martes, 16 de febrero de 2016

La urgencia política vs. los argumentos técnicos

16/02/16

Análisis


Más que una técnica en estadísticas, Graciela Bevacqua simbolizaba la resistencia de 9 años a la manipulación de los indices de inflación y demás datos oficiales. Por eso, su vuelta al INDEC abrió expectativas de contar con índices confiables. Y ahora su segundo desplazamiento del organismo abre interrogantes sobre el futuro de las estadísticas públicas.
Anoche había versiones de todo tipo, entre otras, que algunos directores del INDEC podrían renunciar en desacuerdo con el desplazamiento de Bevacqua.

Apenas asumió, la ahora ex-funcionaria dijo que rehacer el índice de precios destruido por el kirchnerismo demoraría hasta agosto. Entonces el titular del INDEC, Jorge Todesca rubricó las palabras de Bevacqua.
También el Ministerio de Economía avaló esa decisión al resolver que el ajuste del CER, el coeficiente que se regia por el IPC del INDEC, fuese sustituido por el de la Ciudad de Buenos Aires. 

En los fundamentos de la Resolución N° 5/2016 de Economía se dice que tomaron esa decisión porque las nuevas autoridades del INDEC informaron de la “situación anómala” del organismo” y que índices claves como el de precios o PBI implicaban “un proceso de reordenamiento interno que habrá de demorar no menos de 6 meses”. 

Bevacqua se mantuvo en su posición original convencida que, sobre la base de un INDEC destruido, un indice confiable no puede improvisarse de la noche a la mañana. 

Ayer, cuando la presionaban para que renuncie, Bevacqua dijo: “Por qué me designaron si de entrada les dije que reconstruir el IPC llevaba varios meses?”

Anoche, Bevacqua le dijo a Clarín que es “muy vulnerable sacar un índice en 3 meses. Los organismos internacionales de estadísticas coinciden en que lleva no menos de 12 meses. Yo ofrecí hacerlo en 8 meses”.

Pero la inflación no respeta los tiempos profesionales o técnicos. Con índices alternativos en ascenso y por encima del 30% interanual, las metas oficiales de inflación de entre 20 y 25% lucieron irrealizables. Y las paritarias entraron en un escenario de crisis, caso docentes, por la brecha entre los pedidos gremiales y la oferta gubernamental.

Entretanto, varias Provincias anunciaron que volverían a medir la inflación. Resurgió el IPC Congreso y los índices recomendados por el INDEC dan para febrero una inflación interanual del 33%.
 
Ahora, queda el interrogante de cómo, sobre la base de un INDEC destruido, donde “hay más máquinas de picar papeles que computadoras”, como admitiera Todesca, podrán acortarse los tiempos del nuevo IPC. 

“Los apresuramientos políticos no coinciden con la seriedad y robustez técnica que necesita un IPC”, insiste Bevacqua. 


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