El miserable aumento del 11% a las jubilaciones, constituye simplemente una limosna que ofende no solo a los jubilados sino a toda la ciudadanía.
No cubre ni siquiera el salto del costo de vida del trimestre previo a su vigencia, y los condena a bajar su nivel de vida y a algunos, casi a la indigencia.
Si a esto agregamos que el 04/11/ 2009, el Gobierno Argentino, representado por el Subsecretario de Protección de DDHH Sr. Luis Hipólito Alen, la Directora Nacional de Asuntos Jurídicos en DDHH Dra. Andrea Gualde, el Director de DDHH de la Cancillería Dr. Javier Salgado, el Asesor de Gabinete de Cancillería Dr. Jorge Cardozo, La Gerente de Coordinación y Control de ANSES Dra. Maria Taboada firmaron un ACUERDO DE SOLUCION AMISTOSA con la Comisión Interamericana de DDHH (CIDH), en el que se comprometía (ítems 1c y 1d) a no apelar las sentencias judiciales de primera y segunda instancia que hubieran sido favorables a los demandantes jubilados y desistir de los que ya hubieran sido presentados a la Corte. (Entre otras cosas)
Hoy se hace gala del desinterés por respetar a la Justicia (local o internacional) y burlarse de los compromisos asumidos, realizando toda clase de triquiñuelas deshonestas para apelar, demorar pagos de sentencias firmes, y hasta la Presidente vetó la movilidad de 82%.
Hasta tuvo la grosería de calificar a los jubilados como “caranchos” para asimilarlos a los fondos buitres.
En su desesperación por conseguir fondos para sus dislates económicos, la Presidente se ha ensañado con los jubilados, utilizando los fondos de ANSES para múltiples motivos ajenos a sus propósitos previsionales, pero útiles para su propaganda política y electoralista.
Es lógico, en la selva, los depredadores se aprovechan de las presas más viejas, débiles e indefensas, que no pueden ofrecerles peligrosa resistencia.
“Hasta cuando, Catilina, abusaras de nuestra paciencia” dijo Cicerón hace más de 2000 años en sus “catilinarias”.
Atte
Pedro Bollo
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