16 de noviembre de 2019
A solas con Alberto, en un cruce descarnado
LA NACION
Pedí una entrevista con Alberto Fernández sin ninguna ilusión de que me la concedieran. Faltando tan poco para que asuma, lo imaginé en febriles reuniones con su futuro gabinete, preparando planes y medidas, manteniendo encuentros con legisladores, gobernadores, empresarios... Me equivoqué. Siempre me equivoco con el profesor Alberto. Como que me está costando sacarle el ADN. Aceptaron la entrevista en 5 minutos, con amplísima disponibilidad: "¿La querés ahora, en un rato, mañana temprano, al mediodía, a la tarde, pasado mañana?", ofreció su vocero. Se ve que la agenda del presidente electo no está todo lo apretada que yo creía. En cualquier caso, le estoy francamente agradecido. Contestó todas mis preguntas, incluso las más filosas. Salvo una. Y le agradezco también que por momentos me haya maltratado como a un movilero, porque eso me quita años.
-Profesor, le gusta viajar, ¿no? Digo, ya ha estado en España, Portugal, México, Perú, Uruguay... e irá a Francia antes del traspaso de mando.
Pedí una entrevista con Alberto Fernández sin ninguna ilusión de que me la concedieran. Faltando tan poco para que asuma, lo imaginé en febriles reuniones con su futuro gabinete, preparando planes y medidas, manteniendo encuentros con legisladores, gobernadores, empresarios... Me equivoqué. Siempre me equivoco con el profesor Alberto. Como que me está costando sacarle el ADN. Aceptaron la entrevista en 5 minutos, con amplísima disponibilidad: "¿La querés ahora, en un rato, mañana temprano, al mediodía, a la tarde, pasado mañana?", ofreció su vocero. Se ve que la agenda del presidente electo no está todo lo apretada que yo creía. En cualquier caso, le estoy francamente agradecido. Contestó todas mis preguntas, incluso las más filosas. Salvo una. Y le agradezco también que por momentos me haya maltratado como a un movilero, porque eso me quita años.
-Profesor, le gusta viajar, ¿no? Digo, ya ha estado en España, Portugal, México, Perú, Uruguay... e irá a Francia antes del traspaso de mando.
-Mire, lo que me gusta es asumir personalmente el posicionamiento internacional del país. Es una tarea que no quiero delegar. Y menos en Felipe Solá, que será mi canciller porque habla inglés y francés. Le faltaría mejorar un poco la pronunciación.
-Hablemos de Bolivia. Usted dijo enseguida que se trató de un golpe, y coincido. Pero Evo violó la Constitución que él mismo había reformado y que le impedía postularse, no respetó el resultado del referéndum y cometió un fraude monstruoso. De eso, ni una palabra.
-A ver, las constituciones siempre son interpretables. Lo digo como abogado, como profesor de Derecho y, sobre todo, como peronista. Es cierto que también desoyó el referéndum, pero eso fue en 2016: no podemos hacer leña de un referéndum caído. Respecto del fraude, tampoco lo voy a negar. El propio Evo lo admitió al llamar a nuevas elecciones. La culpa es de la oposición, que no fiscalizó bien. Se sabe perfectamente que si a Evo no lo controlás, te emboca. Estos cocaleros son bravos.
-Se refirió al posicionamiento del país, y me llama la atención que ya se peleó con Trump, por lo de Bolivia, y con Bolsonaro: la primera potencia del mundo y el principal socio de la Argentina. ¿Cuál vendría a ser su estrategia?
-No sé, que se ocupe Felipe.
Cristina está casi más en Cuba que acá. ¿Y si además de vice la nombra embajadora en La Habana? Good idea , ¿no?
-Conmigo no, Robertito, conmigo no. No te hagás el estúpido.
- OK, era solo una idea. He descubierto que le gusta muchísimo hablar, y que de tanto hablar suele incurrir en contradicciones. Por ejemplo, en México dijo que va a pagar la deuda, y tres días después dijo exactamente lo contrario.
-Lean mis labios. No sé qué hacer con la deuda.
-En la Casa Rosada dicen que no se ha acercado nadie a ningún área del Gobierno para hacer la transición. Y en su búnker confirman que, efectivamente, no va a ir nadie. ¿Por qué?
-La verdad, no sabría muy bien a quién mandar porque los equipos no están del todo definidos. Además, ya lo dije: eso es tierra arrasada. No voy a poner en riesgo la integridad física de mi gente.
-No le pido que me revele quién va a ser el ministro de Economía, pero sí su perfil. ¿Un ortodoxo, un heterodoxo, un desarrollista?
-Un mago.
- ¿Se va a involucrar directamente en el manejo de la economía?
-Cuando no esté de viaje, sí.
- ¿Cómo le fue en la reunión con la Iglesia y con los movimientos sociales?
-Extraordinario: les dije todo lo que ellos querían escuchar. Es una fórmula que me funciona muy bien.
- Anteanoche volvió a prometer que impulsará la ley del aborto. ¿No teme molestar al Papa?
-El Papa conoce muy bien mi opinión sobre este tema. Y si le molesta, mala suerte: tendré que cambiar de opinión.
- El bloque peronista de Diputados cantó la marchita en el recinto. ¿Su opinión?
-Yo no lo hubiese hecho. Quiero decir: no hubiese podido, porque no me termino de aprender la letra.
- Horacio González propuso reescribir la historia para incorporar una valoración positiva de la guerrilla de los años 70. ¿Coincide?
-Creo que no hace falta. Con el kirchnerismo, esa guerrilla llegó al poder.
- Otra declaración fuerte de estos días: Hebe calificó a los votantes de Macri de "raza muy hija de puta".
-Léanle los labios. Quiso decir eso.
- ¿Se viene una liberación en masa de los presos kirchneristas?
-Soy muy respetuoso de la independencia de la Justicia. Solo intervendré si no los liberan.
- ¿Quién cree que será el líder de la oposición: Macri, Rodríguez Larreta, Cornejo?
-No, Máximo.
- A propósito: la pregunta del millón, profesor. ¿Hará albertismo o cristinismo?
-Albertismo. Si Cristina me deja.
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