jueves, 23 de abril de 2015

Continúa el saqueo de los fondos jubilatorios



Jueves 23 de abril de 2015 | Publicado en edición impresa

Editorial I

El Gobierno sigue financiando el gasto desmedido con el dinero de la Anses, comprometiendo así el presente y el futuro de los jubilados.

La durísima realidad que afrontan buena parte de los jubilados sigue desmintiendo el panorama cuasi idílico que se pretende pintar desde el oficialismo.
Prueba de ello es que han vuelto a aumentar los juicios que los jubilados se ven obligados a iniciar para intentar obtener un ajuste de sus haberes, siempre rezagados respecto de la inflación. Fue tal el incremento en la cantidad de pleitos iniciados que hubo que alquilar un edificio para poder almacenar la enorme cantidad de expedientes, que actualmente ingresan en los juzgados previsionales a razón de 150 demandas por día. El promedio diario del año pasado fue de 130.
Mientras tanto, el titular de la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses), Diego Bossio, hace profusa propaganda en su campaña como precandidato a gobernador bonaerense por el Frente para la Victoria, basándose en su gestión. En otro país, esto sería un argumento para no confiarle el voto. No le importa a Bossio que, para cubrir "deficiencias estacionales de caja", el Gobierno ha renovado un préstamo de 5000 millones de pesos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses. El FGS aceptó suscribir Letras del Tesoro en pesos a corto plazo. A cambio de los fondos que presta, que obviamente estaban destinados a solventar las jubilaciones actuales y futuras, la Anses se conformará con una Letra del Tesoro a 91 días que devengará una tasa nominal anual inferior a la inflación real.
En la actualidad, de los 450.000 millones de pesos del FGS de la Anses, el 65 por ciento son papeles del Gobierno -Letras y Bonos- que deben renovarse debido al creciente déficit del Tesoro que es financiado contrayendo más deuda.
A su vez, la Mesa Nacional de Jubilados, Pensionados y Retirados de la República Argentina ha manifestado en un reciente comunicado que la Anses, "con el beneplácito cómplice de la Justicia, está violando las leyes, dilapidando los fondos previsionales y estafando descaradamente al pueblo argentino". Agrega que los jubilados se ven forzados a hacer juicios que "en la mayoría de los casos terminan cuando el jubilado ya está muerto" y recuerda que en más de una oportunidad Bossio adujo que la excusa para no cumplir siempre fue que el dinero no alcanza. "¿Por qué? -se pregunta la Mesa Nacional de Jubilados-. Porque la Anses no respeta las leyes y la Justicia lo permite."
En los últimos años nos hemos ocupado en esta columna, cada vez con mayor preocupación, de las dos caras del drama previsional gestado y continuado por el Gobierno con la más absoluta indiferencia por la grave situación de los actuales jubilados y la incertidumbre acerca de qué ocurrirá con los futuros beneficiarios del sistema debido al saqueo de los fondos de la Anses por parte del Estado. Es que el Gobierno gasta cada vez más: en febrero pasado el gasto trepó un 39%, y en el primer bimestre del año el rojo fiscal subió 176%. De ahí la necesidad creciente de echar mano del dinero destinado a los jubilados mientras se sigue demorando el pago de las sentencias que ellos ganan para que les actualicen sus paupérrimos haberes.
Ése fue el tema del editorial que publicamos el 19 de enero pasado, titulado "El saqueo de la Anses por el propio Estado", en el que elogiamos las intenciones de la moratoria que permite jubilarse a quienes no reúnen los 30 años de aportes mínimos, generalmente por haber trabajado en negro. Pero al mismo tiempo señalamos allí la enorme duda que plantea esta política previsional acerca de cuánto tiempo resistirá un sistema que ve saqueados sus fondos por quienes, en vez de administrarlos como corresponde, los destinan al proselitismo, cuando lo que en verdad deberían hacer es pagar en tiempo y forma montos acordes con los aportes realizados sin colocar a los jubilados en la angustiante situación de iniciar largos, costosos y engorrosos juicios para ajustar sus haberes.
El aumento del trabajo en negro en la Argentina se produjo durante los gobiernos kirchneristas. Si aún existe y sigue creciendo ese trabajo, que priva de los aportes sociales y jubilatorios a un alto porcentaje de los trabajadores, es porque el Gobierno no sólo no lo combate, sino que, lo que es peor, sigue agitando el cóctel de condiciones que lo fomentan, como una alta y no reconocida inflación e impuestos desorbitados, como el de Ganancias.
Al financiar su desmedido aumento del gasto apropiándose de los fondos jubilatorios, el Gobierno desnuda su indiferencia ante la dura suerte de los jubilados de hoy y de mañana. Sin ninguna duda, es una enorme bomba de tiempo que el kirchnerismo le deja activada al próximo gobierno.

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