13/04/14 - 12:40hs
Alrededor del 46% del sueldo de un trabajador Cerca va a parar a la AFIP. Además, al impacto creciente de Ganancias, hay que sumar los descuentos de jubilación y de obra social, más la erosión adicional que implica el 21% de IVA, los ingresos brutos y otros impuestos y tasas.
A esto hay que agregarle la incidencia negativa del impuesto a los Bienes Personales sobre los ingresos de los empleados o trabajadores por cuenta propia que tienen un departamento pequeño y un auto y sobre los monotributistas y autónomos del impuesto “al cheque”.
La especialista Flavia Melzia consideró al respecto: “Un trabajador, sin cargas de familia, con ingresos brutos mensuales de $ 20.000 soporta descuentos del orden del 41,86%, como consecuencia del impacto que generan las cargas previsionales, el impuesto a las ganancias y el Impuesto al Valor Agregado contenido en sus consumos. Para un trabajador con ingresos de más de $ 25.000 la presión tributaria se eleva hasta un 46,45% del salario bruto. Y si se computan tributos como el impuesto sobre los ingresos brutos o las tasas municipales que se incorporan en el sistema de precios sin discriminación en el precio final del producto, los porcentajes suben significativamente y pueden hasta superar el 50% de los salarios brutos del trabajador”.
Además, con los cambios en Ganancias generados por la aplicación del Decreto 1242/13, las distorsiones son mayores. Por ejemplo, los trabajadores que tenían entre enero y agosto de 2013 ingresos no superiores a $ 15.000 han quedado fuera del impuesto a las Ganancias, aunque ahora superen ampliamente dichos ingresos. En cambio, a los que ingresaron al mercado laboral con posterioridad a dicho decreto, les descuentan del sueldo dicho impuesto aún cuando sus ingresos son inferiores a los $ 15.000 mensuales.
“Esto pone en evidencia la necesidad insoslayable de propiciar una reforma tributaria, que tienda a corregir estos desequilibrios, readecuando las escalas del impuesto y reestableciendo además un mecanismo de repotenciación automática que reduzca la discrecionalidad del Poder Ejecutivo en el establecimiento de las deducciones personales”, señala Melzi.


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