Un sector importante de la dirigencia del PRO está confiada en que
los radicales y UNEN lo lleven a Mauricio Macri como candidato a
presidente en una interna abierta. Las encuestas lo dan en un tercer
lugar, como Poliarquía, que le da el 18%. Pero los macristas, salvo los
que vienen de partidos tradicionales, tienen poca experiencia y se
tragan lo que dicen los encuestadores que trabajan para Macri. La verdad
sólo la saben Marcos Peña, Jaime Durán Barba y Nicky Caputo, que no se
engañan como la gran mayoría del PRO.
La estrategia que estarían elaborando sería la siguiente: Como jefe de gobierno, tiene votos populares en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires y en el conurbano también, pero lejos de Sergio Massa y Scioli. Sí superaría ampliamente los votos del Frente Progresista en la provincia. De ahí que ahora Macri haga gorilismo, a la búsqueda de los gorilas radicales y atacando duramente al peronismo, diciendo que todo lo que pasa es interna peronista, como el paro del jueves.
Así mete en la misma bolsa a CFK, Massa y Scioli, diciendo que todo pasado fue peor y es posible que logre algunos puntos más con radicales e independientes, cuya epidermis no soporta a ningún peronista. Así y todo, debería de acá hasta fin de año subir al 15 real no al que le da “Macriarquía”, como suelen llamar a esa consultora.
Claro está que, según diputados del Frente Renovador, también se puede hablar de “Scioliarquía” porque este sector compra las encuestas truchas de Poliarquía, ya que todavía gozan de cierto prestigio pese a que patinaron en las PASO y en las elecciones legislativas del año pasado.
Para Macri personalmente, se le reservaría el Ministerio de Planificación Federal, con el retorno de la Secretaría de Transporte, que ahora está en manos de Florencio Randazzo. De modo que Macri, con una muy buena gestión, podría ser un candidato firme a la presidencia en el 2019, cuando tendría menos de 60 años, es decir, una muy buena edad para ser presidente después de consolidar al PRO en los 24 distritos, con posibilidades ciertas de pelear en todos esos distritos, cosa que en el 2015 está muy lejos de alcanzar. De ahí que Caputo sostenga que, en una alianza con Massa y con los radicales Aguad y Mestre, este frente hasta podría ganar en la primera vuelta.
La estrategia que estarían elaborando sería la siguiente: Como jefe de gobierno, tiene votos populares en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires y en el conurbano también, pero lejos de Sergio Massa y Scioli. Sí superaría ampliamente los votos del Frente Progresista en la provincia. De ahí que ahora Macri haga gorilismo, a la búsqueda de los gorilas radicales y atacando duramente al peronismo, diciendo que todo lo que pasa es interna peronista, como el paro del jueves.
Así mete en la misma bolsa a CFK, Massa y Scioli, diciendo que todo pasado fue peor y es posible que logre algunos puntos más con radicales e independientes, cuya epidermis no soporta a ningún peronista. Así y todo, debería de acá hasta fin de año subir al 15 real no al que le da “Macriarquía”, como suelen llamar a esa consultora.
Claro está que, según diputados del Frente Renovador, también se puede hablar de “Scioliarquía” porque este sector compra las encuestas truchas de Poliarquía, ya que todavía gozan de cierto prestigio pese a que patinaron en las PASO y en las elecciones legislativas del año pasado.
Un frente ganador
Fuentes seguras del PRO sostienen que Nicolás Caputo, el alter ego de Macri, dice que hay que recomponer la alianza con Massa a cambio de que éste apoye a Horacio Rodríguez Larreta como jefe de gobierno y que la vicegobernación de Buenos Aires quede para María Eugenia Vidal, más la gobernación de Santa Fe para Miguel del Sel, junto a la reelección como senador nacional de Carlos Reutemann, aliado del tigrense. Como vicepresidente de Massa, Caputo opina que finalmente quedará el diputado radical cordobés Oscar Aguad. Para la gobernación de Córdoba, la fórmula sería Ramón Mestre-Héctor Baldassi.
Para Macri personalmente, se le reservaría el Ministerio de Planificación Federal, con el retorno de la Secretaría de Transporte, que ahora está en manos de Florencio Randazzo. De modo que Macri, con una muy buena gestión, podría ser un candidato firme a la presidencia en el 2019, cuando tendría menos de 60 años, es decir, una muy buena edad para ser presidente después de consolidar al PRO en los 24 distritos, con posibilidades ciertas de pelear en todos esos distritos, cosa que en el 2015 está muy lejos de alcanzar. De ahí que Caputo sostenga que, en una alianza con Massa y con los radicales Aguad y Mestre, este frente hasta podría ganar en la primera vuelta.
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