miércoles, 13 de noviembre de 2019

Imponer al vago ...








13 noviembre, 2019



Imponer al vago no es una digresión de Alberto, es una estrategia de CFK y el kirchnerismo






Por  Rubén Lasagno



Cualquiera podría pensar que las palabras dichas por Alberto Fernández en una “entrevista” que le hicieron en Canal 9, es producto de “una idea suelta” o una digresión del elegido presidente en medio de una charla intimista, pero no. Es una acción premeditada, la cual empezó a cuajarse hace mucho tiempo detrás de cuya idea están Cristina Fernández, Carlos Zanini, la tía Alicia, Rudy Ulloa Igor y el propio Máximo Kirchner.

Alberto Fernández, hablando del gobierno que ocupará a partir del 10 de diciembre, dijo “Les diría que estén tranquilos. Que empieza una etapa donde todos comencemos a ganar. Se terminó el tiempo de la pelea, de esto que llamaron grieta“, sin recibir (obviamente) ningún tipo de repregunta de parte de la conductora (y menos que lo pudiera poner incómodo), a pesar de las enormes dudas que se ciernen sobre su futura gestión, donde también dijo que él no es autoritario, lo cual disimula muy bien.

Y la frutilla del postre, para nada casual sino perfectamente planificada, la puso el presidente electo cuando después de una pregunta para nada casual de la conductora Viviana Canosa, quien lo consultó sobre la intención de Cristina de que su hijo Máximo sea presidente en el 2023, Alberto, con el terreno preparado gentilmente por la entrevistadora dijo arqueando las cejas y poniendo la mejor “cara de Alberto”: “Ojalá. Siempre dije, incluso en los años en que estuve distanciado de Cristina, que es un chico maravilloso. No era lo que contaban, no era el vago de la Playstation. Es un chico muy criterioso, muy razonable, es un chico moderado. Tengo la mejor opinión de él” y concluyó: “Tiene que evolucionar más en política, pero por qué no podría ser presidente“.


La vida política argentina se da estos “lujos”. Desde repetir la historia y devolver a los chorros al gobierno, multiprocesados, acusados de traición a la patria, ser copartícipe de un magnicidio y políticos culpables de haberse robado un PBI, hasta que un presidente electo pero que ni aún arrancó en sus funciones, sea obligado a imponer con forcep y desde cuatro años antes, la incómoda figura del hijo de su vicepresidenta, una persona sin ningún estudio ni preparación, que no conoce el trabajo, al cual Alberto define como “un chico maravilloso” desconociendo que tiene 42 años y es técnicamente un vago, ungido como legislador en el 2015 por el propio aparato kirchnerista.

Esto no es nuevo. Desde OPI lo dijimos en el año 2015, cuando Zanini y Scioli llegaron a Río Gallegos en plena campaña presidencial, intentando imponer al que nosotros calificamos “el candidato mudo”, porque Máximo ni siquiera abrió la boca en toda su campaña, excepto en las concentraciones simuladas y ante militancia rentada que vitoreaba cualquier cosa que decía.

En aquella oportunidad, realizamos un video donde contrastábamos la negativa de Zanini de reconocer su llegada con el propósito de largar la campaña de Máximo como diputado nacional y sus propias palabras que colisionaban con la realidad, toda vez que era precisamente lo que decía minutos después en el acto de El Ateneo K; en aquella reunión partidaria con las alabanzas rastreras de Daniel Scioli, realizadas en medio de una ciudad convulsionada por un paro de 100 días de municipales, durante la gestión del ex intendente K Raúl Cantín, se proponía a Máximo cono candidato a diputado nacional.


VER  VIDEO :
https://youtu.be/jKNnCS5a2z4

N de R La Misère Porc:

ADVERTENCIA
Antes de ver el video, tenga a mano Reliverán Gotas o cualquier otro  anti-vomitivo.


En ese momento indicábamos que nada era casual y le armaban la carrera política a un hombre “Ni-Ni” (ni estudia ni trabaja) y hoy comienza a configurarse nuevamente un hecho similar, con las palabras de Alberto F (en una especie de Scioli recargado) tratando de “concientizar” al electorado kirchnerista y buscando convencer al no kirchnerista de que la voluntad de su patrona es poner “al chico” (¿?) en la presidencia en el año 2023.

Una fuerte jugada de Alberto Fernández que muestra claramente dos cosas: que su mandato tiene vencimiento previo y está puesto allí para encubrir a la dama que no puede dar la cara. Como tal, el presidente elegido tiene a su cargo el trabajo sucio que nadie (si no él) puede hacer en estas circunstancias, para eso fue elegido. Uno de esos trabajos, es ir preparando el terreno para que llegue un vago a la presidencia del país. Titánica tarea le queda por delante.

¿Lo logrará?. Nada es imposible en la Argentina maniquea. Solo basta ver y analizar lo que nos está pasando, para predecir sin lugar a dudas, lo que nos puede suceder en el futuro no muy lejano.

(Agencia OPI Santa Cruz)

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