lunes, 18 de mayo de 2020

HUMOR POLÍTICO

Clarín



17/05/2020 


Tío Alberto, el garante de todos y todas



Cristina podrá zafar de una de sus causas. O de algunas. O de muchas. Pero no de todas. Al final siempre ganan los buenos. Aunque a veces sea muy muy muy al final.



Presidente. Alberto Fernández, en su despacho.




  Alejandro Borensztein




Antes que nada, corresponde aclarar que el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, no ha clasificado para el concurso del Pelotudo de Año. Consultado por los medios sobre la llamada que le hizo a Boudou para pedirle asesoramiento económico, el Gobernador aclaró textualmente que “fue una simple teleconferencia con el compañero Amado” desmintiendo los rumores periodísticos que indicaban que el exvicepresidente, y actual preso político de la dictadura macrista, iba a ser contratado como asesor provincial. De ese modo quedó aclarado que, por el momento, Quintela no califica para la competencia porque no es un Pelotudo. Estuvo a punto de serlo, casi casi, pero por ahora no lo es.


Tampoco participará de la competencia el Titular de la Oficina Anticorrupción, Felix Crous, pese al clamor opositor por sumarlo al gran torneo como cabeza de serie y flor de candidato.

El funcionario acaba de anunciar que la Oficina Anticorrupción, un organismo que debe investigar y perseguir los actos de corrupción pública, se retira como querellante en las causas de “Hotesur” y “Los Sauces” en las que los Kirchner & Associates están hasta las manos.

Con esta decisión, Felix Crous demuestra que no es ningún Pelotudo y que entendió perfectamente cómo viene la mano. Es obvio que no tiene sentido perder el tiempo querellando en causas que, si bien están avanzadas, ya todos sabemos que van a terminar cajoneadas para siempre, como corresponde. Ningún juez va a querer comprarse un problema condenando a la expresidenta por cometer una serie de delitos que, en el fondo, se sabe que eran maniobras de choreo y lavado sumamente necesarias: hace años que la lucha para la liberación está carísima y no hay cometa ni retorno que alcance.

Bien ahí este muchacho Felix Crous al abandonar una tarea estéril dando un ejemplo de sentido común y austeridad con los recursos del Estado Nacional, tan necesarios en este momento.

Sin embargo, estos episodios han provocado cierta preocupación en algunos sectores que ven en todo esto una maniobra tendiente a organizar un plan de impunidad y hacer zafar a la Reina Hotelera de sus chanchullos.

En realidad, quienes están preocupados por el avance kirchnerista sobre la Justicia deberían tranquilizarse. Si bien se puede observar claramente que el mecanismo para liberar a Ex Ex Ella se va encaminado en casi todas las causas, hay una de la que no va a poder zafar tan fácilmente: el Memorándum con Irán.

¿Cuál es la razón? Muy simple: ahí tenemos un garante. Ni más ni menos que el mismísimo profesor de derecho y Presidente de la República Argentina Don Tío Alberto Fernández que seguramente no va a permitir que haya maniobras y operaciones sobre la justicia que lo contradigan.

Y acá nos ponemos de pie y volvemos a citar, por séptima vez en esta página, la piedra fundacional del Albertismo de los miércoles: su nota publicada en el diario La Nación el 16 de febrero de 2015 bajo el título “Hasta que el silencio aturda a la Presidenta”. Justamente hoy se cumplen 5 años y 3 meses exactos desde aquel día histórico.

Sabe Dios por qué nadie le ha preguntado aún sobre este tema. No importa. Acá no somos ingratos y siempre reconocemos los méritos ajenos.

Expresó nuestro Presidente en aquel texto memorable: “Cristina sabe que ha mentido y que el memorando firmado con Irán sólo buscó encubrir a los acusados. Nada hay que probar. Merced a ese pacto, la evaluación de los hechos quedaría en manos de una comisión que funcionaría en la patria de los prófugos y en la que la mayoría de sus miembros debería contar con el acuerdo iraní”.

Chupate esta mandarina. ¿Quien se va a animar a contradecir al profesor de la UBA y Presidente de la República en una definición tan contundente y lapidaria? ¿Cómo se hace para despegar a la Vice de semejante cosa? Olvidate, no hay manera.

¿Alguien piensa que Tío Alberto va a traicionar su propias expresiones? Puede ser que en alguna situación particular, un presidente pueda llegar eventualmente a desdecirse de alguna cosa que tal vez pudiera haber dicho en el pasado. No es el caso de Tío Alberto, por supuesto. Ponele que a otros presidentes les podría pasar. Pero nunca a él y mucho menos con expresiones que han sido puestas por escrito.

Por si quedara alguna duda, Tío Alberto agregó en aquel glorioso texto de 2015: “Sólo un necio diría que el encubrimiento presidencial a los iraníes no está probado”. Ni Mandrake puede recular de esto y ni Houdini podría desatarse de estas cadenas.

Esto debería llevar mucha tranquilidad a las Elisa Carrió, a las Mariana Zuvic, a las Paula Oliveto y a las Graciela Ocaña de este mundo que andan por la vida desconfiando de la justicia y del gobierno. Calma amigas, recuerden las sabias palabras del padre político de muchos de los que hoy habitan tanto la Rosada como el Instituto Patria: “No las voy a defraudar” .

Y si alguien todavía tiene alguna duda de que el Presidente no va a traicionar sus ideas y sus principios, pueden hacer un cuadrito con este párrafo de aquel inolvidable texto publicado por Tío Alberto “No es la primera vez que Cristina actúa de ese modo. También encubrió la corrupción de su vicepresidente (Boudou) expropiando una empresa fabricante de moneda y logrando que los votos de diputados y senadores legitimaran el ocultamiento de pruebas”. Belleza, diría el Bambino. Y ojo que es todo posta posta.

Cristina podrá zafar de una de sus causas. O de algunas. O de muchas. Pero no de todas. Al final siempre ganan los buenos. Aunque a veces sea muy muy muy al final.

Ayudemos a Tío Alberto a mantener firme sus convicciones porque él es nuestro garante. No le hagamos lío justo ahora por alguna de sus circunstanciales metidas de pata. Con el estrés de la pandemia cualquiera puede mandarse una macana.

Pasemos por alto que casi nos lleva a la guerra con Chile y después con Suecia. Cerremos los ojos cuando casi rompe el Mercosur o cuando sigue ninguneando al presidente de Uruguay, Lacalle Pou. Calma, no nos indignemos cuando maltrata en cámara a Luciana Geuna ni cuando le echa la culpa a Macri del estado de las cárceles ante la repregunta de Maru Duffard. Ni mucho menos cuando acusa a María Eugenia Vidal de haber arruinado en sus cuatro añitos de gobierno la maravilla que dejaron los 28 años ininterrumpidos de peronismo. Ya llegará el momento de los reclamos. Ahora hay que cuidar a Fernández porque es la garantía de que en la Argentina no habrá impunidad.

Para los que piensan que el Presidente tiene dos caras, recuerden la frase de Abraham Lincoln: “Si tuviera dos caras porque habría de usar esta??”.

Vamos. Confiemos en Tío Alberto. Siempre toma la decisión correcta. Pudiendo haber hecho carrera como vendedor de autos usados, eligió ser profesor de derecho y Presidente de la Nación. Gracias a Dios.

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