Macri, Moyano, Baradel: Así no

16/02/2016 - 10:52hs

Una Buenos Aires incipiente se alza en una nueva jornada laboral, el calor acecha y las carretas ruedan por las calles precarias. Un cartero deambula de un lado a otro entregando correspondencia. Esta secuencia podría formar parte de la composición de alguna película que retrata el 1910, pero es parte de una realidad a la que nos quieren llevar: por egoísmo, capricho y curro.

La presión que ejerció, con la fortaleza de su papito , fue un intento de torcerle el brazo al presidentei, para que igual que en los tiempos de las carretas se vuelvan a entregar las boletas de las cuentas bancarias impresas y no emitirlas en formato online. Esto ha sido muy mala decisión, ya que no se aprovecha la tecnología, con el abaratamiento de los costos que esto conllevaría y va en detrimento del cuidado del medio ambiente.

Los puestos de trabajo deberían garantizarse con otra actividad, que sea más productiva, y no retrotraer una labor como la del correo que gracias a la tecnología puede ser más eficaz, limpia y menos costosa.

Es increíble que en el año 2016 estemos a merced de sindicalistas patoteriles que quieren  imponer su negocio en menoscabo del bien común, que pisotean los impuestos que cada uno de los ciudadanos pagamos con tanto sacrificio.

Asi como también, tal como en una película de terror, resulta escalofriante ver sentado en una mesa de negociación a un cínico y perverso sindicalista, que se hace llamar representante de los trabajadores con el Ministro de Educación negociando el futuro de miles de docentes. Tal como venimos denunciando hace semanas, está fuertemente comprometido con el robo y vaciamiento del IOMA, entre muchas de las causas que tiene en su haber.

En esta situación tenemos que nombrar al principal responsable:  quien no debe declinar ante la presión de patoteros o delincuentes para evitar los conflictos; el soberano votó el cy dijo a todo lo que huele a putrefacción de un sistema colapsado por una década kirchnerista signada por la corrupción.


Tenemos la esperanza que sea falta de maniobra política y que ésta no será la lógica de un gobierno que hasta ahora deja gusto a poco y no ha demostrado ser el cambio prometido durante la campaña.