sábado, 24 de agosto de 2019

Conflicto en las Represas





23 agosto, 2019



Conflicto en las Represas, una costumbre argentina que colisionará con la organización laboral de los chinos







Por  Rubén Lasagno



Se conoció hace algunos días un conflicto de largo tiempo, entre la prestadora de servicio de vigilancia privada “Fortaleza” contratada por la UTE Represas Patagónicas y su personal, lo cual derivó en un corte de ruta de los trabajadores, quienes bloquearon desde el En su país Shi Xiaimin, el cuidador de los capitales chinos en las represas, es un devoto exponente del régimen y básicamente su posición frente a los sindicatos es de tolerancia cero. Demás está decir que en China el sindicalismo y la agremiación obrera está tenuemente concentrada más en la actividad privada, pero en el ámbito gubernamental es prácticamente desconocida e impracticable. Mucho menos aún los conflictos que se trasladan a la calle u obstaculizan la producción o los reclamos que tienen, como en el caso argentino, el origen en una prestadora de servicio que al no ser resuelta por ésta, traslada el problema a la operadora. Los chinos no conciben así las relaciones laboralesmiércoles el acceso al obrador de Cóndor Cliff.

Esto ha generado varios problemas, pero solo vamos a destacar el más importante: la interferencia con los trabajos de las obras civiles que se están llevando a cabo allí y las consecuencias negativas generadas para el proyecto, a partir de problemas internos en los suministradores de servicio, en este caso de vigilancia y seguridad.

Gezhouba Group Co, es la empresa china que financia en mayor parte la construcción de las represas. Del otro lado están empresas que como Electroingeniería se encuentran cruzadas por la corrupción desde la era kirchnerista y nunca resuelta en la era macrista. No es un secreto que entre las cláusulas reservadas que exigieron los chinos, se encuentra el compromiso de no interrumpir los trabajos y el control de todas aquellas cuestiones profesionales y/o sindicales que atenten contra el desenvolvimiento del proyecto y su terminación en los tiempos establecidos, aun cuando los chinos han aprendido que trabajar en Argentina es bastante complicado.





En su país Shi Xiaimin, el cuidador de los capitales chinos en las represas, es un devoto exponente del régimen y básicamente su posición frente a los sindicatos es de tolerancia cero. Demás está decir que en China el sindicalismo y la agremiación obrera está tenuemente concentrada más en la actividad privada, pero en el ámbito gubernamental es prácticamente desconocida e impracticable. Mucho menos aún los conflictos que se trasladan a la calle u obstaculizan la producción o los reclamos que tienen, como en el caso argentino, el origen en una prestadora de servicio que al no ser resuelta por ésta, traslada el problema a la operadora. Los chinos no conciben así las relaciones laborales.

Una prueba de ello fue cuando en julio del 2017 un sector de los petroleros liderados por Claudio Vidal bloquearon e hicieron piquetes frente a SINOPEC en momentos en que Chengyu Fu, su presidente, estaba de visita en Santa Cruz donde el chino preveía desembarcar con 700 millones de dólares anuales. Lo mantuvieron bloqueado al propio Chengyu Fu y el empresario actuó a lo chino: decidió dejar de invertir. Adivinó el futuro que le esperaba en Santa Cruz.

Actualmente en las represas el problema se generó dentro de la misma empresa Fortaleza, plagada de irregularidades entre las cuales ha sido denunciada públicamente por su propio personal, por falta de pago de haberes y falta al servicio contratado, lo cual dio como resultado la recisión del contrato por parte de la UTE Represas Patagónicas.

Pero llamativamente, la resolución del problema vino con la contratación directa de la policía provincial, mediante el sistema del “servicio adicional”, un tema altamente cuestionado, tanto porque se utilizan efectivos con los cuales la Fuerza deja de contar para brindar la seguridad ciudadana y transforma a la Jefatura de Policía en un subempleador, alrededor de lo cual comienzan a danzar millones de pesos que en más de una oportunidad han sido cuestionados públicamente, algo más o menos parecido a lo que ocurre con los adicionales de la policía en las canchas de futbol de la liga argentina.

A partir de allí quien tomó cartas en el asunto fue la UPSAP (Unión de Personal de Seguridad Privada) que nuclea a los trabajadores del área y negocia, actualmente, la reincorporación de 60 vigiladores, para lo cual mantuvo una reunión con el Ministerio de Trabajo de la provincia, reclamándole al propio gobierno y a la UTE, por el “apuro” con el cual el servicio de la empresa privada había sido sustituida por policías. Esto, a criterio de las fuentes consultadas, parte de un acuerdo previo entre la UTE y la provincia, para generar esta movida, sacar del medio a Fortaleza que incumple el compromiso y abrir el juego a la policía provincial, de quienes el propio gobierno provincial es aval y le asegura a la UTE que no tendrá problemas.

Pero el problema va mucho más allá y es ahí donde deseamos hacer hincapié. Entre las acusaciones de un lado y otro, para defender posiciones, la UTE señala que Fortaleza no ha cumplido su misión, toda vez que no ha podido controlar el ingreso de alcohol y droga por parte de operarios afiliados a la UOCRA y de Camioneros, otros dos sindicatos de peso dentro del proyecto Cóndor Cliff-la Barrancosa. Y esto nos lleva a pensar que cuando las obras hidráulicas comiencen realmente, estos problema se multiplicarán y los conflictos perdurarán, tal vez trepando en virulencia. La pregunta es ¿Los capitales chinos lo permitirán? ¿El Estado (provincial y nacional) seguirán asumiendo y absorbiendo estos conflictos y sus consecuencias para descomprimir la situación y minimizar los riesgos? ¿O tomará un papel más relevante y definitivo el gobierno provincial, atendiendo que funcionarios suyos poseen, dentro de las represas, a sus flotas de camiones trabajando para la UTE?.

¿No es sospechoso que ahora, los mismos sindicatos de la UOCRA y Camioneros (ambos oficialistas), sean los encargados de sumar una parte de los trabajadores de Fortaleza? ¿Cuál es el compromiso que asumirían estos gremios si no es por orden o acuerdo a través del gobierno provincial con la propia UTE?.

Probablemente la empresa Fortaleza no deba seguir cumpliendo funciones por deficiencias e incumplimientos de contrato. Ahora bien, el personal cesante de Fortaleza debería ser reacomodado en otra empresa privada y no incorporarse como parte de la escuadra estatal que comparte labores con cargo a los capitales nacionales y/o chinos, porque mañana podrían ser los mismos de la UOCRA, los Camioneros, los Gastronómicos, de minería etc dentro del universo de gente destacada en labores en de las Represas, que hicieran un planteo similar. Y en este caso ¿Será el Estado provincial o nacional el que deba socorrer a las empresas privadas, incorporando gente con ingresos no planificados y hasta podrían ser innecesarios?. Esta es una vieja costumbre de la política provincial/nacional y puntualmente el principal mecanismo de compensación que utiliza el kirchnerismo.

Las fuentes aseguran que dentro de la UTE hubo serios chisporroteos con los representantes chinos, quienes advierten eso como una anomalía. Incumplir los contratos y luego asumir las pérdidas a través de la unión de empresas, nunca estuvo en los planes. Sin embargo, aseguran que los chinos prevén tales problemas y el compromiso asumido por los gobiernos es resolverlos, en este caso transformando a la provincia en una empresa de servicio más. Con la vigilancia a su cargo, los trabajadores de la construcción controlada a través de la UOCRA que le responde y el sindicato de Camioneros, aliado político del kirchnerismo, uno de los principales objetivos del gobierno provincial está bien encaminado: controlar quiénes ingresan a trabajar al complejo y tener la decisión en los distintos rubros que se desarrollan allí.

Y este conflicto, revela aún un problema mayor: la existencia de alcohol, armas y droga en los obradores, tal como ocurre en la industria petrolera bajo control de algunos sindicatos. Esta realidad está perfectamente cubierta de la prensa, pero cualquier ex trabajador que haya estado allí, en los campos y en los campamentos, saben de lo que se trata cuando se habla de ese fenómeno que preocupa sobremanera a las empresas mineras y/o petroleras en Santa Cruz.

(Agencia OPI Santa Cruz)

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