viernes, 17 de abril de 2020

Default, privilegios y doble discurso

LA NACION


16 de abril de 2020 • 23:59


Default, privilegios y doble discurso


  Laura Di Marco
                             PARA LA NACION





PARA LA NACION

La columna editorial de Laura Di Marco en LN+






























/ Después de la oferta que le hizo el Gobierno argentino a tenedores privados de bonos soberanos, Alberto Fernández anunció que estamos en default virtual, lo que podría tener consecuencias muy graves para la Argentina.

/ Un default virtual nos volvería a desenchufar del mundo y, según algunos economistas, generaría mucha presión sobre los depósitos en dólares que aún están en los bancos.

/ Los analistas del mercado dicen que hay que esperar hasta el lunes, que es el lunes cuando se van a empezar a sentir las consecuencias de este virtual default.

/ Hoy me decía el economista Marcos Buscaglia que la agenda del ministro de Economía Martín Guzmán no es la misma que la del Gobierno. La agenda del Gobierno es o debería ser evitar el default.

/ El posible derrumbe económico del país queda disuelto en el desastre económico global a raíz del coronavirus. Pero para nosotros sería otro default. Recordemos que el de 2001 fue festejado por la clase política argentina y todavía lo seguimos pagando.

/ Si hay algo que nos está enseñando esta pandemia es que nadie -ningún poderoso, ni influyente- está a salvo de que le toque. No hay coima, influencia o salvoconducto que nos inmunice del virus que, en ese sentido, es muy democrático.

/ Sin embargo, hay mucha gente que supone que está por encima de los virus y de las leyes. Me refiero a políticos y poderosos. La primera en pensar esto fue Cristina Kirchner, que se fue a Cuba cuando su gobierno ya había recomendado el aislamiento social para los mayores de 60 años.

/ Ayer el presidente Alberto Fernández y el gobernador Axel Kicillof encabezaron un acto en La Matanza en el que ninguno de los dos llevaba barbijo. Por suerte el hisopado de Kicillof dio negativo, pero podría estar contagiado de coronavirus porque esta semana visitó un hospital donde hay contagiados. Es por eso que hoy no fue físicamente a Olivos para no "exponer" al Presidente.

/ ¿Cuándo hay doble discurso o relato? Cuando se dice verbalmente una cosa que los hechos o las imágenes desmienten.

/ Hay doble discurso cuando un empresario, como Cristóbal López, históricamente asociado a los Kirchner, intenta entrar a su campo en Chubut violando la cuarentena con un permiso de excepción para circular, cuando el resto de los argentinos está encerrado en su casa.

/ Hay doble discurso cuando a Cristóbal López el gobierno kirchnerista le permitió evadir 8 mil millones de pesos en impuestos, mientras que Cristina y Máximo Kirchner impulsan ahora el "Impuesto Patria" para gravar a los ricos.

/ Parece que hay dos clases de ricos: los socios o amigos, a quienes se les perdona la evasión, y los otros, que están obligados a poner el hombro.

/ Dice con ironía Fernando Iglesias: "Si se usara el dinero que robaron, Máximo Kirchner podría hacer una contribución importante".

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Esa es la otra faceta del doble discurso: en la Argentina, como los organismos de control son muy deficitarios, nunca se sabe bien adónde van los impuestos, más allá de que sean justos o injustos.

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Es cierto que, en Europa, hay países con impuestos más altos que en la Argentina, pero está claro que ese dinero se traduce en servicios de salud de alta calidad o en una asistencia educativa de alta calidad.

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La Argentina, en cambio, tiene un estado enorme que brinda servicios deficientes, con enormes agujeros en el sistema público de salud (la provincia de Buenos Aires es un ejemplo) y en la educación. Durante la década en que gobernaron Néstor y Cristina Kirchner metieron en el estado 1 millón y medio de empleados públicos, la mayoría simpatizantes de la causa.

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Un paréntesis sobre el "Impuesto Patria". En esta emergencia, no hay duda de que es un imperativo moral que contribuyan los que más tienen. Es lo mismo que se está evaluando en Europa -para patrimonios de más de 2 millones de euros- y en Estados Unidos. El doble discurso está en no pedirle el mismo esfuerzo a la clase dirigencial argentina, a los tres poderes del estado o a los grandes sueldos de la administración pública, una grilla en donde algunos ganan 500 mil o 600 mil pesos.

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Como pregunta el economista Roberto Cachanosky: ¿No es posible que una parte de los 3.700.000 empleados públicos que hay en el total de país hagan un esfuerzo y pongan algo, sobre todo los salarios más altos? El total de la masa de los salarios de los empleados públicos en todo el país, calcula Cachanosky, es de casi 52 millones de dólares al año.

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Hay doble discurso cuando un empresario de los medios, que integra la mesa contra el hambre armada por el Presidente, se va pasar una cuarentena vip a su mansión de Esquel y, además, viola por segunda vez la veda para hacerse traer una valija, en la que supuestamente había ropa y chocolates, y no medicamentos, como la familia Tinelli había intentado justificar.

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En todo relato, claro está, hay una parte de verdad. Ese es el truco: iluminar la mejor parte y esconder lo oscuro o indecible.

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Por eso, hay relato en el manejo de la pandemia cuando el Presidente dice que prefiere tener un 10 por ciento más de pobres y no 100 mil muertos -como le dijo el último domingo- a Fontevecchia.

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¿Quién podría reprochar esta idea? Es una "idea maravillosa", como dijo la semana pasada Jaime Durán Barba. Pero desmenucémosla un poco.

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Es cierto que la declaración temprana de la cuarentena seguramente preservó muchas vidas, y ese es un punto a favor para el Gobierno. Pero lo que no está contabilizando el Presidente son las miles y miles de vidas, que también estarán en peligro por el derrumbe económico, la inseguridad alimentaria y el estrés emocional asociado a la falta de ingresos y la angustia.

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Salvando las distancias, como sucedió en 2001.

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Algunos indicadores del desastre económico que se avecina: el desempleo podría subir al 10,9. Cada vez más empresas y sindicatos negocian suspensiones o reducciones de sueldo por la crisis. El FMI comparó a la Argentina con un enfermo de alto riesgo: el coronavirus golpea más fuerte a la Argentina por las condiciones preexistentes. El PBI podría caer brutalmente este año, un 6 por ciento.

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Este nuevo relato sobre la pandemia es sesgado porque se decide preservar la vida ahora, pero, al mismo tiempo, no se contempla cómo se preservará la vida en el futuro, con la economía destrozada.

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De lo contrario no se entiende por qué el Presidente gobierna solo por DNU y no está convocando a una mesa de diálogo con la oposición y los sectores productivos.

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O por qué carece de un comité de economistas que lo asesore sobre cómo salir de este nudo.

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Y finalmente hay doble discurso cuando la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, dice que va a cuidar de la gente, pero a la vez, monta un ciberpatrullaje que monitorea el "humor social" en las redes, cercenando la libertad de expresión.

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Ayer la Justicia le abrió una causa por "intimidación pública" a un joven de 21 años que escribió la palabra "saqueo" en las redes, después de enterarse de que no le sería otorgado el ingreso familiar de emergencia.

/ Un tuit de la dirigente radical Silvana Guidici, interpeló a la ministra. "La ministra se había comprometido a revisar los protocolos con la comisión de seguridad. ¿Escribir la palabra #saqueo merece la cárcel? La represión de una expresión demuestra que lo del ciberpatrullaje del humor social no era solo una idea poco feliz".

Por:  Laura Di Marco

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