En todas las conversaciones que se escuchan entre dirigentes de la
oposición y algunos del gobierno hay conciencia de que el nuevo equipo
económico ya no puede controlar las variables económicas. El fracaso
envuelve tanto a Axel Kicillof como a Jorge Capitanich, el jefe de
gabinete, que también es economista y Juan Carlos Fábrega, que no es
profesional sino sólo un bancario pero preside el Banco Central y ha
demostrado que está incapacitado para conducir la política monetaria del
país, aunque la comparte con directores que responden a los dos
primeros. Así es que ayer el dólar blue tocó los $ 10,50 y el
oficial se devaluó 4 centavos y llegó a $ 6,60 y se está hablando de una
inflación para enero del 4,8%. Así lo consignó el destacado economista
Nicolás Dujovne en Twitter y en diciembre pasado el consenso de los
economistas privados ubica la inflación en el 4%. Ayer también se
conoció que la exportación de autos bajó un 40% y la producción, 27%.
También en diciembre y sobre la caída de la recaudación y del IVA consumo en particular ya hablamos a fines de la semana pasada que quedó 10% por debajo de la inflación. Pero la cuestión no son solamente los alarmantes datos económicos sino la ausencia de la presidente de la Casa Rosada. Aunque ayer a la tarde salió el avión presidencial de Río Gallegos hacia la Capital Federal para que la presidente siga alojándose por lo menos hasta el mes de febrero en la residencia de Olivos y todo indica que viajaría el 28 de este mes a Cuba por dos días y el 31 de enero estaría en Caracas para la cumbre del Mercosur, que el presidente Nicolás Maduro postergó para que nuestra presidente pueda concurrir por sus problemas de salud, que aparentemente ya estarían superándose.
En febrero, el gobierno espera que los precios se tranquilicen, pero la corrida contra las reservas seguirá al igual que en el mes de marzo. De ahí que en la oposición piensen que a más tardar en abril el gobierno estará en serios problemas sociales por los aumentos de sueldos que reclaman la mayoría de los gremios y que el oficialismo quiere limitar al 18%, algo que fracasará. Esta ruptura puede originar un nuevo rodrigrazo, como ocurrió en agosto de 1975 y que en el día de ayer motivó la publicación de dos editoriales económicos sobre ese tema.
También en diciembre y sobre la caída de la recaudación y del IVA consumo en particular ya hablamos a fines de la semana pasada que quedó 10% por debajo de la inflación. Pero la cuestión no son solamente los alarmantes datos económicos sino la ausencia de la presidente de la Casa Rosada. Aunque ayer a la tarde salió el avión presidencial de Río Gallegos hacia la Capital Federal para que la presidente siga alojándose por lo menos hasta el mes de febrero en la residencia de Olivos y todo indica que viajaría el 28 de este mes a Cuba por dos días y el 31 de enero estaría en Caracas para la cumbre del Mercosur, que el presidente Nicolás Maduro postergó para que nuestra presidente pueda concurrir por sus problemas de salud, que aparentemente ya estarían superándose.
Teléfono rojo
De todas formas, está claro lo que dijo Capitanich: que desde Río Gallegos, el Calafate u Olivos la presidente da órdenes telefónicas a Carlos Zannini y probablemente también a Capitanich y Kicillof, aunque no esté en el día a día o el hora a hora del quehacer económico, que se lo dejó a sus colaboradores, que deben estar tan preocupados como ella. Esto, aunque no tengan una visión de la realidad que se acerque mucho a la verdad, pero aunque sea, en su escaso conocimiento, está claro que el dólar blue se escapó 50 centavos en enero y que el BCRA empieza la pérdida de reservas de nuevo. No son buenas noticias, como tampoco que el congelamiento de 197 productos de la canasta familiar se puso a precios más altos de lo que estaban el 20 de diciembre. Apenas se tiene la esperanza que se mantengan por lo menos hasta fin de marzo, aunque el aumento de las naftas ya pone una luz roja en la estabilidad de precios.
En febrero, el gobierno espera que los precios se tranquilicen, pero la corrida contra las reservas seguirá al igual que en el mes de marzo. De ahí que en la oposición piensen que a más tardar en abril el gobierno estará en serios problemas sociales por los aumentos de sueldos que reclaman la mayoría de los gremios y que el oficialismo quiere limitar al 18%, algo que fracasará. Esta ruptura puede originar un nuevo rodrigrazo, como ocurrió en agosto de 1975 y que en el día de ayer motivó la publicación de dos editoriales económicos sobre ese tema.
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