10/01/2014|
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La culpa no es de ‘los otros’ sino propia: Cristina choca la calesita
A casi toda Sudamérica le va bien. En la Argentina,
igual que en Venezuela, los problemas son consecuencias de decisiones
erradas propias. El Frente para la Victoria nunca lo entendió y es el
núcleo de su fracaso. Los Kirchner creyeron que el ‘viento de cola’ era
el resultado de aciertos ladriprogresistas, y entonces no estuvieron en
condiciones de comprender la situación derivada del final del ‘viento de
cola’. Un error lleva al otro, y así ocurre la Argentina 2014, que será
peor que la Argentina 2013, ejercicio en el que Cristina Fernández de
Kirchner perdió 2 elecciones… Aquí un interesante repaso a qué ocurre en
los países que aciertan en la región, y qué pasa en la Argentina K.
Venezuela y Argentina se presentan como los países con menos reservas
sobre PBI y per cápita, lo que los hace más vulnerables a shocks en sus
mercados cambiarios. Ecuador es un caso especial ya que no tiene moneda
propia que defender.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Economía & Regiones). Las diversas políticas económicas aplicadas en Argentina no han tenido éxito en volver a posicionarnos entre los países de mejor desempeño económico de la región.
En un análisis comparativo de 10 naciones de Sudamérica, Argentina es el país N°3 de menor crecimiento económico, el N°3 con mayor nivel de desempleo y el N°2 con la mayor tasa de inflLa culpa no es de ‘los otros’ sino propia: Cristina choca la calesitaación.
Si bien el contexto externo aminoró el crecimiento de la región, los desequilibrios económicos internos jugaron un rol fundamental en explicar la dinámica de las variables económicas de nuestro país.
El contexto externo:
El contexto económico externo impuso un techo al crecimiento de los países sudamericanos en 2012 y 2013. El agravamiento de la crisis económica europea, junto con un menor desempeño de los emergentes (en general) debilitó el crecimiento económico mundial que se desaceleró de 3.9% en 2011 a 3.2% y 2.9% en 2012 y 2013, respectivamente.
A la vez, el ritmo de expansión anual del comercio mundial cayó a la mitad, desde el 6% de 2011 al 3% para 2012 y 2013.
A la par de esta desaceleración del crecimiento y del comercio comenzaron a deprimirse los precios internacionales de las commodities.
En 1er. lugar, cedieron los precios de las materias primas más sensibles al nivel de actividad (entre 30% y 40%) como por ejemplo: el cobre, el aluminio y el mineral de hierro, fuertemente ligados a la dinámica industrial y la actividad de la construcción.
En 2do. término cayeron los precios de commodities agrícolas, con excepción de la soja. El precio internacional del maíz y el trigo es hoy un 32% y 4% menor al operado en 2011.
Por otra parte, el precio de la soja logró escapar esta dinámica y cerró con un precio un 3% más alto que en 2011 debido a la inelasticidad de la demanda de alimentos (China e India principalmente) y una oferta limitada.
En 3er. término las commodities energéticas (petróleo, gas, carbón) fluctuaron de precio al ritmo de los conflictos en zonas petroleras y terminaron en promedio un 8% por debajo de los niveles de 2011.
Además, la suave recuperación del valor de la divisa estadounidense en el mundo
contribuyó también, en parte, al descenso del precio de las commodities.
Recordemos que un alza del valor del dólar implica que las commodities valgan
menos en términos de dólares, es decir que su precio caiga. Esta recuperación del dólar estuvo vinculada a una reciente mejora en los datos y en las perspectivas de la economía de EEUU que estimularon la afluencia de capitales financieros desde el mundo emergente y adelantaron los plazos esperados por el mercado financiero para los recortes de estímulos monetarios que hoy en día presionan sobre los rendimientos del capital (tasa de interés) artificialmente hacia abajo.
Argentina no logró escapar al “empobrecimiento” del contexto comercial externo que le impactó específicamente a través de menores exportaciones de productos de economías regionales hacia Europa, de un menor ritmo de exportación de automóviles hacia Brasil y una caída en las exportaciones agrícolas (trigo y maíz) por los menores precios y los problemas internos de oferta.
Contrariamente, el complejo sojero (poroto, harina y aceite) -que representa el 25% de nuestras exportaciones o US$ 22.000 millones- ganó participación en la estructura exportadora.

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