Debió meditar mejor y más las cosas, el matrimonio Kirchner, antes de iniciar, en 2008, su guerra a muerte contra Clarín. Con tantos sociólogos y analistas que revistan en las filas del kirchnerismo, es inexplicable que ninguno haya intuido que, teniendo tantas miserias para ocultar, se hayan embarcado en una lucha donde llevaban todas las de perder.
Buena parte de las acusaciones que el gobierno ha lanzado, en estos años, sobre Clarín, son ciertas. Pero las han tergiversado hasta el absurdo, llegando a inventar todo un relato siniestro que, a medida que se magnificaba, perdía credibilidad.
Hay que estar muy loco para entablar una guerra contra un oligopolio mediático, habiendo sido uno tan corrupto. Si usted anda por las vida robándose un país a plena luz del día, y dejando su ADN en cada cuenta, empresa off shore y negociado, no tiene forma de ganarle la contienda al periodismo.
Porque lo único que su rival necesita, para vencerlo, es decir, la verdad.
La contraofensiva del grupo resulta letal para el gobierno kirchnerista. Jorge Lanata es el representante olímpico de Clarín en la batalla final, y le da la victoria. Aplasta a Cristina Kirchner, y desnuda el patetismo de quienes gastaron toda su astucia en perpetrar los robos, pero no se tomaron la molestia de cubrir sus huellas.
Lo que está haciendo Lanata es bastante simple. Se trata de recoger todo lo que desde la política se ha señalado y denunciado, respecto de la corrupción del kirchnerismo, para exhibirlo pública y descarnadamente por TV. Y llega en el momento exacto, cuando la economía flaquea y abre las puertas para que una parte de la población adicione más broncas, a las que vienen del bolsillo.
Esta fase final de la contienda se estructura desde varios frentes originalmente inconexos, pero que terminaron convergiendo en una misma cosa.
La gente en las calles, desde septiembre de 2012, le dio oxígeno a una justicia maniatada, y a una oposición aletargada. Y también sustentó, tácitamente, la posición de Clarín. De a poco todos se comenzaron a animar, y el repudio que se originó en las clases medias, terminó siendo generalizado, tal como se apreció en las PASO de Agosto 2013.
Hay que decir con toda la claridad que se encuentre, que la debacle del gobierno de Cristina Kirchner tiene a la mala conducción de la economía como epicentro. Y que todo lo demás, lo que conforma el combo de bronca y voto en contra, viene después.
También hay que decir que los mensajes que propalan desde uno y otro bando, no son del todo ciertos, ni del todo falsos.
El gobierno dice que hay un golpe de estado mediático, y que se está inventando una falsa situación. Y miente un poco. Clarín dice que la gente no se deja llenar la cabeza, y también miente otro poco.
La realidad es que en esta pelea, hacia 2010, el gobierno tenía a Clarín sentido y a la defensiva, pero ahora, tres años más tarde, la ecuación de fuerzas se revirtió. Clarín, con Lanata, se florea en el centro del ring, como cuando Clay tenía controlado al rival. Hacen fantasías y brindan espectáculo, porque saben que el contendiente ya no puede sacar un golpe de knock out, y la tiene definitivamente
perdida en las tarjetas. O en las urnas, que vienen a ser lo mismo.
Las respuestas del oficialismo denotan su desesperación. Salir a tildar de sicario mediático a uno de los pocos periodistas que resisten cualquier archivo de conducta, es demencial. Y muestra que saben que están, irremediablemente, derrotados. El manejo mediático del nazismo, en su apogeo, era admirable. En su fase final y escondidos dentro de un bunker, mandaban al frente a los chicos de 13 años. La Casa Rosada twittea "El living de canal 13 , defendiendo al gordo chanta que les vende un buzon son de terror" . Luis D´elía twittea la dirección de Lanata. Falta el -Vayan y sálvennos -...
Buena parte de las acusaciones que el gobierno ha lanzado, en estos años, sobre Clarín, son ciertas. Pero las han tergiversado hasta el absurdo, llegando a inventar todo un relato siniestro que, a medida que se magnificaba, perdía credibilidad.
Hay que estar muy loco para entablar una guerra contra un oligopolio mediático, habiendo sido uno tan corrupto. Si usted anda por las vida robándose un país a plena luz del día, y dejando su ADN en cada cuenta, empresa off shore y negociado, no tiene forma de ganarle la contienda al periodismo.
Porque lo único que su rival necesita, para vencerlo, es decir, la verdad.
La contraofensiva del grupo resulta letal para el gobierno kirchnerista. Jorge Lanata es el representante olímpico de Clarín en la batalla final, y le da la victoria. Aplasta a Cristina Kirchner, y desnuda el patetismo de quienes gastaron toda su astucia en perpetrar los robos, pero no se tomaron la molestia de cubrir sus huellas.
Lo que está haciendo Lanata es bastante simple. Se trata de recoger todo lo que desde la política se ha señalado y denunciado, respecto de la corrupción del kirchnerismo, para exhibirlo pública y descarnadamente por TV. Y llega en el momento exacto, cuando la economía flaquea y abre las puertas para que una parte de la población adicione más broncas, a las que vienen del bolsillo.
Esta fase final de la contienda se estructura desde varios frentes originalmente inconexos, pero que terminaron convergiendo en una misma cosa.
La gente en las calles, desde septiembre de 2012, le dio oxígeno a una justicia maniatada, y a una oposición aletargada. Y también sustentó, tácitamente, la posición de Clarín. De a poco todos se comenzaron a animar, y el repudio que se originó en las clases medias, terminó siendo generalizado, tal como se apreció en las PASO de Agosto 2013.
Hay que decir con toda la claridad que se encuentre, que la debacle del gobierno de Cristina Kirchner tiene a la mala conducción de la economía como epicentro. Y que todo lo demás, lo que conforma el combo de bronca y voto en contra, viene después.
También hay que decir que los mensajes que propalan desde uno y otro bando, no son del todo ciertos, ni del todo falsos.
El gobierno dice que hay un golpe de estado mediático, y que se está inventando una falsa situación. Y miente un poco. Clarín dice que la gente no se deja llenar la cabeza, y también miente otro poco.
La realidad es que en esta pelea, hacia 2010, el gobierno tenía a Clarín sentido y a la defensiva, pero ahora, tres años más tarde, la ecuación de fuerzas se revirtió. Clarín, con Lanata, se florea en el centro del ring, como cuando Clay tenía controlado al rival. Hacen fantasías y brindan espectáculo, porque saben que el contendiente ya no puede sacar un golpe de knock out, y la tiene definitivamente
perdida en las tarjetas. O en las urnas, que vienen a ser lo mismo.
Las respuestas del oficialismo denotan su desesperación. Salir a tildar de sicario mediático a uno de los pocos periodistas que resisten cualquier archivo de conducta, es demencial. Y muestra que saben que están, irremediablemente, derrotados. El manejo mediático del nazismo, en su apogeo, era admirable. En su fase final y escondidos dentro de un bunker, mandaban al frente a los chicos de 13 años. La Casa Rosada twittea "El living de canal 13 , defendiendo al gordo chanta que les vende un buzon son de terror" . Luis D´elía twittea la dirección de Lanata. Falta el -Vayan y sálvennos -...
Y uno vuelve a preguntarse, una vez más, cómo piensan llevar adelante los 28 meses que les restan en el poder, manejándose en estos términos de máxima torpeza.
Da la impresión de que las cosas ya están bastante claras. Habrá que ver si esto termina por puntos, por knock out, o por abandono.
Da la impresión de que las cosas ya están bastante claras. Habrá que ver si esto termina por puntos, por knock out, o por abandono.
Fabián Ferrante
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