diciembre 21, 2013
Entre las desventuras que sufre Jorge Milton Capitanich está su
creciente dificultad para contener a los gobernadores. Una paradoja ya
que se suponía que su llegada a la Jefatura de Gabinete consolidaría la
existencia de una renovada liga de gobernadores para reforzar las
chances electorales del Frente para la Victoria en el 2015. Ayer, el
correntino Ricardo Colombi se despachó admitiendo que su administración
“se verá obligada a emitir bonos provinciales para pagar sueldos en
marzo próximo, en caso de que la Nación mantenga su actual reparto de la
coparticipación federal”.
Este anuncio del retorno de las cuasi monedas formó ayer un trío perfecto con el nuevo control popular de precios anunciado y con la amenaza oficial de estatizar las empresas del mercado eléctrico. El caso es que Colombi no sólo dejó muy mal parado a Capitanich sino que estaría en conversaciones con su vecino de Chacho Bacileff Ivanoff, el vice de Capitanich, que quedó a cargo del gobierno pero que desde hace más de un año da muestras de distanciarse de él. El caso de Bacileff Ivanoff es sin duda el más grave porque estamos hablando de la propia provincia del jefe de gabinete. El formoseño Gildo Insfrán también se anotaría entre los disconformes con el chaqueño.
A todo esto, en la Casa Rosada se evaluaba que lo de Colombi está lejos de ser un exabrupto. Con el pretexto de los grandes aumentos de sueldo prometidos a las policías locales, habría una media docena de gobernadores listos para aprovechar y desempolvar sus bonos provinciales. Si se llegara a esto, la Casa Rosada vería enfrentarse con nubarrones en el frente externo, donde se remarcarían las semejanzas con el 2001.
Por otra parte, la presidente, salvo contadas excepciones entre las que se cuenta el teniente general César Milani, prefiere contar con los servicios de funcionarios desgastados y por lo tanto más dóciles. La estrella es siempre ella y sólo ella.
Este anuncio del retorno de las cuasi monedas formó ayer un trío perfecto con el nuevo control popular de precios anunciado y con la amenaza oficial de estatizar las empresas del mercado eléctrico. El caso es que Colombi no sólo dejó muy mal parado a Capitanich sino que estaría en conversaciones con su vecino de Chacho Bacileff Ivanoff, el vice de Capitanich, que quedó a cargo del gobierno pero que desde hace más de un año da muestras de distanciarse de él. El caso de Bacileff Ivanoff es sin duda el más grave porque estamos hablando de la propia provincia del jefe de gabinete. El formoseño Gildo Insfrán también se anotaría entre los disconformes con el chaqueño.
A todo esto, en la Casa Rosada se evaluaba que lo de Colombi está lejos de ser un exabrupto. Con el pretexto de los grandes aumentos de sueldo prometidos a las policías locales, habría una media docena de gobernadores listos para aprovechar y desempolvar sus bonos provinciales. Si se llegara a esto, la Casa Rosada vería enfrentarse con nubarrones en el frente externo, donde se remarcarían las semejanzas con el 2001.
Los pesos pesados
Volviendo a los gobernadores, el encuentro de esta semana entre Daniel Scioli y José Manuel de la Sota también habría tenido un capítulo dedicado a los gobernadores y Capitanich. Ambos mandatarios estarían de acuerdo en plantear en conjunto los problemas de la coparticipación sin prestar demasiada importancia a la “liga” de Capitanich. Éste salió debilitado de la crisis policial y ahora viene mal perfilado con la crisis energética. Lo curioso es que el cristinismo de paladar negro parece más bien festejar el fracaso político del chaqueño. Carlos Zannini sería uno de los más alegres.
Por otra parte, la presidente, salvo contadas excepciones entre las que se cuenta el teniente general César Milani, prefiere contar con los servicios de funcionarios desgastados y por lo tanto más dóciles. La estrella es siempre ella y sólo ella.
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