1 de mayo de 2020 • 15:08
¿Una noticia con "real malicia"?
LA NACION
Una mala comedia de enredos que deja expuesto, una vez más, el concierto de voces disonantes y poco coordinadas entre sí que hay en el gobernante Frente de Todos. Gustavo López, vicepresidente del Enacom (Ente Nacional de Comunicaciones) anunció que el organismo regularía los portales de noticias, pero a las pocas horas, el titular de la repartición, Claudio Ambrosini, lo contradijo. "Enacom desmiente categóricamente ejercer una regulación de contenidos", tituló el comunicado.
Llamó la atención que en una jornada "feriadísima" y sin movimiento, como es habitual cada 1° de mayo por el Día del Trabajador -pero en esta ocasión más aún, por la cuarentena vigente- un alto funcionario saliera a hacer un polémico anuncio sin aval de las altas esferas, y en un tema tan delicado y sensible.
Al principio se pensó que podía ser uno de esos ardides típicos que el peronismo de todos los colores en distintas épocas ha utilizado: mandar a alguien a decir algo por las suyas para ver cómo cae y según los resultados avanzar o desactivar. El famoso globo de ensayo.
Resultaba, de todos modos, más que sugestivo porque el episodio justo se produce nada menos que al día siguiente de un estruendoso cacerolazo. Y funciona, o se lee, como una respuesta posible, aunque en dirección contraria a la que habría expresado la ruidosa protesta. En el mejor de los casos, un inoportuno error garrafal de comunicación.
En una jornada con equipos reducidos, la TV Pública -no C5N o El Destape, medios que militan a favor del Gobierno, pero que resuelven sus coberturas con cierta autonomía- destacó un móvil callejero, que mandó a Colegiales, no para hablar con cualquier personaje de la amplia fauna oficial, sino con un funcionario. Y no con cualquier funcionario sino con uno de los responsables más importantes del área de los medios, Gustavo López, el número dos del Enacom.
El videograph en la pantalla -"Regularán el funcionamiento de los portales de Internet"- prometía que se respondería de qué manera se haría tal cosa. Pero aunque el inusitado móvil tuvo una duración mucho más larga que cualquier otra nota de noticiero (más de seis minutos), ni la cronista le preguntó ni el funcionario explicó cómo se instrumentaría el inquietante anuncio.
López prefirió decir que "hay que abrir un gran debate sobre las noticias falsas" y puso como ejemplo algunas que, según el funcionario, le habrían hecho perder el referéndum a Evo Morales en Bolivia, y otras que terminaron con la destitución de Dilma Roussef y la detención de Lula, en Brasil.
Hizo una cantidad de salvedades: aclaró que no era contra la TV, la radio y los diarios, "que se han comportado muy bien", ni tampoco pretendía perseguir las opiniones, "ni siquiera una noticia errada". También dejó a salvo al "99% del periodismo", aunque no detalló cómo calificaría al 1% restante, ni tampoco lo identificó.
Apuntó básicamente hacia los portales en la Web y planteó la discusión en los términos jurídicos de la "real malicia", que es cuando se emite o se publica una noticia falsa a sabiendas de que lo es. Todo lo ubicó en el contexto de la "infodemia", que durante la actual circulación mundial del coronavirus, hace circular rumores apocalípticos sin fuente que atemorizan a las audiencias de distintos países. En ese sentido, señaló que ya la agencia Télam tiene en su servicio un apartado en el que explica cómo detectar noticias falsas.
Causó curiosidad que apuntara muy concretamente hacia portales de Tierra del Fuego, cuyo gobernador, Gustavo Melella, es de Concertación FORJA, el partido K, que justamente lidera López y que sería hostigado por esos sitios.
Con la aclaración del Enacom, que desmintió que se estudie restricción alguna a los portales, López, paradójicamente, incurrió en "real malicia" al exponer a sabiendas una noticia inexistente, pero con derivaciones estrictamente personales.
Por: Pablo Sirvén
Una mala comedia de enredos que deja expuesto, una vez más, el concierto de voces disonantes y poco coordinadas entre sí que hay en el gobernante Frente de Todos. Gustavo López, vicepresidente del Enacom (Ente Nacional de Comunicaciones) anunció que el organismo regularía los portales de noticias, pero a las pocas horas, el titular de la repartición, Claudio Ambrosini, lo contradijo. "Enacom desmiente categóricamente ejercer una regulación de contenidos", tituló el comunicado.
Llamó la atención que en una jornada "feriadísima" y sin movimiento, como es habitual cada 1° de mayo por el Día del Trabajador -pero en esta ocasión más aún, por la cuarentena vigente- un alto funcionario saliera a hacer un polémico anuncio sin aval de las altas esferas, y en un tema tan delicado y sensible.
Al principio se pensó que podía ser uno de esos ardides típicos que el peronismo de todos los colores en distintas épocas ha utilizado: mandar a alguien a decir algo por las suyas para ver cómo cae y según los resultados avanzar o desactivar. El famoso globo de ensayo.
Resultaba, de todos modos, más que sugestivo porque el episodio justo se produce nada menos que al día siguiente de un estruendoso cacerolazo. Y funciona, o se lee, como una respuesta posible, aunque en dirección contraria a la que habría expresado la ruidosa protesta. En el mejor de los casos, un inoportuno error garrafal de comunicación.
En una jornada con equipos reducidos, la TV Pública -no C5N o El Destape, medios que militan a favor del Gobierno, pero que resuelven sus coberturas con cierta autonomía- destacó un móvil callejero, que mandó a Colegiales, no para hablar con cualquier personaje de la amplia fauna oficial, sino con un funcionario. Y no con cualquier funcionario sino con uno de los responsables más importantes del área de los medios, Gustavo López, el número dos del Enacom.
El videograph en la pantalla -"Regularán el funcionamiento de los portales de Internet"- prometía que se respondería de qué manera se haría tal cosa. Pero aunque el inusitado móvil tuvo una duración mucho más larga que cualquier otra nota de noticiero (más de seis minutos), ni la cronista le preguntó ni el funcionario explicó cómo se instrumentaría el inquietante anuncio.
López prefirió decir que "hay que abrir un gran debate sobre las noticias falsas" y puso como ejemplo algunas que, según el funcionario, le habrían hecho perder el referéndum a Evo Morales en Bolivia, y otras que terminaron con la destitución de Dilma Roussef y la detención de Lula, en Brasil.
Hizo una cantidad de salvedades: aclaró que no era contra la TV, la radio y los diarios, "que se han comportado muy bien", ni tampoco pretendía perseguir las opiniones, "ni siquiera una noticia errada". También dejó a salvo al "99% del periodismo", aunque no detalló cómo calificaría al 1% restante, ni tampoco lo identificó.
Apuntó básicamente hacia los portales en la Web y planteó la discusión en los términos jurídicos de la "real malicia", que es cuando se emite o se publica una noticia falsa a sabiendas de que lo es. Todo lo ubicó en el contexto de la "infodemia", que durante la actual circulación mundial del coronavirus, hace circular rumores apocalípticos sin fuente que atemorizan a las audiencias de distintos países. En ese sentido, señaló que ya la agencia Télam tiene en su servicio un apartado en el que explica cómo detectar noticias falsas.
Causó curiosidad que apuntara muy concretamente hacia portales de Tierra del Fuego, cuyo gobernador, Gustavo Melella, es de Concertación FORJA, el partido K, que justamente lidera López y que sería hostigado por esos sitios.
Con la aclaración del Enacom, que desmintió que se estudie restricción alguna a los portales, López, paradójicamente, incurrió en "real malicia" al exponer a sabiendas una noticia inexistente, pero con derivaciones estrictamente personales.
Por: Pablo Sirvén
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