Muy sutilmente, detrás de la aparente sana pretensión de establecer una legislación que actúe en defensa solidaria del adicto droga dependiente, se ha desatado una escalada mundial que apunta a despenalizar la tenencia y consumo de estupefacientes, pero que en el fondo esconde una oscura trama urdida por los cerebros de los carteles narcos, y contando obviamente con la colaboración de los "partícipes necesarios": la clase política, lo que a las claras constituye una verdadera asociación ilícita para abordar la etapa que realmente les interesa: "despenalizar la libre venta de droga”, un negocio multimillonario que han planificado ejecutar en dos capítulos:
1.-En el primero despenalizaran el consumo, tras la aparente buena intención de "no criminalizar a quien en realidad es la víctima" (la legislación establecerá que "tener y/o consumir droga dejará de ser ilegal").
2.-Y siendo que ya no será delito consumir, harán imprescindible pasar al segundo capítulo: la necesidad de "proveer la droga legalmente".
Habrá llegado el momento en que intentaran copar la banca, contando con la ventaja previa de tener a los ciudadanos de bien desmoralizados, y con la guardia baja.
Los secuaces de los carteles de droga enquistados dentro de la política argumentaran lo siguiente: “si despenalizamos a los pibes que son las verdaderas víctimas” (refiriéndose a los faloperos), no podemos ahora tener el doble discurso de impedirles comprar (merca) en forma legal, para no obligarlos a que incurran en un delito comprando de manera ilegal".
Como se ve, un argumento diabólico de estos canallas.
Por lo tanto vendran a la carga con que será necesario despenalizar también la libre venta y producción de droga.
Ello significará el triunfo de los carteles de droga, y la derrota de la indefensa ciudadanía, avasallada en sus derechos por la asociación ilícita entre narcos y clase política. Nos habremos convertido en un país factoría de marihuana, cocaína, paco, heroína, LSD, etc..etc.
Se volverá normal verlos salir a conquistar "honorablemente" el mercado de libre venta y exportación de droga sin trabas legales, encima se jactarán de pagar millonarios impuestos para bienestar de la población, pero obviamente sabemos que esa plata irá a parar a los bolsillos de los "partícipes necesarios", (o sea: todos los políticos que bregaron y legislaron acorde a los intereses de los carteles narcos).
¿Quedó claro? ¿Estará a tiempo aún el pueblo de bien de impedirlo?
Recordemos las palabras del Papa Francisco: ¡no se dejen robar la esperanza¡
manfred_klausmann@hotmail.com
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