miércoles, 20 de noviembre de 2019

Lázaro se levantó y mintió




20/11/2019


Lázaro se levantó y mintió




La mejor defensa, el ataque




Cada uno de los presos kirchneristas por la corrupción más grande de la historia democrática, tiene su propia táctica para zafar lo antes posible y quedar en libertad. Pero hay un denominador común. Algo que repiten todos como loritos. Los autores ideológicos de esas mentiras conspirativas son Cristina, Eugenio Zaffaroni, el Papa Francisco y ahora, recientemente, Alberto Fernández.


¿Cómo se defienden estos delincuentes? Atacando. Actuando el papel de víctimas de una persecución política por parte de los jueces y los periodistas que a su vez ejecutan órdenes de algún poder superior que podría ser Mauricio Macri o el mismísimo imperialismo norteamericano. Así de sencilla y falsa es la jugada. Todos los tiranos del ladriprogresismo de la región se sumaron a esa misma táctica.

Esta mañana, después de un año de juicio oral, Lázaro se decidió a hablar. Se levantó del banquillo de los acusados y mintió en este mismo sentido. Nunca sacó la mirada del texto que leyó con cierta dificultad. Allí decía que el gobierno de Macri a través de la abogada de tres de sus hijos le había dicho que involucrara a Cristina Fernández y que de esa manera la situación de toda la familia Báez iba a mejorar.

Denunció una persecución que no pudo probar de los servicios de inteligencia macristas para que declarara que es un testaferro de la familia Kirchner. Pero aseguró que era incapaz de ensuciar a Cristina con una falacia. Dijo que la fortuna descomunal que tiene era de su propiedad y que jamás había cometido lavado ni pago de coimas ni ningún otro hecho ilícito.

Lázaro dijo que era un santo. Y que Cristina era poco menos que una diosa. Y que el diablo fue encarnado por “los poderes reales” como algunos magistrados y periodistas.

Acusó al arrepentido Leonardo Fariña de ser un mentiroso, pero los datos y los documentos y las fechas que aportó Fariña, demuestran que dijo la verdad y que Lázaro es Cristina y que ambos están hasta las manos con las estafas que hicieron con el otorgamiento de la obra pública.

“Me acosaron para que involucrara al peronismo y a Cristina”. Eso fue lo que dijo sin que se le cayera la cara de vergüenza. Por ahora Lázaro seguirá preso en la cárcel de Ezeiza. Pero espera que lo suelten rápido, tal vez luego de que Cristina asuma y antes de la Navidad.

En su descargo dijo que intentaron demonizarlo y asociar su apellido con la palabra testaferro. “Solo querían incriminar a Cristina”. Eso fue lo que dijo todo el tiempo. Si la justicia independiente llegara a sobrevivir al tsunami kirchnerista colonizador que se viene, Lázaro puede llegar a pasar muchos años tras las rejas.

Es que está involucrado en varias causas y todos los caminos conducen a Néstor, Cristina y Máximo. Y a lo sumo hay colectoras que llevan a Julio de Vido, José López y Daniel Muñoz en los distintos eslabones de la cadena de estafas al pueblo argentino.

¿Quién y cómo se generó el dinero sucio de la cleptocracia kirchnerista? A esta altura no hay dudas de quien mandaba. No se movía una mosca en el gobierno de Cristina sin la orden de Cristina. Lázaro fue el amigo, testaferro, socio, empleado y cómplice del matrimonio Kirchner. Muerto Néstor, la jefatura de la asociación ilícita fue ocupada por Cristina.

Por eso sostengo que Báez es Cristina. A esta altura no hay ninguna duda: el gobierno de la familia Kirchner fue el más corrupto de la historia. Los del menemismo fueron vueltos, chirolas, al lado de estas montañas de dólares y euros contados con maquinitas, transportados en bolsos y aviones, pesados en balanzas y depositados en el exterior.

Y Lázaro fue uno de los actores principales en esa novela real de los patrones del mal que cuentan fortunas en La Rosadita mientras Jorge Lanata lo muestra y lo denuncia por televisión. Más que pingüinos son los buitres de Río Gallegos. Los que tienen niveles de codicia nunca vistos. Los que son capaces de vender a la madre y a las madres de plaza de mayo por una caja fuerte llena de miserables billetes.

Los Báez son socios de Cristina en el hotel La Aldea, de El Chalten. Báez juniors es dueño del edificio y la ex presidenta del terreno. En su momento, el hijo de tigre supo tener el 48% de las acciones de Valle Mitre, la empresa que administró tres de los cuatro hoteles de la cadena “Kirchner, Resort All inclusive”.

Las Dunas, era de Lázaro, pero se lo vendió a Néstor en cómodas cuotas. En el Alto Calafate se hizo esa vergonzosa operación de los 14 millones que Lázaro le pagó a Cristina por habitaciones que jamás usaron. Insólito. ¿Son muy tontos o demasiado vivos? O aplicaron el manual básico de lavado de dinero.

Las empresas de los Báez y los Kirchner batieron todos los records de facturas truchas. Son las empresas que le compraron la casa de Rio Gallegos a los Kirchner a precios sobrevaluados y con papeles subfacturados, o la que le pagaron alquileres por encima del mercado a varios departamentos de los K.

Incluso aparece la compañía de taxis aéreo Top Air, en uno de cuyos vuelos viajó Leonardo Fariña, el valijero arrepentido que contó todo con una precisión de relojería. Revuelve el estómago de asco moral, como dijo Carrió. Nunca presentaron balances y los dibujos son groseros. Alguna vez escribí que Lázaro era el Alfredo Yabrán de los Kirchner. Un mafioso todo terreno.

Hay mucho misterio que develar en el caso más espectacular de movilidad social ascendente de toda la historia. Lázaro Báez pasó de empleado bancario a megamillonario. Y fue en apenas diez años, en la década ganada por los Kirchner y sus amigos y cómplices. Lázaro se levantó y anduvo. Prometieron distribuir la riqueza y la distribuyeron… entre ellos.

¿Quién es Lázaro? ¿Qué papel cumplió en el ladriprogresismo feudal? Es el terrateniente argentino más grande del país. 418 propiedades y estancias que en tamaño son igual a 13 veces la Capital Federal. ¿Escuchó bien semejante locura? Las tierras que nos robaron las familias Kirchner y Báez ocupan el mismo territorio que 13 veces la Capital Federal.

Y dos lujosos aviones que en realidad eran tres y uno se incendió sospechosamente. Y siguen las estafas. Es interminable la lista de bienes y billetes que robaron. Record Guinnes. Por eso los Kirchner están entre los más corruptos del planeta.

Lázaro tiene la flota de vehículos más grande del país. Ni las empresas de transporte tienen 1.279 vehículos como él. Una colección de autos negros de alta gama que ni la mafia napolitana. La parte más bizarra de su historia es que fue el constructor, el donante y el vigilador en retiro efectivo del faraónico mausoleo de Néstor Kirchner.


Ese monumento a la corrupción y la desmesura es monitoreado on line por Cristina desde donde ella se encuentre. Es todo un dato. Es un mensaje clarísimo, aunque tiene su simbolismo. La noche en que Néstor Kirchner se murió había estado cenando con Cristina y Lázaro.


Todos los trámites internacionales, arrojaron resultados positivos porque en Suiza y en Panamá, entre otros países encontraron cuentas y millones de dólares sucios de la corrupción que fueron lavados. El colmo es que un banco suizo accedió a abrirle una cuenta a Lázaro porque un informe que pidieron confirmó que era testaferro de Néstor Kirchner.


La información dura y pura dice que Lázaro, recibió 52 contratos por la friolera de 46 mil millones de pesos durante el reinado de la dinastía K. Austral Construcciones, se fundó 12 días antes de que Néstor jurara como presidente. Los Kirchner y los Báez formaron un concubinato para el delito.

La convivencia fue obscena entre ellos. A Cristina y Lázaro Báez no los une el amor sino el espanto. Ella nunca lo quiso. Pero hoy más que nunca uno está atado a la suerte del otro. Lázaro está en la cárcel y quiere salir. Y Cristina está afuera y no quiere entrar. Pero los destinos se cruzan. Hoy Lázaro la salvó y dijo lo que Cristina quería que dijera. Todos le llaman la jefa y es cierto. Cristina es y fue la jefa. Báez es Cristina.

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