viernes, 29 de noviembre de 2013

EMPROBRECER A LOS PORTEÑOS Y HACER BUENOS AIRES INHABITABLE








29 de Noviembre del año 2013 - 1209

 Macri y toda su banda de oficialistas y opositores, todos astillas del mismo palo, están dedicados a empobrecer a los porteños y hacer Buenos Aire inhabitable. Hace rato que están dedicados a eso. Sería largo enumerar la serie de normas, obras y omisiones que están convirtiendo a Buenos Aires en una "senzala" (N: palabra portuguesa que significa "barracas en las que habitan los esclavos"). 

Lo último son los aumentos desmesurados en el impuesto inmobiliario y en las multas de tránsito. Ambas son confiscatorias, pero las segundas son un latrocinio. Si la máquina de fotos de la Municipalidad indica que Ud. se pasa un segundo de los 140kms por hora en una autopista, como por ejemplo la que va a Ezeiza, debe pagara una multa de $19.400 que tal vez sea mayor que el valor de venta de su auto. 

Entretanto, el Sr. Macri, caradura, inútil e injusto, deja que un grupo de cinco o seis individuos protegidos por la Policía (la que depende de él y la otra que podría neutralizar si quisiera), corten una calle cometiendo en ese acto cinco delitos en concurso real y causando un caos en el tránsito. Eso no se pena con una multa sino con unos cuantos garrotazos para dispersarlos y la cárcel de yapa. 

Esa desigualdad en beneficio de los atorrantes y en perjuicio de los que "tienen algo", por ejemplo, un auto, no le causa escozor a nadie ni origina protesta alguna. Mientras tanto, Macri y sus cómplices, se permiten aumentar los impuestos y las penas como si Buenos Aires fuera el paraíso en la tierra y hubiera que pagar muy caro el beneficio de vivir en ella. 

Encima de eso, Macri ha resuelto transformar Buenos Aires a su imagen y semejanza, o sea, en un caos. Todo el centro de la ciudad está cortado por obras que no terminan nunca y que serán peor cuando las terminen. Por ejemplo, las "peatonales". Florida siempre fue peatonal sin que hubiera necesidad de gastar un peso en su peatonalidad. Pero ahora sí, ahora es una peatonal que costó millones, lo mismo que las otras calles que está sometiendo al mismo proceso en el cual ganan muchos que no aparecen en los papeles. 

Macri es un patán, de obscuro origen, de peores costumbres y de muy mala educación. El otro día recibió al ex - Presidente de Francia, Sarkozy, sin corbata. Nunca se pone corbata el idiota ese, tal vez porque crea que eso le trae votos de la masa peronista que era descamisada antes de enriquecerse contra toda moral en la función pública o de gozar de los "planes trabajar" que les pagan miles de pesos por no hacer nada. 

Si a eso se le agregan el aumento de un promedio del 30% en el impuesto inmobiliario, ya aumentado en más del 200% desde que se hizo cargo este flagelo político, por la vía de revaluar las propiedades; si a eso se le suma la brutalidad de las "expensas" que cobran los administradores de los edificios de departamentos, gran parte de las cuales son el sueldo de los porteros, verdaderos privilegiados que sin hacer prácticamente nada (a no ser barrer la entrada y prender y apagar la calefacción central, cuando la hay), suma una cantidad tan grande que muchos propietarios no la pueden pagar. Y menos si son infelices jubilados (robados por el Estado del que Macri forma parte) que viven en los departamentos en que siempre vivieron pero que ahora no los pueden sostener por lo cual Macri quiere obligarlos a retirarse a vivir en un caño. 

Para remachar ese infame proceso, acude presurosa la legislación civil de la "propiedad horinzontal" otorgándole poder ejecutivo a los "certificados de deuda" emitidos por los “administradores” con lo cual, los abogados de esos personajes, se apresuran a demandar judicialmente por la vía sumaria a los infelices propietarios, los "patos de la boda" de esta "fiesta", a rematarles los departamentos y a quedarse con todo o casi todo el producido de la venta. 

Si este canalla de Macri y sus adlateres, más toda la izquierda que finge ser opositora, por lo menos aseguraran el libre tránsito contra piquetes y demás interferencias del tránsito, y si garantizaran seguridad contra la delincuencia, aunque esos aumentos no se justificarían nunca, al menos ellos podrían ensayar una excusa. Pero ni eso. No sirven de nada para nada y todavía tenemos que pagarles por ser dañinos. 

Lo más asombroso de todo el caso es que los porteños, que rechazaron dos invasiones inglesas y resistieron la invasión de Julio A. Roca en 1880, entre otras hazañas, ahora parecen mariconcitos entregados a lo que venga, que no se atreven ni a emitir un tímido balido para oponerse a estos atropellos. 

Le aseguro que en cualquier ciudad del mundo en que las "autoridades" hicieran estas cosas habría un levantamiento general inspirado por la más justificada indignación. Pero aquí no. Me dan asco estos carneros que habitan Buenos Aires. Me doy asco yo mismo por no romperle la cara a Macri y por no buscar la ocasión de hacerlo. 

Cosme Beccar Varela   

La presente nota del Dr. Cosme Beccar Varela es publicada en La Misére Porc, por gentileza de su autor.

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