viernes, 4 de marzo de 2016

Y la justicia llega…

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LA COLUMNA DE LA SEMANA

Y la justicia llega…

Por Luis Domenianni

                Una imagen vale por millones de palabra y varias imágenes valen, por ende, por varios millones de palabras. Dirán cuanto se les ocurra los voceros de un lado y del otro, pero resulta imposible encontrar una foto donde se aprecie una sonrisa del Papa Francisco durante la visita del presidente argentino Mauricio Macri.

                El contraste es por demás significativo con las expresiones del primer ministro italiano Matteo Renzi y del presidente francés Francois Mitterand, en sus recientes visitas a la Argentina.

Allí, abundaron los rostros distendidos y los elogios mutuos. Por sobre todas las cosas, ambas visitas representaron el retorno de la Argentina a la comunidad internacional, luego del paréntesis histórico denominado kirchnerismo.

Cuesta entender la actitud del Papa. El gobierno de Mauricio Macri no está sospechado como el de Cristina Kirchner por vinculaciones con el narcotráfico.

Y si bien resulta inimaginable que durante los próximos cuatro años no salpique algún caso de corrupción, no es riesgoso afirmar que será aislado y que de ninguna manera volverá a acontecer un estado de corrupción generalizada como el del régimen que la mayor parte de los argentinos acaba de repudiar.

Francisco demuestra frialdad frente al gobierno argentino. Y sin negar para nada su desacuerdo con la corrupción y el narcotráfico, da la sensación de cierta incomodidad que no mostraba con el rosario de kirchneristas –ahora muchos pasaron a la categoría de ex kirchneristas- que lo visitaron hasta la debacle electoral K, contabilizando los cuatro encuentros con la ex presidente.

En tal sentido, el controvertido envío del rosario a Milagro Sala no pasó, para nada, desapercibido. Casi como que fue un desafío. A Macri, a Gerardo Morales, el gobernador de Jujuy, y a la justicia de aquella provincia.

Pocos días después apareció el video del retiro de millones de pesos en efectivo por parte de “Shakira”, una cómplice de la Sala, y cuyo origen fue el Ministerio de Planificación del ex recaudador del kirchnerismo, Julio De Vido. Y el Vaticano hizo mutis por el foro.

El presidente Macri hace frente al Papa, tripas corazón. Lo visita. Acepta que le de consejos. Le reconoce, pese no ser un católico practicante. Y traga saliva frente a episodios como el del rosario para la Sala, pocos días antes de su visita al Vaticano.

El Papa Francisco, por el contrario, no pierde ocasión de evidenciar, al menos, desdén y solo cumple con sus obligaciones protocolares de jefe de Estado. No está mal. Pero, entonces, que busque mejores destinatarios para sus rosarios.
Corruptos

                Todo parece indicar que, con el fin del verano, las causas judiciales comienzan a tener movimiento.

                En particular, aquellas vinculadas con Cristina Kirchner que continúa sin sacar la cabeza pese a las amenazas de lo contrario que, cada vez con menor resonancia hacen algunos de sus cómplices de La Cámpora.

                Como corresponde en un Estado de Derecho, la ex presidente fue ahora citada a declarar por el juez Claudio Bonadío en una causa abierta por fraude al Estado con motivo de la indicación al Banco Central de vender dólares en el mercado a futuro a un precio que ocasionó y ocasiona graves pérdidas durante su administración y durante la del actual presidente.

                Sin dudas, sus cómplices hablan de “persecución política”. Ninguno ignora el enriquecimiento sin límite que la viuda y su fallecido marido experimentaron durante sus años al frente del gobierno nacional. No obstante la intentarán teñir de cuasi mártir. Una forma de defenderse a sí mismos a medida que deben rendir cuentas.

                Cristina Kirchner aparece involucrada en varias causas, entre ellas, la de Hotesur, vinculada nada menos que al lavado de dinero y relacionada con el “de golpe” empresario contratista del Estado Lázaro Báez.

                La decisión eventual de la Kirchner de proceder a las operaciones con el dólar futuro provocó un quebranto del Banco Central de más de 7.500 millones de pesos.
Según el juez Bonadío, el total de la emisión monetaria –íntimamente vinculad con la inflación- entre el 31 de diciembre y el 24 de febrero, próximos pasados, se debió a pagar el quebranto de las operaciones sobre dólar futuro entabladas por el Banco Central K, que presidía Alejandro Vanoli y que respondía a la nefasta conducción del por entonces ministro de Economía, Axel Kicillof.

Como siempre en estos casos, se sabe quién pierde –el Banco Central, el Estado y los ciudadanos- pero se ignora quién gana. Aunque se sospecha: la propia Cristina Kirchner y su banda.

La causa por el dólar futuro se suma así a la ya mencionada de Hotesur, a la del Plan Qunita –verdadero monumento a la corrupción-, a la de la apropiación de Ciccone Calcográfica, a las de Milagro Sala, a la de Sueños Compartidos de Hebe de Bonafini, a la de las valijas con dólares, a la de la efedrina y a las de varios funcionarios que recibieron dádivas. Y esto recién empieza.

Paralelamente, el juez Julián Ercolini, ordenó allanamientos en cuatro empresas de transporte de combustibles que nadie ignora que pertenecen al “pobre piquetero marginal” Luis D’Elía.

Entre las empresas de D’Elìa se cuenta a Atalaya, transportadora de combustibles, que facturaba 10 millones de pesos mensuales a ENARSA, un pseudo empresa petrolera, creada por el kirchnerismo y administrada por… De Vido.

De empresa creada para explotar gas y petróleo, ENARSA terminó como una intermediaria en la compra de gas boliviana y en el pago de las facturas de los cargamentos en barco de gas que la Argentina debe afrontar –a un precio carísimo- tras la pérdida del autoabastecimiento en razón de la suicida política energética del kirchneriso.

Pero además, ENARSA está vinculada al affaire de Guido Antonini Wilson, el venezolano que fue descubierto en el aeropuerto de Ezeiza cuando intentaba ingresar ilegalmente al país valijas con dólares destinados a financiar la campaña electoral de Cristina Kirchner. Antonini Wilson llegó al país en un vuelo chárter fletado por ENARSA.

El elefante blanco de ENARSA formó parte del relato de la “liberación”. Asociada con la PDVSA chavista, no tardó en proclamar que abriría 200 estaciones de servicio en todo el territorio nacional. Once años después de aquella promesa de De Vido y Chávez, solo abrió… dos.

Por último, solo por esta semana claro, el escándalo del Hospital Posadas, cuando con fondos del nosocomio los K de Martín Sabbatella se mandaron una “festichola” que incluyó catering para 300 personas, servicios de vallado, sonido y luces para la actuación del también K Víctor Heredia que no tuvo empacho en cobrar del dinero del hospital y, por supuesto, ómnibus para traer a los “militantes” que si no los llevan, no van a ningún lado.

Sin olvidar, los 400 millones de pesos que la administración K dejó sin pagar con motivo de proveer de 46 mil líneas de telefonía móvil y 14 mil fijas, a sus funcionarios, familiares, amigos, amigotes y amantes.

Buenas noticias

                No todas son pálidas, claro. Aunque sí lo son aquellas vinculadas con el gobierno anterior.

                Si bien no de manera impecable, la cuestión docente parece resuelta. En Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Tierra del Fuego, Neuquén y Chubut todo indica que las clases no darán comienzo. En el resto del país, 18 jurisdicciones, sí lo harán.

                Con la provincia de Buenos Aires, la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB) aceptó la propuesta del gobierno. En cuanto a SUTEBA, el sindicato que encabeza Roberto Baradel, la conducción y la mayoría de los docentes aceptan la oferta, aunque existe resistencia por parte de algunas seccionales.

                ¿Representa un éxito el inicio de las clases en gran parte de las jurisdicciones? Para el gobierno, sí. Para la sociedad, también pero menos.

                Ocurre que nadie está seguro de aquello que reza que la mejora salarial resulta indispensable para mejorar la calidad educativa. Es condición necesaria, pero no suficiente. Y es más, con la actual vigencia del estatuto del docente, mucho menos.

                Si a los maestros y profesores no se los encuadra bajo un régimen salarial que premie a los mejores, difícilmente la calidad educativa mejore. Si no se acaba con regímenes de licencias interminables y faltas a gusto, el gasto educativo resulta inmenso pero improductivo, además de razón central para los bajos salarios.

                Suplencias de suplencias y faltas reiteradas, legales sin justificación alguna, representan para la comunidad la duplicación y triplicación del personal por cada cargo. Ergo: no solo premia a los peores sino que castiga a los buenos con bajos salarios, dado que hay que financiar el doble o el triple de personal.

                Desde otro ángulo, la recuperación de la causa Nisman –preanunciada pro el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti- indica que la investigación se llevará a cabo y que, si hubo crimen, no quedará impune.

                Pero la mejor noticia, sin dudas, es el acuerdo, casi acabado, con los fondos buitres. Es la última valla que impide a la Argentina acceder al crédito internacional a tasas de interés razonables –del 4 o 5 por ciento anual, no del 16 por ciento como cuando prestó dinero el “revolucionario latinoamericanista” Hugo Chávez-, imprescindible para relanzar la obra pública en el país.

                Tras una década de desidia, el país precisa renovar su tendido eléctrico, recuperar su red vial, modernizar sus puertos, incentivar la exploración y la explotación de hidrocarburos, rearmar sus fuerzas armadas y, sobre todo, invertir en educación, salud y vivienda.

                Entre corrupción y locura política, el kirchnerismo no dejó nada en las arcas. Ergo, hay que pedir prestado o resignarse al corte de luz, el faltante de gas en invierno, o los pozos que sobreabundan en las calles y las rutas del país.

Políticas

                Nadie los echó, pero nadie los tuvo en cuenta. Durante el Congreso del Partido Justicialista, los K se quedaron sin espacio. Cuando se “contaron las costillas” se dieron cuenta de los pocos que eran. O mejor dicho, de los muchos que abandonaban su grosero carro de compra de voluntades con aprietes y dinero.

                En la conducción colegiada que de allí emergió para convocar y organizar los comicios internos de la agrupación, no colocaron a ninguno de sus hombres. La Cámpora solo ocupó el fondo del salón en franca minoría.

                Se acabaron los tiempos de las movilizaciones financiadas por el Estado, de las órdenes “cristinescas” y de los documentos aprobados sin lectura, ni discusión previa.

                El peronismo intenta nuevamente recuperar su rol de partido político en lugar del de “furgón de cola” del delirio kirchnerista.

                Dentro del autismo que los caracteriza, algunos de los K pretendieron imponer una locura más: votar en contra de la derogación de las leyes que impiden el final del “default” argentino.

                El ex K Miguel Angel Pichetto se bastó solo para terminar con semejante peregrina postura. Es que el peronismo sabe que precisa de una reconstrucción y que esa reconstrucción no se alcanza con un obstruccionismo al gobierno recién elegido, ni con relato, y que una condición necesaria para no perder nuevamente es despegarse de las razones que hicieron a la derrota.

                Del otro lado del mostrador, el radicalismo reunió a sus legisladores nacionales junto a sus autoridades partidarias en un cónclave donde aparecieron dos ministros macristas, Marcos Peña y Rogelio Frigerio.

                Nadie en el radicalismo quiere sacar los pies del plato. Por otra parte, nadie puede hacerlo. Pero no queda en claro cuál es el rol del partido centenario en el gobierno. Los ministros se comprometieron a mejorar la comunicación, uno de los dos reclamos radicales.

                El otro, más importante, fue el pedido expreso de aprovechar el discurso presidencial en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso para explicitar la herencia K, algo que, hasta el momento, Mauricio Macri solo toca tangencialmente.

                Para uno de los ministros, Frigerio, fue música para los oídos. Para el otro, Peña, fue casi una molestia. El primero comprende los tiempos políticos. El segundo, prefiere los consejos comunicacionales del “gurú” ecuatoriano, Jaime Durán Barba.

                La incógnita la develará el propio Macri ante el pleno de las cámaras legislativas, pasado mañana. Pero, no se trata de optar por una u otra táctica comunicacional. Se trata de decirle la verdad al pueblo argentino. Por mala que sea.
Menem

                El ex presidente Carlos Menem salió de su algo más de una década de silencio para  tomar venganza de las humillaciones a que lo sometió el kirchnerismo y que él aceptó sin chillar a cambio de un freno en las causas judiciales abiertas en su contra.

                Menem deslizó la posibilidad –la puso en boca de otros- del homicidio de Néstor Kirchner a manos de su esposa Cristina. De momento, ningún fiscal de la Nación prestó atención ante semejante afirmación. Sin prejuzgar nada, deberían hacerlo.


                Lo de Menem no es ejemplificador para nada. Es la tardía reacción de un cobarde que se sometió, por temor a la justicia, a los vejámenes de un par de extorsionadores políticos: el matrimonio Kirchner.

Gracias al envío del Amigo M.M.

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