Voces, reclamos y esperas de jubilados

13/03/2020 - 23:00

Voces, reclamos y esperas de jubilados

Jubilados se concentran frente a la sede de la Corte Suprema de 

Buenos Aires para reivindicar una mejora en sus pensiones. 

Foto archivo EFE.



A instancias de la municipalidad de San Miguel inicié mi jubilación ordinaria como médico el 15 de abril de 2015, a los 60 años de edad, como lo establece el Instituto de Previsión Social de la Provincia de Buenos Aires (IPS). Eso ocurrió hace más de 4 años y 9 meses. El expediente permaneció siendo dirigido de oficina en oficina hasta el presente sin ninguna decisión sobre el derecho jubilatorio, a pesar de existir la certeza de que “no reúno derecho jubilatorio” con los aportes reconocidos por IPS según nota del Departamento de Cómputos de servicio del 04 de julio de 2016. 

Esto se debió a que la “Fiscalía de estado de la provincia de Buenos Aires” desde el 2012 desconoce las moratorias de la ANSeS para cómputos de servicios. Al tomar conocimiento de esto último reinicié mis aportes al IPSen junio 2017 al ser designado como médico en la Municipalidad de San Isidro para poder tener derecho en el futuro a la jubilación por edad avanzada al cumplir 65 años. Durante 2019 cumplí 65 años trabajando en la Municipalidad de San Isidro hasta el 31 de agosto de 2019, cesando mediante renuncia con el objeto de solicitar la jubilación por edad avanzada, con 30 años y 4 meses de aportes reconocidos por el IPS y con una prestación de servicios de 5 años y 3 meses durante el período de 8 años inmediatamente anteriores al cese en la actividad.

Actualmente, el expediente figura enviado a la “Delegación asesora general de Gobierno” desde el 13 de diciembre de 2019 con remito 2.352.572 sin ser tratado, y en una oportunidad estuvo más de 1 año en una misma oficina. Pero sigo esperando la denegatoria del trámite jubilatorio actual (jubilación ordinaria) para el cambio de carátula a jubilación por edad avanzada, la cual no se puede iniciar hasta que termine el proceso y me comuniquen el rechazo definitivo al derecho jubilatorio.

Daniel E. Madden

macdanielmadden@hotmail.com





Mi padre, Enrique Carlos Felice, DNI 1.736.358, tiene 97 años de edad.Tiene  una sentencia judicial favorable que se encuentra firme y desde 2017 se está intentando que la ANSeS actualice su jubilación - Expediente CSS 006413/2005-. El retroactivo se pudo cobrar a duras penas a través de un embargo, encontrándose aún pendiente la actualización de su haber mensual de conformidad con lo dispuesto en la sentencia. 

La ANSeS informa que se encuentra abocada al cumplimiento de la sentencia, lo cual no sucede, presentando escritos que no hacen más que dilatar el cumplimiento de la manda judicial. Por su avanzada edad y delicada condición de salud, requiere de muchos cuidados y gastos que no son cubiertos por su haber (el que no ha sido actualizado desde el 11/2010) ¿Qué está esperando la ANSeS? ¿Está especulando con la finitud de mi padre a sus 97 años?...


Susana Felice
susifelice@gmail.com





Si hacemos caso al aviso de la ANSeS/Presidencia de la Nación del 23 de noviembre de 2008, que en su ítem 2 decía textual: “Los fondos de pensión no son ni de las AFJP ni del Estado, son de los jubilados y pensionados argentinos”, se trataría de fondos privados. Si se los han apoderado, han cometido una estafa. ¿Habrá sido por ignorancia, estupidez o avivada? Si no es así, han hecho propaganda engañosas y está penado por la ley. En el ítem 3 dice textual: “La jubilación pública le garantizará a todos los afiliados de las AFJP, una remuneración igual o mayor a la actual”. Falso.

Los afiliados estamos cobrando menos, ya que la distribución de la utilidades por inversiones que hacían las AFJP no las tenemos más. ¿Qué hacen con las colocaciones de los sobrantes de caja que producen intereses? Si los reparten, queremos nuestra parte. Si los fondos son privados, queremos nuestra participación. Si están haciendo colocaciones a menor tasa del mercado, están haciendo fraude, estafa y malversación de fondos. Nos han mentido y engañado. No hemos visto un peso más. Pero la impunidad es su mejor protección. No cumplen lo que dice la Corte Suprema de Justicia de la Nación, así que se ríen de todos. Los jueces y fiscales están dibujados y pintados.

¿Para qué sirven? Para nada. Entonces ¿para qué vamos a gastar en honorarios de abogados? Eso es por lo que se encuentran tan tranquilos diciendo mentiras. Textual: “Algunos, con ingenuidad o picardía cuando se junta plata creen que todo es para repartir lo que se junta”. Eso lo dijo la Presidente de la Nación. ¿Quién repartió jubilaciones a mansalva, asignaciones por hijo y otros “regalitos”? Otro, sí dijo: “Los que hoy quieren repartir (los recursos) son los que los tiraron por la ventana y endeudaron al país” ¿Quiénes fueron? ¿Cinismo, ignorancia o estupidez?, y tal vez la volvamos a elegir.


Florencia Domínguez

flojazmin.dominguez@yahoo.com.ar






La falta de control de gestión revela hoy, más que nunca, una injusticia que ubica a muchos jubilados en “donantes” de parte de sus haberes a favor de quienes (por una ley justa en su intención, pero abusada en la acción) perciben un beneficio por haber demostrado una actividad que en realidad no ejercieron. Que quede claro que no me refiero a los no aportantes que han trabajado toda su vida en negro.

Hablo de aquellos que teniendo medios y no habiendo trabajado, se escudan en el “derecho que le otorga la ley” para no hacer otra cosa que violarla. La falta de control convirtió esta ley en injusta: quien gana veinte mil pesos debe colaborar con parte de su beneficio a los que fraudulentamente demostraron una actividad merced al ejercicio de inescrupulosos abogados, que a eso se dedicaron. Se podrá argumentar que no son la mayoría, sino unos pocos, pero sumados a los pocos ineficientes que ingresan a la gestión por “acomodo” político, y a los pocos eximidos de impuesto a las ganancias, y a los pocos que se enriquecen cuando todos se empobrecen, terminan siendo muchos los que debieran avergonzarse públicamente de este modo de “achatar” la distancia entre la jubilación mínima y la máxima.


Berta Dorin

bertadorin@yahoo.com.ar