Jueves 18 de junio de 2015 | Publicado en
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Pese a que Cristina Kirchner permaneció en Olivos, la Casa de Gobierno se transformó ayer en la principal unidad básica del PJ por el incesante desfile de dirigentes y gobernadores. El principal comentario de todos era que la Presidenta, al poner a Carlos Zannini junto a Daniel Scioli en la fórmula presidencial del Frente para la Victoria (FPV), dio la señal clara de que "jugará a ganar" las elecciones del 25 de octubre próximo y buscará "cogobernar" con Scioli en el próximo mandato.
La comidilla en el Gobierno era que "Cristina hizo una demostración de poder" al acordar con Scioli que Zannini será su compañero de fórmula sin antes avisarle al que era el otro precandidato presidencial, Florencio Randazzo, cuyo mentor de su postulación era el propio Zannini.
"Es cruel lo que le hicieron a Florencio. Zannini le decía que no aflojara con la candidatura porque Cristina lo iba a apoyar y luego el propio Zannini arregló con Scioli y no le avisaron a Randazzo, que quedó mal parado", dijo un funcionario que conocía la furia del ministro.
Para colmo, el ministro del Interior y Transporte se enteró de la novedad al ver el canal C5N, donde el propio Scioli hizo el anuncio. Esa emisora es propiedad del empresario Cristóbal López (Grupo Indalo), estrechamente vinculado con Zannini. Todo parecía orquestado para que "el Flaco", como le dicen a Randazzo, fuera el último en enterarse. La furia de Randazzo, anteanoche, no tenía límites. Y ayer el enojo todavía le duraba. "El kirchnerismo es cruel", dijo con ironía un funcionario.
"Cristina lo puso allí a Zannini para que controle a Scioli y para que conduzca el Senado. La Presidenta quiere el control del Congreso", dijeron a LA NACION fuentes oficiales.
EL PEDIDO
Todas las informaciones en la Casa Rosada indicaban que la Presidenta, pese al malestar de su ministro, le había pedido al mediodía a Randazzo que abandonara la carrera presidencial y que aceptara ser el candidato a gobernador bonaerense. El ministro del Interior y Transporte no quería aceptar el cambio, pero de todos modos reclamó garantías de asistencia económica para gobernar.
Anoche no estaba definido si aceptaría el desafío, aunque se llegó a hablar de que hasta podría conformar una fórmula con Eduardo "Wado" De Pedro, secretario general de la Presidencia y hombre incondicional de Cristina y de Máximo Kirchner como lo es el propio Zannini.
Todo era rumores y especulaciones. El movimiento incesante comenzó a las 13.40 cuando Randazzo regresó de Olivos, en medio de un fuerte hermetismo y sin hacer declaraciones, luego de haber conversado con Cristina y con Zannini sobre el nuevo escenario político. Luego se retiró de Balcarce 50 a las 15.30.
A media tarde, comenzaron a desfilar por la Casa Rosada gobernadores, intendentes, sindicalistas, apoderados partidarios. El propio Scioli, en medio de un gran revuelo periodístico, visitó a Zannini por primera vez luego del anuncio de la fórmula presidencial (ver aparte).
El diputado y apoderado del PJ Jorge Landau ingresó al caer la noche en el despacho de Zannini. Conversaron sobre las listas de candidatos municipales de la provincia de Buenos Aires. Previamente, el gobernador de Chubut, Martín Buzzi conversó con De Pedro sobre las listas de candidatos locales y nacionales en su provincia.
El senador Miguel Pichetto y el intendente de General Roca, Martín Soria, también se reunieron con Zannini por las candidaturas de Río Negro. Pese a que Pichetto perdió las elecciones rionegrinas el domingo último, quedan por definir las listas de legisladores nacionales.
Por la misma discusión también Eduardo Fellner, gobernador de Jujuy, conversó con Zannini. Las nóminas provinciales serán homologadas por Cristina y Zannini, que privilegiarán a La Cámpora. La sensación en la Casa Rosada era anoche que el operativo electoral del FPV, con el dedo de la Presidenta, y la lapicera de Zannini y De Pedro, se había puesto en marcha.
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