viernes, 13 de marzo de 2020

CARTAS AL PAIS II

Clarín



12/03/2020 - 23:00


Coronavirus: sugerencias y hábitos para evitarlo

Pasajeros llegan a Ezeiza prevenidos por el coronavirus.
Foto: AFP.





En la edición de ayer se publicó una nota con una foto en la que se ve a personal de la comuna de Madrid desinfectando los vagones de un tren subterráneo. En su conferencia del mismo día, el jefe de Gobierno sólo se refirió a restringir las actividades con alta concentración de personas, ¡que es precisamente lo que sucede al viajar en el subterráneo! Creo que sería bueno entonces que la Ciudad de Buenos Aires imite a la comuna de Madrid.

Hugo Perini

hperini@consejo.org.ar




Muchas veces nos enfocamos en los resultados de algo más que en la prevención o en el cuidado de minimizar consecuencias. Quizá más importante que el coronavirus en sí mismo, es un buen momento para recordar que todos somos uno y que todo lo que hagamos bien o mal, afecta al todo. Específicamente en este caso, cada uno debiera ser responsable de cuidar al otro como a uno mismo, cumpliendo las reglas de la no propagación. No nos damos cuenta de que si sólo nos cuidamos de nosotros y nuestros seres queridos, incumpliendo todas las reglas de la OMS es lo mismo que nada, porque la propagación del virus estará entonces siempre alrededor nuestro y de nuestras familias.


¿No tenemos conciencia de la responsabilidad individual?

No nos damos cuenta de que en este momento lo que afecta a uno afecta a todos? ¿No vemos el descontrol que eso esta causando? Es hora. Los sucesos pasan para que aprendamos algo, aquí y ahora es que las individualidades afectan al país, al mundo y al Universo. Sepamos que la empatía y el amor al prójimo son parte de una cadena que devuelve y propaga lo mismo. Y para los gobiernos, como cuenta Bill Gates en un video adjunto, me es difícil pensar que no se les haya ocurrido la eventualidad de las guerras virales que vemos en películas de Hollywood desde hace tiempo. Es su responsabilidad también prevenir fortaleciendo el sistema de salud, formar grupos médicos que puedan viajar y suficientes hospitales y salas para cubrir esto, en síntesis, contar con un plan para casos que como vemos, ya no son tan lejanos.

Karin Piwnica

karinpiwnica@gmail.com




Me parece que la única manera de controlar el coronavirus consiste en comportarse como si ya estuviera difundido ampliamente entre nosotros. Sugiero cambiar todos los hábitos de riesgo como por ejemplo dar la mano al saludar, besar a las otras personas, arrimarse demasiado cerca para hablar. En última instancia, el coronavirus puede ser más o menos letal, pero llegará el día en que otro virus muy letal se difundirá a través de esos hábitos. Es cierto que las relaciones entre personas serán menos humanas y más frías, pero habrá personas para que haya relaciones. Ya buscaremos la manera de corregir eso sin poner en riesgo la continuidad de la especie humana. 


El coronavirus nos está enseñando que tenemos hábitos de riesgo que tienen que ser corregidos: al menos la próxima vez estaremos preparados. Quienes opten por esta elección se podrán identificar usando un pañuelo o cualquier otro objeto de color amarillo intenso: eso querrá decir: no quiero ser tocado, no quiero tocar, no quiero ser contagiado no quiero contagiar. Otra medida puede ser llevar jabón y toallas para lavarse las manos todas las veces que haga falta. ¿Ridículo? Tal vez.


Vicente Castiglia
MÉDICO. M.N° 34.911

castiglia555@gmail.com






Una cosa es alertar al país sobre las medidas necesarias para evitar la propagación en masa de una infección, y otra promover pánico. La eclosión de una nueva cepa viral producto de una mutación genética se repite cada tantos años en forma secuencial. Desde la fiebre amarilla en febrero de 1871 hasta hoy, han ocurrido varias irrupciones con picos epidémicos que, tratados con medidas higiénicas adecuadas, han remitido o atenuado. 

Como infectóloga, médica del Hospital Muñiz durante años, he presenciado la eclosión del fenómeno, incluyendo el HIV, a comienzos de 1985, y nada menos que en niños. Lo enfrentamos sin miedo, y de ese modo llegamos a conocer la manera de detener su avance y mejorar la calidad de vida de los afectados. Lo hicimos con tratamientos adecuados, sin descartar la posibilidad de lograr una vacuna en el futuro. 

Sin desmerecer las normas higiénicas que correspondan, crear pánico en la población, con exageradas medidas de control (aconsejar retiro domiciliario a los mayores, por ejemplo) apela a estados emocionales poco propicios que pueden conducir a una depresión del estado inmunitario, rendija indispensable para la concurrencia de cualquier enfermedad. A los mayores hay que ofrecerles los elementos esenciales para proteger la salud: medicamentos, buena alimentación, tranquilidad espiritual, y lógica paga de su jubilación, cosa que hasta hoy, y a pesar de los esfuerzos por conseguirlo, no ha sido posible lograr. Pedirles que encima se encierren, es demasiado. 

Los medios también deben colaborar, evitando la reiteración exagerada en cada canal y emisión radial.


María A. Farsetti

INFECTÓLOGA, MÉDICA DEL HOSPITAL MUÑIZ

aliciafarsetti@gmail.com

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