viernes, 29 de noviembre de 2019

LA TRAMA DEL PODER

LA NACION


29 de noviembre de 2019 • 17:09



Alberto Fernández: ¿el nuevo Néstor Kirchner o un Daniel Scioli maquillado?



 Laura Di Marco
                            PARA LA NACION



Análisis de Laura Di Marco


























A continuación, sus principales conceptos:

Falta muy poco para que una de las mayores incógnitas sobre nuestro futuro político inmediato empiece a develarse. El próximo viernes 6 de diciembre Alberto Fernández dará a conocer finalmente los nombres de sus ministros. Los voceros de Alberto habían dejado trascender nombres de un gabinete económico que esta semana se esfumaron para dar lugar a otras incógnitas. Para el manejo de la política económica se hablaba de Guillermo Nielsen, el equipo de Broda e incluso Martín Redrado: esos eran los nombres que circulaban la semana pasada y hoysehanesfumado.
Economistas que, al parecer, fueron vetados por ser "demasiado liberales". ¿Quién puede vetar a un potencial ministro por ser demasiado liberal sino Cristina Kirchner? Esta semana Alberto dijo que sabe quién es su hombre en Economía, que la persona lo sabe y que nos vamos a llevar una sorpresa. Una buena sorpresa. Ahí mismo se echó a rodar otra versión: que esa persona podía ser Carlos Melconian.


/ La pregunta del millón es: ¿será Alberto el Néstor de Cristina o un Scioli maquillado? Vamos a traducirlo: Néstor Kirchner, el verdadero jefe del matrimonio presidencial, tenía un rol claro frente a Cristina. Néstor ponía los límites, incluso de un modo machista. "Cristina, basta", le decía literalmente delante de cualquiera. O le decía: "Cristina (si seguís así), te volvés al sur". Cualquiera que haya frecuentado a los Kirchner sabe eso. ¿Puede ser Alberto un límite? ¿O más bien será un Scioli maquillado? Es decir, un presidente subordinado en los hechos pero recubierto engañosamente de una personalidad que parece más definida y resuelta que la del exmotonauta. Ese es el principal interrogante.


/ Con lo que seguro nos vamos a encontrar es con un presidente que va a argumentar con mucha inteligencia discursiva, más allá de que lo que argumente sea verdad o no. Sigamos por ejemplo el eventual nombramiento de Carlos Zannini como procurador del Tesoro, es decir, como jefe de los abogados del Estado. Zannini siempre estuvo enfrentado a Alberto cuando él era jefe de Gabinete. ¿No resulta obvio, si se termina definiendo ese nombramiento, que esa es una imposición de Cristina? Alberto dirá que no. Que Zannini y Cristina están distanciados. Y que Guillermo Nielsen, Redrado o la gente de Broda nunca fueron verdaderos candidatos a ocupar el gabinete económico. Quienes nos dedicamos al periodismo político lo conocemos y sin embargo no lo conocemos. No conocemos a un Alberto Fernández protagonista, pero que funciona con un poder prestado.


/ El dirá que no le preocupa que digan que el verdadero poder lo tiene Cristina. Sin embargo, debería preocuparle. En política no solo hay que ser sino parecer. La política se comunica en imágenes. Y la gente decodificó que un presidente yendo a definir los nombres de su gabinete a la casa de la vicepresidenta es un presidente subordinado. No se sabe si lo será en el futuro, lo empezaremos a saber en los próximos días.


/ Lo que pasa en el Senado es otra muestra de la influencia de Cristina. Miremos los hechos. En la Cámara Alta había dos bloques: uno justicialista, otro kirchnerista. Lógicamente la idea era que se unieran y que el cordobés Carlos Caserio, ligado a Alberto Fernández, condujera el interbloque. La novedad de los últimos días es que ese bloque peronista unificado tendrá otro conductor impuesto por Cristina: el formoseño José Mayans que responde al patriarca que gobierna Formosa Gildo Insfrán. El poder feudal se apropia del Senado argentino, donde la bancada peronista va a ser mayoría con 41 integrantes. El nuevo oficialismo empieza con una baja por la licencia del tucumano José Alperovich, solicitada luego de que su propia sobrina lo denunciara por violación.


/ La discusión por la legalización del aborto y la denuncia a Alperovich se impusieron en la agenda. Alberto Fernández se vio obligado esta semana a definir el caso como muy grave, si la denuncia es real. Sin embargo, en la intimidad el presidente electo es mucho más duro con el senador tucumano, que está enfrentado en la provincia con su exdiscípulo y socio, el gobernador Juan Manzur.


/ Fernández aseguró que apenas asuma enviaría un proyecto al Congreso para legalizar el aborto. Esa declaración tuvo como efecto inmediato un cortocircuito con la Iglesia antes de asumir: la consecuencia más fuerte fue que el papa Francisco decidió cancelar una reunión con él en el Vaticano. Así, Fernández se acercó a la postal de Macri enfrentado con Francisco. Ese frente de batalla en ciernes lo hizo recapitular. Ahora estudia la posibilidad de postergar el debate por el aborto y enviar el proyecto despenalización -¿o legalización?- en unos meses, para las sesiones ordinarias.


/ La renuncia del ministro Rubinstein y el veto a la actualización del protocolo para el acceso a la interrupción legal del embarazo (ILE) le generó a Macri un conflicto en su tropa. La movida generó malestar en un grupo de diputados de Juntos por el Cambio, entre ellos, Silvia Lospennato, una de las principales activistas por la legalización del aborto. Ese malestar podría ser aprovechado por Emilio Monzó, que amenaza con crear un cuarto bloque dentro de Juntos por el Cambio.


Por: Laura Di Marco

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