11/04/2020
Es habitual que los jubilados deban esperar mucho
tiempo a la intemperie para cobrar sus haberes.
Foto: Juan José García.
Disponer del tiempo de los jubilados es mucho más grave que disponer de su dinero. El mal trato que hemos visto en las pantallas es un atentado contra la salud y la vida de miles de nuestros mayores y puso en riesgo el trabajo extraordinario de autoridades, profesionales de la salud, fuerzas de seguridad, población en general y del propio presidente de la Nación, Alberto Fernández.
Agrego solamente que confío en nuestra gente y en que encuentren soluciones para terminar definitivamente con una de las penurias de los jubilados: horas interminables de esperas y desplazamientos, que producen angustia, estrés y enfermedad.
Artemio Simonetti
simonettiartemio3@gmail.com
Quiero contar mi caso porque es probable que haya otros ciudadanos que tengan el mismo problema. Mi señora de 82 años desgraciadamente sufrió un ACV en agosto pasado. En estos momentos está haciendo su recuperación en nuestro domicilio.
Yo tengo 81 años y estamos solos. Únicamente acompañados por el médico en sus visitas semanales, enfermera, kinesióloga. Que van y vienen. ¿Cómo hago para efectuar las compras con tarjeta ya que es necesario que deba ir el titular? ¿Cómo hacemos para la aplicarnos la vacuna de la gripe porque todavía mi esposa no tiene la movilidad necesaria?
Ángel Enrique Bernardoni
aebernardoni@yahoo.com.ar
¿Dónde se ha visto que para recibir lo que se ha ahorrado durante una vida sea necesario esperar años? Eso de que para ser “agraciado” por un beneficio se deba pedir al Estado es correcto. Lo incorrecto es robar el dinero de una cuenta particular para dárselo a otros. Hoy está claro que el gobierno ha visto mucho dinero en la cuenta que pertenece a la ANSES y lo utiliza en forma casi personal.
Mientras tanto, miles y miles de jubilados deben hacer juicios que demoran años de ser fallados. Muchísimos ciudadanos han pasado a mejor vida sin recibir lo que les correspondía. Los estafaron vilmente. Personas que confiaron en la palabra de quienes hoy se ve claramente que son bandoleros. Han mostrado una actitud de “santidad” protegiendo a los pobres, pero cada día tenemos más. Han destrozado hasta exterminar las esperanzas de la gente y todo en aras de satisfacer vanidades terrenales.
Partirán sin nada, salvo habiendo hecho la más vil de las acciones: condenando a la desgracia a la población. ¿Tienen algo que decirles? Háganlo antes de que se vayan.
Niurka I Soarez
niurkai.soarez@yahoo.com.ar
Somos jubilados y rozamos los 80 años de edad. Tenemos en el edificio un encargado con vivienda propia que trabaja a tiempo completo. Estamos indignados desde que nos enteramos que su sindicato dispuso que trabaje media jornada durante la cuarentena.
Además, el comunicado estableció que no lavara la vereda, que sólo debía repasar con lavandina las manijas de puerta de entrada y ascensores, pasamanos y piso de lugares comunes. Y lo hace sólo una vez por día. Esas tareas no incluyen los pasillos que unen los departamentos y con la aclaración de que cada propietario lave lo que le corresponde.
En el edificio viven personas inmuno-suprimidas por neoplasias, discapacitados, jubilados, gente no vidente. ¿Y se supone que debemos salir de nuestros departamentos a lavar con lavandina los pasillos todos los días? ¿A los 80 años, con bastones, mientras al encargado se le reduce el horario? ¿Debemos contratar a otra persona?
Al encargado se le proveen guantes, ropa adecuada y elementos de limpieza, pero nosotros debemos limpiar fuera de nuestra departamento el pasillo común con nuestros elementos de aseo todos los días.
¿Que pasaría si los médicos y otros empleados de la salud dijeran? “No nos podemos exponer. Que la familia trate y atienda a sus enfermos”. Sería aberrante. ¿No? Es una emergencia sanitaria. Verdaderamente indignados por esta medida que nos expone.
Carlos A. Parente
carlosp.parente@gmail.com
Noto que muchos adultos mayores tienen dificultades con los cajeros automáticos para cobrar su jubilación. A veces esto provoca demoras y aglomeraciones. Una solución podría ser la de colocar personal que colabore con nuestros mayores y así acortar el tiempo de cada operación.
José Mancera
josefmancera@hotmail.com
Vivo en un consorcio mediano en la Ciudad de Buenos Aires. Muchos de sus habitantes somos gente mayor de 60 años. Con motivo de la pandemia el sindicato que agrupa a los encargados de edificios (Suterh) indicó a la administración que nuestro encargado, que es mayor de 60 años, debe quedar licenciado. Es un encargado de tiempo completo que tiene su vivienda en el edificio y no tiene necesidad de trasladarse para cumplir con sus tareas.
La administración contrató un suplente, que debe trasladarse a nuestro edificio y al parecer su permiso no le resulta suficiente para que lo dejen pasar por los retenes. Entonces, los mismos vecinos hemos tenido que sacar la basura. Nadie desinfecta los picaportes comunes ni las botoneras de los ascensores ni demás partes de uso común, lo cual hace que nuestro edificio se transforme en una zona de riesgo sanitario, moderado, pero riesgo al fin.
Alguna decisión oficial debería solucionar esto, que cabe suponer que ocurre en otros consorcios.
Carlos Feldman
carlosfeldman@yahoo.com.ar
Mas allá de los anuncios, se producen situaciones difíciles e injustas para los jubilados sin tarjeta que no pueden cobrar por caja, ya que hay bancos que están cerrados, ni tampoco pueden hacerlo por cajero.
La gente se queja porque no les atienden en los teléfonos habilitados y porque muchas veces deben aguardar mucho tiempo hasta que llegue la tarjeta. Los jubilados o sus apoderados necesitan cobrar en tiempo y en forma para comprar mercadería, medicamentos o pagar los servicios. El gobierno también tendría que controlar esto.
Elsa Parrella
elsabp@yahoo.com
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