en octubre de 2011, obtuvo su tope de popularidad. 
Sin embargo, ya en diciembre, cuando formalizó el inicio de su 2do. mandato consecutivo, su imagen pública ya comenzó a deteriorarse. 
Durante todo 2012, con la probable excepción de 2 meses, ella siguió retrocediendo. Y en 2013 se acentuó el proceso de degradación de su relación con la sociedad. Nunca quiso aceptar alguna corrección/rectificación/autocrítica.
Por lo tanto, se supone que ella se encuentra donde eligió estar.. pero esto todavía no es lo peor. Sin duda, es una de las coincidencias dominicales, muy negativas para con ella en la mayoría de los medios de comunicación del país.


"(...9 De todos modos, no es Moreno el principal problema que tiene el Gobierno para encauzar la economía, más allá del carácter simbólico que adquirió la figura del secretario de Comercio por la tendencia argentina a encarnar en una persona la bronca colectiva. La Presidenta tiene ante sí, en rigor, una encrucijada de cuya salida dependerá el curso de los dos últimos años de su mandato. Y será vital un recambio más significativo que se proyecta en su elenco de colaboradores."





Paillet escribió, entre otras cuestiones, acerca de Daniel Scioli: recién llegado de un par de días en la casa del cantante Julio Iglesias, en Punta Cana, República Dominicana, el gobernador bonaerense aprovechó su rol de protegido circunstancial de Cristina Fernández de Kirchner, para dejar en claro que no trabaja ni por la reforma ni la re-re, y que ella concluye en 2015:


"(...) De Scioli puede decirse que está acunando su dulce venganza. Los que antes lo apaleaban ahora están obligados a aplaudirlo. Fue él, y no otro, el encargado desde el espacio que los cobija a todos de dar a conocer la mala nueva: que la "re-re" está muerta, que Cristina se va de la Casa Rosada el 10 de diciembre de 2015, y que lo que hay que hacer es ayudarla para que termine su mandato lo mejor parada posible. Una frase que, bien leída, pudo querer decir también que, si no la ayudan ellos y el resto de los actores políticos, sociales y empresarios, la doctora en una de esas puede terminar mal sus ocho años al frente del poder. Y es nada menos que Scioli, según firmes constancias de fuentes platenses, el que sugirió a la Casa Rosada que dejen la campaña electoral hacia octubre en sus manos, lo que equivale a decir, sin decirlo, que es mejor que la presidenta no se meta tanto en los actos, porque en una de esas se comprueba otra vez en las urnas que ella genera rechazo en los ciudadanos por sus vicios de soberbia y autoritarismo. El peor de ellos, que el gobernador habría esgrimido en esas charlas, la dura ofensa de Tecnópolis no a Massa y el resto de los candidatos de la oposición, a los que llamó "suplentes", sino a los millones de personas que los votaron en Buenos Aires y en el resto del país.


Ese mismo rechazo social a la figura de la presidenta es el que, por cuerda separada, complicaría los planes de Scioli de empezar a mostrarse con chapa de sucesor, y antes de verdadero jefe de campaña de aquí al 27 de octubre. Ya habíamos visto el fastidio, teñido de rencor, que generó la presidenta en gobernadores e intendentes de un peronismo que para colmo empieza a oler sangre y decodifica como ninguno las señales sobre el final del mandato que todo avizoran. Quizá como último tributo, y para no despegarse tan abiertamente de su perfil de eterno subordinado fiel y leal, Scioli lanzó la idea de una reunión de todos los integrantes del Partido Justicialista a nivel nacional, que preside desde la muerte de Néstor Kirchner, de la que debería salir un documento de apoyo a Cristina Fernández y en defensa de su gestión de gobierno frente a los presuntos ataques de sectores corporativos tradicionales. 


A los que ella y sus fanáticos en las largas horas de insomnio después del 11 de agosto acusan de querer sacarla de la Casa Rosada mediante un golpe de Estado. Scioli, en un primer chequeo, recibió más rechazos que voluntades. No todos están dispuestos, le dijo un gobernador que hasta hace un tiempo soñaba él también con la sucesión, a repetir lo mismo de siempre: firmar cartas de apoyo o hacer de aplaudidores mientras ella los ningunea y hasta los culpa en privado de la derrota de las PASO en tradicionales bastiones del Frente para la Victoria. Cuando la lectura que hace ese gobernador y otros colegas suyos y poderosos intendentes del conurbano bonaerense es exactamente al revés: perdieron porque la presidenta provoca rechazos allí donde en 2011 "la habían votado hasta los perros", según textual frase de ese caudillo provincial. (...)".





El matutino rionegrino, el más influyente en la Patagonia, eligió como tema precisamente a Scioli, y cómo el gobernador protagonizó el fin de semana mediático con su declaración acerca de Cristina, para desazón del Frente para la Victoria, que ahora no puede atacarlo, con octubre por delante y Scioli como único aliado para sostener a Martín Insaurralde, candidato N°1 a diputado nacional en territorio bonaerense:


"Fiel a su estilo, el gobernador bonaerense Daniel Scioli se las ingenió para agitar el mundillo político nacional con una manifestación efusiva de apoyo a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que, como a buen seguro comprendía, entrañaba un mensaje que la destinataria hubiera preferido no recibir. (...)

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