martes, 28 de enero de 2014

Catástrofe de la comedia

enero 28, 2014

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 Cuando dólar se inclina …y asusta a toda la gente
puede verse quien nos miente…
…en la Nación Argentina
Más cuando sale Cristina
entre el sollozo y la pena…
es ella… quien nos condena…
otra vez, a la banquina

(G.A. Bunse… con tu perdón… querido Rafael Obligado)



Sin la menor señal de certidumbre… la gente se lleva todo de los bancos.

Las alarmas sólo se susurran -por teléfono- intrabancariamente.

Al banquero que se queje… y que lo diga en voz alta… le espera la noche.

Cada día reciben el arqueo… y el número de la fuga, es terrorífico.

Nadie renueva un plazo fijo… aunque les hayan subido la tasa y aunque les digan que se la pueden mejorar un poco más… “mano a mano”.

No hay tutía… Se quebró… se dinamitó la credibilidad…

Hasta los más distraídos se llevan los pesos, los dólares, los euros… y si las hubiera… hasta las coronas noruegas.

Y frente a este panorama, donde nadie sale a explicar la causa de esta súbita conmoción… es natural que se produzca el efecto “puerta 12”.

Es más, ella la está sacando bastante barata hasta ahora.

Digamos que la reacción del mercado casi se diría que “le está haciendo precio a la viuda”…

Disimulando su pánico y mostrando un desdén criminal, se va al páramo cubano, acaso para verse reflejada en ese espejo revolucionario que por cierto tiene -como ella- la excusa de ser la víctima de todos los imperios que “atacan a los buenos por envidia”.

Va a mirar como es “el modelo terminado” de su diseño social.

Allí tiene la maqueta armada, pegada con moco y la puede ver en vivo.

Un pueblo fantasma.

Uno se pregunta:

Esta mujer ¿no aprendió absolutamente nada en el pináculo del poder?

¿Su distracción en el robo… ha sido tan absorbente?

Porque, desde haber sido esposa de Intendente y gobernador viene robando y viendo el lugar por donde se perforan las arcas de la sociedad.

¿Será la torre de celofán de su propio ego… que la indujo a armar una gran acusación “urbi et orbi”… sin nombrar a los responsables…, de “terrorismo económico”, o de “golpe del mercado” para aplicarles la ley antiterrorista que fue creada por ella misma para estas ocasiones?

La situación es tan grave, que, después de arrastrar al país a la peor catástrofe de credibilidad que haya vivido jamás, acusan ahora a cualquier economista por calcular tímidamente a cual precio quedaría el dólar el día que ella termine de fulminar a la ciudadanía.

Es que, el agua… ya les entra a raudales por varios orificios a la vez.
Y como verdaderos irresponsables enciclopédicos, carentes de la menor idea sobre como solucionar la catástrofe que se les viene…. no tienen otra ocurrencia que no sea salir a anunciar – con desprecio y evidente tono de revancha – … un parche completamente reventado que jugaron a la baraja o a los dados la noche anterior.

Engañando a la ciudadanía con los abalorios de una liberación de cepo que obviamente es sólo el regreso a la misma restricción de siempre.

En suma. Ni siquiera se esfuerzan por ser creativos y mienten por 48 hs, para que todos descubran que solamente han liberado la posibilidad de pedir permiso… para recibir una respuesta negativa.

Arrasan así, de un plumazo, con cuatro artículos de la Constitución en forma simultánea… desde los derechos elementales de la transacción, hasta el más recóndito renglón del articulo 19 de la Carta Magna referido a las acciones privadas de los hombres.

Ya el clima, se agrava de una manera tan alarmante, como para suponer que ahora… cualquier remedio… (aun el bueno) es peligrosísimo.

En este escenario pues, jugar con los equilibrios al borde de un precipicio no es otra cosa que la conducta de los peores irresponsables, sabedores todos ellos, que la psicología argentina se encuentra demasiado cruzada por latigazos… muchos de los cuales… aún no han cicatrizado.

Pues entonces… no tienen perdón.

No lo merecen.

Es deseable que, al fondo del túnel, haya un calabozo para todos ellos.
Todo es un formidable montaje de pacotilla … con una artificialidad tan infantil que insulta gravemente a la inteligencia de la gente.

Son cómplices frenéticos de todo ello… un gran número de empresarios acróbatas de la moral y también banqueros advenedizos, que contienen su temor… para no pagar muy caro por expresarlo.

Todos… parásitos de la escoria social… con pocas excepciones.

En este país de fantasía, ningún gobernante o empresario va preso por estafa colectiva y/o por manipulación social… en concurso real con la falsificación flagrante de la información que debe darse a la ciudadanía.

La conciencia crítica es casi un acto íntimo. Y acaso más… en una mujer.

Una mujer hipócrita… que puede tratar de hacer malabarismo retórico de la banalidad… y que no ignora en absoluto que lo que está diciendo es algo que ella misma no piensa ni siente.

Sabe perfectamente… cuando y cómo engañar a la gente con sus actos y con cada una de sus palabras.

Si tuviera un vestigio mínimo de moral, suele sentir el regusto amargo de saber que se la reconoce… y se la aplaude… por lo que… en verdad… ella no es.

Sueña con poder ser, en realidad, alguna vez… eso por lo que recibe las adulaciones o el reconocimiento social. Incluso aquellos votos que ya quedaron color sepia.

Pero es en vano.

Se desespera en la intimidad, por la certeza de que, eso, jamás ha de ocurrir. Si quiere recibir ese reflujo de halagos en potencia simétrica con lo que irradia, deberá seguir, necesariamente, engañándolos a todos.

Deberá… en suma… seguir siendo lo que es:

Una gran hipócrita con un enorme miedo, al ver como la gente se lleva el dinero de los bancos a raudales.

Acostumbrada a prohibir libertades no puede atajar la sangría.

Usará a sus parásitos de los grupos de choque o al Ejército que hoy en día son conducidos por idénticos amorales…

Ellos serán capaces de prohibir… que, cuando llueva… se moje el piso.

Los mercaderes del miedo, de la extorsión, del soborno y de la rapiña pública ya han hecho su trabajo entre la gran masa crítica subculturizada y desposeída del vasto conurbano bonaerense.

¿Irán… todos ellos… a la plaza… pase lo que pase?

Por cuanto así estará planteado este esquema de la paradoja moral:

La comedia inventada… mostró al final… su entraña de catástrofe.

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