sábado, 30 de noviembre de 2013

El gobierno usó a la Corte para consagrar la inseguridad jurídica





noviembre 30, 2013
 
 
 
 
 
 Antonio Trajani, Comisario de Industria de la Unión Europea, comentó favorablemente el acuerdo del gobierno argentino con la empresa española Repsol, pero se preguntó: “¿Se puede invertir o no en la Argentina? Si no hay inseguridad jurídica, los capitales irán a Brasil, Chile o Perú”, sentenció el alto funcionario de la Comunidad Europea, que se refirió a esta década kirchnerista recordando los dichos del actual ministro de economía, Axel Kicillof, execrando a los mercados y el capitalismo. 

Los funcionarios europeos están plenamente informados del zafarrancho jurídico que armó la media sanción por el Senado del nuevo Código Civil y Comercial, que pone en grave peligro la propiedad privada y habla vagamente de derechos de incidencia colectiva que se privilegian por sobre los derechos individuales. También recuerdan algunos párrafos del larguísimo fallo de la Corte declarando la constitucionalidad de la ley de medios audiovisuales, por ejemplo el que se refiere a libertad de expresión como un derecho colectivo. 

Ricardo Lorenzetti presidente y la ministro Elena Highton de Nolasco, quienes compartieron la redacción original de este nuevo código junto a la prestigiosa jurista mendocina Aída Kemelmajer de Carlucci, se reunieron anteayer en el Palacio de Tribunales para tomar distancia de la media sanción aprobada por la Cámara de Senadores con las modificaciones que impulsó la Casa Rosada.

La jugada sucia

 

La cuestión es que el Ejecutivo modificó sustancialmente el proyecto original de la Comisión Redactora integrada por los tres juristas antes mencionados, quienes esperaban que su obra jurídica sería debatida punto por punto por las bancadas. 

Pero pagaron su ingenuidad imperdonable, ya que la presidente modificó la letra y el espíritu del proyecto. Y así fue que el presidente de la Corte Suprema no se presentó al Congreso a exponer. Decimos ingenuidad imperdonable, ya que el cristinismo, con la ley de medios, embaucó a muchos sectores políticos con las banderas del pluralismo y la lucha contra los monopolios y después hizo lo que se le dio la gana. 

Lo mismo pasó con tantas otras leyes, por lo cual los ministros de la Corte no deberían sorprenderse por esta nueva picardía, otra de las tantas a las que ya nos tiene acostumbrados el cristinismo. Entonces tomaron distancia de la nueva redacción, aunque reconocen el derecho de los legisladores a modificar lo que decidió la comisión redactora de más 100 juristas, pero están en desacuerdo con que el oficialismo aprobó el proyecto en soledad con el abandono de las bancas de toda la oposición política.

A la Corte Suprema le pasó lo mismo que al Santo padre con la doctrina de la Iglesia, que establece el inicio de la vida desde la concepción en el seno materno. Y lo mismo ocurre en los casos de fertilización asistida y alquiler de vientres, contrarios a la redacción del Código que establecía que “la concepción se inicia recién con la implantación en el seno materno”. 

Pero, como ocurrió con todas las leyes importantes del kirchnerismo, se terminó en un verdadero engendro jurídico que afecta la propiedad privada y la libertad individual. Los titulares de la comisión redactora, que fueron lisa y llanamente usados por el cristinismo, aprendieron que la naturaleza de éste es la del escorpión y que el resultado final consagra la inseguridad jurídica en la Argentina.

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