martes, 25 de febrero de 2014

PJ bonaerense: para seguir controlándolo, el cristinismo apuesta a la confusión





febrero 25, 2014



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 Lentamente y sin mayores estridencias, al cristinismo se le va escapando el control del principal aparato político del país, el PJ bonaerense. Lo más resonante fue el pase del senador provincial Fabio Sorchilli a las filas del Frente Renovador, lo que le hará perder a Daniel Scioli el control del Senado provincial. La cumbre del PJ provincial del sábado pasado en Santa Teresita receptó el clima de desconcierto imperante. Dos días después, el intendente de Tres de Febrero, Hugo Curto, se pronunció a favor de la modificación de la ley de primarias de la provincia, para que sólo se elija en las mismas al candidato a gobernador, pudiendo negociarse la integración de un vice de otra lista. O sea, una ratificación de la invitación que el presidente del PJ local, Fernando Espinoza, le hiciera a Sergio Massa para que compita por dentro del PJ. No se sabe en realidad si estas jugadas, nacidas desde el corazón del poder territorial del oficialismo, tienen o no el visto bueno de Olivos.

Lo cierto es que el intendente de La Matanza le confesaría a sus íntimos que tiene la firme intención de ser el candidato a gobernador del Frente para la Victoria y que no le regalará su espacio a Florencio Randazzo, Gabriel Mariotto o Julián Domínguez. Este último, a su vez, se despachó ayer confesando que Juan Manuel Urtubey le parece mejor candidato que Daniel Scioli para la presidencia. Todo esto mientras el vicepresidente de la Cámara de Diputados, José Ottavis, ya no es de La Cámpora ni quiere serlo. Como en sus primeras épocas de militante peronista, sólo quiere ser un referente del PJ y desde ahí ofrecerle a Daniel Scioli las banderas del kirchnerismo que quiera rescatar. Este síntoma de sálvese quien pueda no sería el único ni el último.

Se hace lo que se puede

 

Sin embargo, no hay duda de que este clima de desconcierto generalizado es propiciado en buena medida por la presidente y su entorno. Ante la virtual imposibilidad de ordenar manu militari al oficialismo bonaerense, Cristina estaría optando por sembrar la confusión para mantener más o menos indemne su autoridad.

De ahí que haya desaparecido de la agenda la decisión de convocar a internas para renovar autoridades en el PJ nacional, cuyos mandatos están vencidos y que se preveían a más tardar para abril. Es que el cristinismo desconfía de un acuerdo de último momento entre José Manuel de la Sota, Hugo Moyano, Sergio Massa y Luis Barrionuevo para impulsar una candidatura opositora que lo coloque al gobierno cerca de la derrota o por lo menos con una victoria no contundente. Así las cosas, de no haber novedades pronto, el PJ nacional marcharía hacia una nueva intervención judicial, con lo cual el gobierno evitaría el riesgo de una interna.

El actual tembladeral bonaerense parece estar directamente ligado a la suerte del actual ajuste en marcha. Si la Casa Rosada consigue sobrevivir políticamente al mismo, seguramente las incipientes señales de rebeldía se calmarán. En caso contrario, existe el riesgo de una implosión, porque los intendentes no están dispuestos a que el cisma planteado por Massa termine por desalojarlos del poder en el 2015.

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