miércoles, 16 de abril de 2014

Cristina decepciona definitivamente a los mercados y le dejaría una pesada herencia a su sucesor





abril 16, 2014
 
 
 
 
 
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Los abundantes elogios que recibieron Axel Kicillof y la presidente de Christine Lagarde, la Directora Ejecutiva del Fondo Monetario Internacional, al decir; “me encanta que asistan a la asamblea del fondo” y fue compartida por varios bancos de inversión con sede en Wall Street, que recibieron muy bien la devaluación, el aumento de las tasas de interés y la eliminación de subsidios, se vino abajo en el día de ayer cuando Kicillof declaró que el nuevo IPCnu de marzo dio un aumento del 2,6% que de por sí es uno de los más altos del mundo y porque los consultores privados dieron de 3,3% para arriba.

 Pero esta decisión de Cristina no la respalda ningún cálculo estadístico y obedece al enojo presidencial cuando el ministro de economía le contó a la vuelta de su viaje a Washington que era imposible negociar con el Club de París si el FMI no era el auditor del plan de financiamiento, lo que enfureció a la presidente. Así fue que lo mandó el lunes pasado a Kicillof a dar una conferencia de prensa para decir que la Argentina no tiene ni aspira a tener un plan común con el FMI ni piensa aceptar la aplicación del artículo IV del estatuto del Fondo, que en realidad no es tan importante. Por ejemplo, en la revisión de los Estados Unidos, el Fondo es muy crítico y no hay consecuencias graves. Pero el problema es que el FMI no puede decir que garantiza el futuro pago argentino al Club de París si le acepta el plan presentado por Kicillof.

Las últimas reformas, aunque van en el buen sentido, no alcanzan para asegurar el pago, por la pesada herencia que le dejan al próximo presidente, que asumirá el cargo en diciembre del 2015. En efecto, la eliminación muy parcial de los subsidios alcanza apenas al 5% de todos ellos. Es decir que no impide una alta emisión y, como el plan que quiere Cristina para el Club de París contempla pagos para el 2016, si el nuevo gobierno recibe semejante cantidad de subsidios no podrá pagarle a aquél.

En un laberinto

 

La fría de Cristina se basa en sus flojos conocimientos de la economía, lo que la hizo pensar que si, pese a las tres medidas que tomó, al FMI no le alcanza, a ella le importa poco que ese organismo en julio apruebe el nuevo IPCnu, ya que sólo le interesaba un acuerdo con el Club de París, que ahora está cada vez más lejano. La paz cambiaria que hay en estos días esconde el no pago de 4.500 millones de dólares de importaciones imprescindibles que el gobierno autorizó, pero a cambio de que demoren los pagos.

En cambio, Guillermo Moreno no dejaba importar. Pero de todas formas es lo mismo, porque las empresas que importan consiguen los dólares afuera y después el Banco Central se los paga. Por ejemplo, ayer martes el BCRA compró 350 millones dólares, un récord absoluto en estos tiempos, pero las reservas quedaron en 27.759.000 millones de dólares, casi la misma cifra que el lunes, porque tuvo que pagar casi lo mismo que compró.

En conclusión, el Central está comprando reservas apretando cerealeras para que liquiden de aquí hasta junio y después el gobierno estaba pensando en financiarse con préstamos del exterior. Pero visto el fracaso ante el FMI, esto sería imposible salvo para YPF, que puede conseguir 1500 millones dólares más, pero a fin de año esto no alcanzaría, por lo cual el gobierno deberá devaluar y subir aún más la tasa de interés con lo que acentuaría la recesión. Y siembra interrogante si la presidente entregará en tiempo y forma la presidencia a quien gane las elecciones en octubre del 2015.
 

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