viernes, 24 de enero de 2014

La clave es cambiar la expectativa en la población







Por  |  Para LA NACION



Se anunció una flexibilización del cepo cambiario, pero con autorización previa según la capacidad económica declarada impositivamente. Esto ya funcionaba para la compra de pasajes al exterior y para gastos de viaje, aunque nunca se conoció la fórmula que determinaba cuánto podía comprar cada persona. En la práctica era muy poco lo que se lograba obtener por ese mecanismo.

El próximo lunes se podrá comprobar el funcionamiento de este esquema ampliado a la compra de divisas para portafolio financiero o para gastos en dólares. La retención impositiva bajó del 35% en el que estaba actualmente al 20 % tanto para para las compras de dólares como para los gastos con tarjeta. Los gastos al exterior por compras de libros u otros productos mantienen su restricción cuantitativa anunciada hace dos o tres días.


Nunca se conoció la fórmula que determinaba cuánto podía comprar cada persona

El flujo de reservas del Central ha sido negativo en u$s 92 millones por día en el último mes, pero esta tendencia se ha acentuado en la última semana a un promedio diario cercano a los u$s 140 millones diarios, que implica una pérdida de reservas de algo más de u$s 3.000 millones equivalente por mes. Como hay u$s 30.000 millones en el Central, y si el ritmo se sostuviera, llegar a un punto crítico hubiera sido una cuestión de meses, contando inclusive con la liquidación de la cosecha gruesa de abril-junio. Con un criterio realista, el presidente del Banco Central decidió flotar el tipo de cambio oficial, lo que fue correcto.


Hace falta un plan integral, explicado en detalle, que incluya una política antiinflacionaria explícita

La devaluación de los últimos 12 meses rindió un 59% al tenedor de dólares, contando el dólar oficial, en tanto que un tenedor de un plazo fijo en pesos obtiene solo 21% anual. Hace falta ordenar estas variables para que los agentes económicos prefieran el peso antes que invertir en activos denominados en dólares. En otras palabras, hace falta que el rendimiento de ahorrar en pesos argentinos sea algo mayor que el de tener un portafolio de inversiones basado en dólares. Este aspecto aún no se ha balanceado.

Si bien las medidas van en el sentido correcto, al anunciarse deshilvanadas y de una en una, no generan el mismo efecto positivo que el que se podría lograr con un plan general anunciado con coherencia y de una sola vez. Es fundamental poder cambiar las expectativas de la población para que las medidas tengan éxito y para esto hace falta un plan integral, explicado en detalle, que incluya una política antiinflacionaria explícita.

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