25 de abril de 2020
Esta columna, víctima del virus
Carlos M. Reymundo Roberts
LA NACION
No he tenido suerte. Dicho sin eufemismos, he tenido una suerte espantosa: esta columna cumplió 10 años en pleno confinamiento. Una lástima, porque obviamente tuvieron que suspenderse los seminarios, mesas redondas, congresos, foros, exposiciones, debates y otros eventos conmemorativos que se habían organizado a lo largo y ancho del país, e incluso en otros países. De la Universidad de Harvard me acaban de comunicar que pospusieron sine die el lanzamiento de la cátedra Unbelievable (así tradujeron De no creer), que se proponía analizar este espacio como "un novedoso formato que aborda la realidad desde una perspectiva desapasionada y con herramientas de rigor científico".
Me quiero matar. En realidad, me quería matar, porque un consuelo fue haber recibido calidísimas congratulaciones de las personas más importantes del país. Todas manifiestan su gratitud por haber sido tratadas aquí con seriedad y respeto. Celebro que lo reconozcan: esa ha sido y es mi preocupación permanente. Un mensaje especialmente sentido y cariñoso fue el de Cristina: "¿Así que cumplís 10 años? Leyéndote no te daba más de 3 o 4".
Debido al cúmulo de saludos, me veo obligado a reproducir unos pocos. Hubo algunos que no entendí. El "Roberts, LTA" de Hugo Moyano no tengo idea de qué significa. ¿Habrá querido desearme libertad, trabajo y amor? El de Hebe de Bonafini es irreproducible, impublicable; le contesté: "Querida Hebe, cómo se la extraña en la lucha por los derechos humanos". Horacio Rodríguez Larreta, siempre buena onda, me mandó de regalo un barbijo; pobre, lo que lo habrá pagado. Divertida la posdata de Macri: "Vos, que te cansaste de gastarme con aquello del segundo semestre, a ver qué vas a decir del segundo semestre de Alberto". No sé, Mauricio. No sé. A este paso, ya con que lleguemos a julio podemos darnos por hechos.
Acá van los mensajes que seleccioné para ustedes.
No he tenido suerte. Dicho sin eufemismos, he tenido una suerte espantosa: esta columna cumplió 10 años en pleno confinamiento. Una lástima, porque obviamente tuvieron que suspenderse los seminarios, mesas redondas, congresos, foros, exposiciones, debates y otros eventos conmemorativos que se habían organizado a lo largo y ancho del país, e incluso en otros países. De la Universidad de Harvard me acaban de comunicar que pospusieron sine die el lanzamiento de la cátedra Unbelievable (así tradujeron De no creer), que se proponía analizar este espacio como "un novedoso formato que aborda la realidad desde una perspectiva desapasionada y con herramientas de rigor científico".
Me quiero matar. En realidad, me quería matar, porque un consuelo fue haber recibido calidísimas congratulaciones de las personas más importantes del país. Todas manifiestan su gratitud por haber sido tratadas aquí con seriedad y respeto. Celebro que lo reconozcan: esa ha sido y es mi preocupación permanente. Un mensaje especialmente sentido y cariñoso fue el de Cristina: "¿Así que cumplís 10 años? Leyéndote no te daba más de 3 o 4".
Debido al cúmulo de saludos, me veo obligado a reproducir unos pocos. Hubo algunos que no entendí. El "Roberts, LTA" de Hugo Moyano no tengo idea de qué significa. ¿Habrá querido desearme libertad, trabajo y amor? El de Hebe de Bonafini es irreproducible, impublicable; le contesté: "Querida Hebe, cómo se la extraña en la lucha por los derechos humanos". Horacio Rodríguez Larreta, siempre buena onda, me mandó de regalo un barbijo; pobre, lo que lo habrá pagado. Divertida la posdata de Macri: "Vos, que te cansaste de gastarme con aquello del segundo semestre, a ver qué vas a decir del segundo semestre de Alberto". No sé, Mauricio. No sé. A este paso, ya con que lleguemos a julio podemos darnos por hechos.
Acá van los mensajes que seleccioné para ustedes.
Alberto Fernández : "Querido Carlos, vaya mi reconocimiento por estos diez años. Diez largos años en los que te he odiado, querido y odiado, en ese orden, debido a que ha ido cambiando mi posicionamiento frente al devenir institucional del país. Pasé de hacer añicos tu página, como le gustaba a Coqui Capitanich, a linkearla en las redes, y ahora la hago un bollito para que juegue Dylan. Gracias por llamarme profesor, que es lo que mejor me define. Estuve pensando en qué regalarte, y se me ocurrió que nada valorarás más que una primicia. Es esta: le vamos ganando al coronavirus. Podés publicarla poniéndola en mi boca. Vamos ganando. Diría que 5 a 0. Cinco golazos: pocos contagios, pocas muertes, curva achatada, gobierno por decreto mientras los otros dos poderes hacen cuarentena, o hacen la siesta, y trepé en las encuestas. En el partido económico no nos está yendo tan bien. Perdemos 7 a 1. Nos clavaron siete al hilo: recesión, desocupación, inflación, pobreza, hambre, dólar y riesgo país. Apenas conseguimos descontar con la durísima oferta que les presentamos a los bonistas. El problema es que no puedo estar en las dos canchas. Bueno, ¿te gustó la primicia? Con gran afecto, el profesor Alberto".
Cristina (versión acotada de un Zoom de 32 minutos, en el que habló solo ella): "Robertito, como presidente, como presidente del Senado, me congratulo por la desvaída y errática continuidad de esta columna, prototipo del periodismo sectario, reaccionario y destituyente. No pierdo las esperanzas de que te pablodugganees: que de un día para otro, como por arte de magia, te conviertas a nuestra causa. No seas tan malo con Alberto, que ya bastante tiene con las cosas que le digo yo. No porque sea cruel, que lo soy, sino porque él necesita que le muestre el camino. Es un buen operador, ¿me seguís? En fin, es lo que hay. Me despido. Te mandan sus felicitaciones Florencia y Máximo. Yo no".
Axel Kicillof: "Mi vocero me dice que está bueno que te salude. Que sos bonaerense. Bonaerense de San Isidro mucho no me interesa, la verdad. Y, no puedo mentirte, jamás te he leído. Vos seguí escribiendo para la derecha retrógrada, que yo me ocupo de lo importante: la llegada de los médicos cubanos. En realidad, no todos son médicos. A unos les falta rendir las últimas 30 materias. Otros son espías que hicieron cursos de primeros auxilios. Y hay camilleros con mucha experiencia en escenarios políticamente complicados. Esta es la millonaria inversión en salud que yo prometí en la campaña. Una apuesta fuerte. Cristina me sugiere crear el Ministerio de Asistencia Integral de la Hermana República de Cuba. O abrir en La Plata una segunda embajada cubana. Qué genia: es la única a la que la pandemia no le impide diseñar políticas de Estado. Roberts, un fuerte abrazo. De mi vocero".
Ginés González García: "Dije que era más preocupante el dengue que el coronavirus y se burlaron. Dije que el Covid-19 no prosperaba en zonas cálidas y se burlaron. Dije que el pico de casos se iba a dar en abril, y después dije mayo, y ahora junio, y se burlaron. El único periodista que siempre me trató con respeto fuiste vos, Carlos. El único que creyó en mí fuiste vos. Ni Alberto me bancó. Quiero retribuirte tantas gentilezas con un reconocimiento y una confesión: "Te admiro profundamente. Te sigo a muerte. Lo primero que hago los domingos es leer la página 2 de Clarín".
Por: Carlos M. Reymundo Roberts
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