VIERNES, SEPTIEMBRE 27, 2019

Derechos Humanos recortados, memoria selectiva y mucha hipocresía de campaña




Por  Rubén Lasagno


Ayer en al Cámara de Diputados fue aprobado por unanimidad un proyecto de Ley estableciendo como fecha recordatoria de la Huelga de 1921 en la provincia, el 7 de septiembre de cada año .

El oficialismo quiso tener una jornada épica, aunque tuvo que escuchar las consideraciones de la diputada de Encuentro Ciudadano, Gabriela Mestelán, quien acompañó la sanción del proyecto sin olvidar los incumplimientos actuales en materia de Derechos Humanos del gobierno de Alicia Kirchner, entre los que nombró la demanda que el gobierno provincial sostiene contra jubilados que reclamaban el pago de sus haberes, los apremios, los casos de violencia de género dentro de la Policía de Santa Cruz y los hechos violentos que involucraron al juez de Las Heras, Eduardo Quelín.

Estuvieron presentes en la sesión la secretaria de Derechos Humanos, Nadia Astrada, la ministra de Desarrollo Social, Paola Vesvessian, el vicegobernador Pablo González – a cargo del Ejecutivo- el hijo del historiador Osvaldo Bayer, el periodista Esteban Bayer e integrantes de la multisectorial de Derechos Humanos y la Mesa de las Huelgas Patagónicas.



“Osvaldo se hubiera emocionado mucho frente a este reconocimiento, se lo voy a contar cuando nos encontremos”, dijo su hijo Esteban quien recordó que “Obreros argentinos, chilenos, polacos, alemanes y tantos otros, murieron por el reclamo de mejores condiciones laborales”.

Hasta aquí todo bien

No está muy claro si era necesario (al menos es discutible) establecer un nuevo feriado provincial para recordar aquella mítica gesta que se rebeló contra la opresión, la desigualdad y la indignidad del trabajador de campo, pero convengamos que es atinado establecer un hito que aún estaba pendiente en la historia argentina y la Patagónica, más precisamente. Esto, de alguna manera viene a complementar la Ley 3056 sancionada en el año 2009, estableciendo el “Circuito Histórico y Turístico de las Huelgas de 1921“, un trabajo destacado en la que estuvo involucrado personalmente el escritor Osvaldo Bayer y habitantes de zona norte, quienes reconstruyeron esa parte fundamental de la historia para que no caiga en el olvido y persista en las próximas generaciones.

Pero hay un lado oscuro, oculto y de gran hipocresía que proviene de muchos legisladores del oficialismo que recortan cuidadosamente la memoria para no colisionar con la historia (la propia historia de sus mentores políticos), la cual, si se contara completa, debería mostrar un asterisco remitiendo al lector a ciertas aclaraciones fundamentales a la hora de entender la dicotomía presente entre el relato actual de los hechos ocurridos en el año 1921, los personajes nefastos que fueron parte de aquella brutal redada contra los obreros y el sentido de pertenencia que hay con quienes hoy comparten una ideología política afín al padre del Frente Para la Victoria (Néstor Kirchner) y la actual gobernadora (su hermana Alicia) cuyo abuelo fue parte de aquella “gesta”, pero del lado equivocado e inverso al sentido en el cual va el mensaje actual de quienes pretenden que la memoria de aquellos aberrantes hechos, no muera.

Por otro lado y sin irnos tan atrás en la historia, existen atropellos descomunales del poder provincial a los derechos humanos, a los trabajadores y jubilados, especialmente, llevados a cabo en los últimos 30 años en Santa Cruz, que conforman parte de un pensamiento político y una forma de ejercer el poder por parte de un partido cuya raíz proviene del árbol genealógico de una colaboracionista directo de los represores de los huelguistas.

Ahora bien, estaría perfecto y sería loable si la actual gobernadora que recrea el apellido del fotógrafo de las masacres, el señor Karl Kirchner, su abuelo, hiciera un reconocimiento taxativo de los errores generados por su propia familia en aquellos años. Porque es cierto que ni ella ni su hermano fallecido tienen responsabilidad o culpa por lo que hizo su abuelo paterno, nadie quiere ni piensa en ese sentido; pero la omisión de ciertas partes de la historia, la falta de una versión completa, operando quirúrgicamente sobre la historia con el fin de armar un relato, no es moralmente honesto y tiñe de duda todo el resto, que puede ser valorable y justo.

Recordemos que fue el propio Osvaldo Bayer quien en su libro “La Patagonia Rebelde” del año 1974 escribió: “Karl Kirchner era el fotógrafo de los militares. Los acompañaba y sacaba las fotos de los obreros que eran detenidos ilegalmente y luego fusilados” insertando fotos de aquellas verdaderas “cacerías” cuyo pie de foto era escrito por el propio Kirchner quien se refería a los huelguistas como “Los revoltosos”.

¿Y más acá Alicia?

Sin bucear tanto en la historia lejana, recordemos lo más reciente para desenmascarar la hipocresía de los diputados oficialistas, algunos opositores con memoria corta y lengua muerta y los gobiernos k de estos 30 años, a quienes les baja el precio sus propios antecedentes contrario a los derechos humanos contemporáneos, actuales, sin necesidad de buscar en la historia algún signo de indignidad o injusticia.

Recordemos por ejemplo, la golpiza a los caceroleros del año 2000, donde en la foto icónica de entonces, se observan a funcionarios y candidatos actuales y de estos últimos mandatos marchando por la calle para dar cumplimiento a la orden de Néstor kirchner (entonces Gobernador) de “sacarlos de la calle a cualquier precio”.

Más acá podemos mencionar otros hechos relevantes donde los Derechos Humanos fueron fuertemente pisoteados en Santa Cruz, por el propio gobierno, la justicia cómplice y la clase política del PJ/FPV. Entre ellos el atropellamiento de Daniel Varizat a los docentes y estatales que marchaban por la calle San martín a quien pasó por arriba con su camioneta hiriendo gravemente a 6 y lesionando a 24 personas. El poder lo encubrió, lo protegió y la justicia lo liberó. NI siquiera el carnet de conductor le retiraron, mucho menos un recordatorio de aquella barbarie.




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En el año 2007, el gobierno provincial ordenó una represión brutal de la policía a los municipales de Río Gallegos, cuando éstos marchaban por la Avda San Martín, llenándolos de balas de goma a los manifestantes, volándole dos dedos del pie a un trabajador municipal y haciéndole perder un ojo a otro. No hay una fecha recordatoria por estos hechos, al menos institucionalmente. Solo el gremio los recuerda, con la paradoja de que el Secretario General del SOEM, Pedro Mansilla, quien encabezaba aquella protesta y fue el sostenedor de ese recuerdo todos estos años, jugó por dentro del kirchnerismo más rancio, en las últimas elecciones del mes de agosto. Ningún diputado parece recordarlo.






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En el año 2012 un grupo de la UOCRA apaleó brutalmente a docentes que repartían panfletos en la ruta en la localidad de 28 de Noviembre, dejando a varias personas gravemente lesionadas y un profesor de música que perdió la audición debido al salvaje ataque de la mano de obra desocupada del gobierno provincial. Pasaron muchos años. Solo Adosac y ATE (antes de su oficialización como partido K) recuerdan esta salvajada. Los diputados no consideran a esto, una vulneración de los DDHH.







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Más acá en el tiempo y ya durante el gestión de Alicia kirchner, recordemos a los jubilados procesados, embargados y penalizados con un pago de 300 mil pesos a cada uno, por las manifestaciones y protestas en la toma de la Caja de Previsión Social, en momentos en que reclamaban por sus derechos humanos: el cobro de los haberes jubilatorios. Esto tampoco es argumento de peso para que los diputados fijen fechas o hagan declaraciones de apoyo y recordación, por verse vulnerado los DDHH de los viejos.









Ni hablar que los diputados, especialmente los oficialistas y para-oficialistas, recuerden el derecho humano de estudiar de los niños, con meses completos sin clases, por falta de pago al sector docente; los trabajadores de la Administración Pública provincial donde el 50% (como mínimo) se encuentra bajo la línea de pobreza, tienen salarios pauperizados o como hasta hace algunos meses atrás, antes que empezaran las campañas, cobraban tarde y por goteo igual que los jubilados y docentes.

Y podemos seguir la lista, pero volviendo a la gesta del 21, a los diputados oficialista no los acompañan ni los antecedentes familiares de la gobernadora (por el abuelito que fotografiaba las ejecuciones), tampoco la memoria reciente (por los hechos en los cuales el propio gobierno ha vulnerado los DDHH en la provincia) y mucho menos si nos remitimos a la forma en que vive actualmente el peón rural en Santa Cruz, donde más allá de algunos atisbos de organización por parte del Renatre, los trabajadores rurales en la provincia viven desperdigados en la inmensa geografía provincial, en condiciones muy precarias y sin beneficios ni salarios en blanco en la mayoría de los casos. Una reinterpretación aggiornada a los nuevos tiempos, de aquella lucha por los derechos básicos emprendida por los rurales, que a la vista de los resultados, no resultó tan relevante para un cambio drástico, el sacrificio de aquellos hombres que hoy tienen su día.

Sintetizando: está bien el recordatorio de los diputados y que hayan fijado una fecha para marcar un hito en la cruenta lucha de los obreros del 21. Pero no podemos soslayar la demagogia de los legisladores que concurren a levantar la mano sin oponer ninguna opinión respecto de todo lo ocurrido, ni de aquellos otros diputados itinerantes, que no van a la Cámara a cumplir mínimamente con sus funciones desde julio y muchos menos les importa discutir si los derechos humanos deben ser más abarcativos o aplicarse de manera selectiva, mientras tengan espacio para dedicarle a sus campañas y recibir mensualmente la beca a la que todos aportamos.

(Agencia OPI Santa Cruz)