lunes, 16 de marzo de 2020

Avant Premiere

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15/03/2020 - 18:56


Avant Premiere
Mate a la siria, el malhumor de Mauricio Macri y ¿vuelve Florencia Kirchner?


Las nuevas costumbres que trae el Coronavirus. El ex presidente pide más dureza opositora. Y mucha expectativa por el viaje de Cristina a Cuba.



Florencia Kirchner, junto a Cristina, en una
de las visitas de la vicepresidenta a Cuba.



Ignacio Zuleta  Ignacio Zuleta


La política del streaming que toma el mate "a la siria"


También la política pasa a la clandestinidad de las redes, único recurso que les queda a los profesionales de la vida pública. Ensayan ejercicios de captura de voluntades ajenas mediante formas del streaming, como el que le dará espacio este miércoles a una reaparición de la oposición radical: Alfredo Cornejo inaugurará la Escuela de Formación de Dirigentes de la Fundación Alem, el think tank que conduce Jesús Rodríguez. Sin apartarse de los protocolos, el acto se hará por internet. En otros escalones de la sociabilidad prohibida, surgen consejos como el de tomar mate "a la siria". ¿Cómo?, le pregunta uno a alguien que sabe de eso, Ramón Puerta, ex presidente y productor yerbatero. En Siria la gente no comparte la bombilla. Cada uno con su mate y su marca de yerba. Lo que circula es la pava. Ilustra también no sólo modos étnicos: la política es también un oficio de cuentapropistas y encanta eso de “un hombre, un mate”. Se lo explicaba a Miguel Pichetto, otro personaje en busca de autor, con quien estuvo reunido el viernes, que disparará las ventas de yerba. Un efecto reactivador de esta crisis que, como ocurre con los grandes cataclismos, hunde algunos negocios, pero también catapulta otros.


Las ventas de los supermercados subieron 50% en una semana de protocolos médicos. El precio del barril de petróleo descendió a niveles de remate (US$ 33 al finalizar la semana). Esto dinamita inversiones que se hacen inviables con esos valores, pero habilita a otras, que dependen del precio de la energía, hoy más barata. Con esos reacomodamientos, ¿cómo no van a aprovechar algunos gobiernos la oportunidad de reorganizar sus agendas? Una situación ideal para países con administraciones en proceso de organización, reorganización o acosados por elecciones a la vista. Tienen todas las audacias a la mano para justificar cambios de rumbo que, en situaciones de normalidad, no podrían emprender.


Malhumor en el otro Olivos (el de Macri)


Espejismos similares surgen de otros movimientos opositores, como el PRO. Mauricio Macri se quedó en Buenos Aires a la espera de una nueva fecha para asumir la presidencia de la fundación FIFA. Acumuló entrevistas a lo largo de la semana en las oficinas de la avenida del Libertador, a pocas cuadras de la residencia de Olivos, en Vicente López. A la mesa del PRO le escuchó la estrategia para las sesión de reforma judicial en el Senado. Estaban Humberto Schiavoni, Cristian Ritondo y Patricia Bullrich, además de Fernando de Andreis (que no pierde una), y no le gustó mucho el ánimo de algunos de darle el quórum a la sesión. Es inútil hacer eso, le dijeron, igual van a tener el número. Le explicaron detalles del dictamen de minoría que había preparado Martín Lousteau, una pieza decorativa si se aprobaba lo que quería el Gobierno, que es lo que ocurrió. Igual quedó malhumorado.

Macri cree que el tiempo que se viene obligará a la oposición a ponerse firme en gestos del peronismo de "avasallamiento institucional". Ponerse firme es, por ejemplo, darle protagonismo a Patricia Bullrich con consignas que consolidan la adhesión de los seguidores férreos del PRO. Por ejemplo, con el comunicado de apoyo a la candidatura de Luis Almagro a renovarse como secretario de la OEA. Un ademán decorativo, porque la oposición ni pincha ni corta en esa decisión, que se tomará en pocos días más en una asamblea prevista para el 20 de marzo.


Recortes en la interna PRO


Estos gestos recortan la interna de la interna. Se vio el miércoles pasado en la cena en el Centro Asturiano, que un par de centenares de conservadores le propinaron a Federico Pinedo, la principal estrella de ese sector del oficialismo, que dejó en diciembre la presidencia del Senado. Es cierto que el sesgo de la asistencia se volcó hacia el conservadurismo más ortodoxo -Carlos Balter, Guillermo MacLoughlin (autoridades del flamante Partido Demócrata Nacional), Juan Curuchet-, pero los mirones advirtieron adhesiones de Macri y de Gabriela Michetti a la celebración, y la ausencia de saludos de Horacio Rodríguez Larreta o María Eugenia Vidal.

Patricia dio el discurso central y mostró el uniforme de presidente del PRO con un llamado voluntarista a ganar las elecciones de 2021. Prometió que bajo su conducción "no habrá dedo en las candidaturas". Es la promesa, a cumplir como toda promesa que no se cumple, de que habrá internas en el PRO. Otros advirtieron que tampoco hizo llegar ninguna adhesión Pichetto, que está dedicado a construir un nuevo partido por fuera del PRO, que exprese lo que significó la mesa del peronismo federal hasta el año pasado. Para esa construcción buscó en estas horas otra compañía conservadora, la del Partido Conservador Popular. Esta formación apoyó en las elecciones pasadas al ex militar Juan José Gómez Centurión, aunque en los papeles de ese partido figura algún proyecto de acercamiento al PDN, que preside Balter. Moneda chica para la microfísica del poder, pero es la sal de la tierra para quienes siguen estos movimientos.


Pasión por las auditorías


Por encima de esas diferencias, el colegio de auditores pondrá este martes en su cargo a Jesús Rodríguez en la presidencia de la AGN en representación de la oposición. Será una reunión pública pero de ingreso restringido, para preservar la paz de esos recintos como el palacio Alfonsín, que es el nombre que lleva el bello edificio de ese organismo, que construyó el italiano Atilio Locati para el Instituto Biológico Argentino. Rodríguez deja vacante la silla de auditor que la UCR cedió a sus socios de Cambiemos. Macri le ha pedido a Pichetto que la acepte. Pero el ex candidato a vicepresidente no quiere provocar al oficialismo de los diputados. Esa cámara es la que representaría si acepta el cargo. El pleno tiene que aceptar lo que diga Cambiemos, no puede desestimar ese dictamen, pero sí puede esmerilarlo al rionegrino, que ya reabrió su estudio de abogado, con el nombre de "Patagonia Jurídica".

El exsenador cree que Cambiemos debió ser más generoso con él y darle la presidencia de la AGN, y que el PRO debió ocuparse de contar bien las bancas que tenía en el Congreso. Si lo hubiera hecho, podría haberle discutido a los radicales el derecho a quedarse con ese cargo. Lo sigue pensando, y esta semana habrá una definición. Si no va, el PRO propondrá a alguien con peso político y técnico para dar debates. Bullrich no tiene aún el nombre, y espera el final de la conversación de Pichetto con Macri, para darle el pespunte final a esta trama. José Mayans, senador peronista que es un estilista de la ironía, le mentó la AGN a Cristina en la sesión del jueves. Le recordó que dejó el Gobierno sin que la comisión Bicameral le aprobara el último año de su presidencia: "De paso, dicho sea de su gobierno, señora presidenta, prácticamente tiene aprobadas todas las cuentas en tiempo y forma, falta un solo ejercicio". La AGN y la comisión bicameral han aprobado el último año de la presidencia de Cristina y los dos primeros de Macri –incluyendo 2016, que contiene el polémico trámite de arreglo con los bonistas– pero falta el voto en el recinto de las dos cámaras. Mayans presidió esa bicameral durante dos años.


Del "populismo hegemónico del Siglo XXI" al "Republicanismo popular"


Rodríguez es un auditor de alma, y es quien audita a su propio partido. Produjo un interesante documento, que leyó y discutió en un local de su partido del barrio de Caballito, con militantes de todas las fracciones internas que se enfrentarán en las elecciones para autoridades del Comité Capital. Contiene una descripción del gobierno de Cambiemos y de la situación actual de la oposición. Pone el acento en la respuesta equivocada que hizo la coalición ante la unidad del peronismo, y critica el rol de Macri "por el ensimismamiento político, un peculiar y perjudicial rasgo del estilo presidencial". Describe el actual proceso como el paso del "populismo hegemónico del siglo XXI al republicanismo popular" y hace un recuento de fuerzas de lo que tiene hoy el voto no peronista.

Su auditoría, que lleva el título “La razón y la pasión”, arroja estos números: "Además de los 142 legisladores nacionales -sobre un total de 329- pertenecientes a Cambiemos, hay 7 millones de ciudadanos que viven en los cuatro distritos que gobierna Cambiemos: 3 a cargo de la UCR (Mendoza, Corrientes y Jujuy) y 1 del PRO (CABA); 6 ciudades capitales de provincia donde viven más de 1,6 millón de vecinos que son administradas por Cambiemos: 5 bajo responsabilidad de la UCR (Corrientes, San Salvador de Jujuy, La Rioja, Mendoza y Rawson) y 1 a cargo del PRO (La Plata); otras 13 ciudades de más de 100 mil habitantes que tienen intendentes de Cambiemos, donde viven casi 3 millones de vecinos: 6 bajo responsabilidad de la UCR (como San Isidro, Guaymallén, Las Heras y Godoy Cruz) y 7 a cargo del PRO (como General Pueyrredón, Lanús, Tres de Febrero y Bahía Blanca).

Pinedo aportó a esa auditoría, en el discurso de agradecimiento de la cena en el Centro Asturiano, al analizar la derrota electoral de diciembre: “Perdimos por dos millones de votos, un millón de diferencia que lograron en un solo partido del conurbano bonaerense, otro medio millón de diferencia que lograron en otros distritos del conurbano y otro medio en provincias muy pobres del norte de la Argentina”. Más para la mesa de arena.


Los límites de la razón


Fue notable la espiritualidad pampa de la última sesión del Senado. Mayans, el hombre que conduce el bloque del oficialismo, y representa al Gobierno en la Cámara del Congreso donde el peronismo tiene todo el poder, confió los destinos de la política a la buena de Dios. Habló de la peste y recomendó: “Por las dudas, les recomiendo a los que no creen, por lo menos que busquen y lean el Salmo 91. No debería decir esto acá”, admitió. El salmo 91 del Libro de los Salmos es el que dice: “El que habita al abrigo del Altísimo/ se acoge a la sombra del Todopoderoso (...)/ Solo él puede librarte de las trampas del cazador/ y de mortíferas plagas, / pues te cubrirá con sus plumas/ y bajo sus alas hallarás refugio”. Es un senador de la Nación. ¿No tiene otra receta ante los acreedores buitres (las trampas del cazador) y las mortíferas plagas? Es respetable como creencia, porque lo que algunos creen quizá nos protege a todos, pero no es suficiente para un hombre de gobierno.

No se recuerda una invocación fideísta tan fuerte en la boca de un gobernante, desde aquella celebración eucarística por el 9 de julio en la Catedral metropolitana, en 2018. Consagró su vida, su gestión y la Ciudad de Buenos Aires “al Sagrado Corazón de Jesús, bajo la protección del Inmaculado Corazón de la Virgen, su Madre, cuyo nombre lleva esta Ciudad”. Todo tiene que ver con todo. Un mes antes, el 24 de junio de aquel año, la Cámara de Diputados había aprobado por 4 votos (195 a 194) la despenalización del aborto. Un mes después de esa consagración, el 9 de agosto, el Senado volteó el proyecto que ahora puede hacer naufragar de nuevo al sector celeste que anima Mayans. Alivió los ánimos el furcio del año, en boca de Oscar Parrilli, que hace ya leyenda con las cosas que dice, y las que le dicen. Cuando pidió una cuestión de privilegio contra Gerardo Morales, perpetró esta delicia: “Me parece que a confesión de parte, Milagro de Sala… A confesión de parte, relevo de prueba…”

Cristina acalló las risas del recinto con un modesto homenaje a Pepitito Marrone con esta otra ocurrencia: “No dialoguen, che; ¡por favor!”. Se entiende el ánimo jocoso: quienes miran lo que nadie mira en el entorno cristinista, esperan que el viaje que emprendió este domingo a Cuba sea el último. No porque ella no pueda regresar al país por alguna barrera sanitaria. Quizá porque vuelve junto a la hija Florencia. Hay humo de despedida en La Habana.


Cuando hay plata, la política huye del corsé de la economía


La peste precipitó agendas tumultuosas. Jorge Capitanich, que es protagonista de una trama generacional para capturar la conducción del PJ, debió regresar a su provincia, por la segunda muerte por el virus. Quedó pendiente otro encuentro personal con Axel Kicillof, de quien ha sido mentor antes, y ahora socio en la fabricación de ese eje que junta un cristinismo federal que es minoría en la liga de gobernadores, que arbitran espadones como Juan Schiaretti y Omar Perotti, con la representación del Instituto Patria. Para Kicillof ese entendimiento le permitirá blindar su oficina ante el peronismo de los intendentes de su provincia, que lo miran como un agente extraño en un distrito y un partido en donde mandan los matanceros Espinoza y Magario, socios del experimento cristinista, pero que la preceden en la historia y seguramente la sobrevivirán.

El peronismo de los territorios -propios y ajenos, oficialistas y opositores- ponderan el perfil fiscalista del gobernador. Ese, entienden, es el diferencial respecto de anteriores mandatarios, como Scioli o Vidal. El interés en el origen y el destino del gasto no es parte del ADN de los políticos, y el que manifiesta Kicillof los desconcierta porque, para ellos, no tiene formato ideológico. Una ironía, que este Kicillof a quien han acusado de extremismo doctrinario -keynesiano, marxista, etc.- termine mostrando el rostro de un ajustador, que rebana partidas y mitifica el buen gasto. Bienvenido sea, diría Alberto -es su frase predilecta- pero no hemos venido a hacer política para eso. Y que lo diga Macri, que rifó un gobierno por ajustar, como sancionó Durán Barba en sus múltiples ejercicios de autocrítica.

La Academia cree que las restricciones de la economía regulan la política, pero ese axioma no funciona en la Argentina. Cuando la política se ve amenazada por el corsé de la economía, los políticos dinamitan el sistema, cambian las reglas, la moneda, las leyes, y las adaptan a sus necesidades. ¿Por qué? Porque en el país del recurso abundante eso se puede hacer, porque hay plata. En los países donde no hay plata manda la economía.

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