05/02/2020 - 22:00
Alberto juega al póker con la deuda
El Presidente dijo que tiene un plan pero que no lo cuenta. La prioridad ahora es evitar del default.
El presidente Alberto Fernández se reunió en París
con su par de Francia, Emmanuel Macron. (foto EFE)
Fernando Gonzalez
Del editor al lector
La pregunta que más circula entre dirigentes (opositores y también oficialistas), economistas y empresarios es muy simple. ¿Cuál es el plan económico de Alberto Fernández? Algunos la formulan con sinceridad, para superar el temblor del desconocimiento. Y otros lo hacen intencionalmente, dando a entender que el Gobierno de 58 días todavía no tiene un plan definido. La duda crece y se extiende tanto que el miércoles llegó hasta París, donde el Presidente respondió consultas de un grupo de estudiantes del Instituto de Estudios Políticos Science Po. Y generó una respuesta para estirar la incógnita.
“No es verdad que no tenemos plan, es verdad que no lo contamos. Y no lo contamos porque estamos en plena negociación. Sería descubrir las cartas. Estamos jugando al póker y no con chicos”, explicó Fernández. La verdad, como en “La carta robada” de Edgard Allan Poe, está a simple vista. Por ahora, en un plazo que no se resolverá antes de mitad de año, el plan del Gobierno es resolver el destino de la deuda. El de la deuda nacional y soberana. El de la deuda con el Fondo Monetario Internacional y el de la deuda con los acreedores privados. El de la deuda de las provincias y el de la deuda pública. La deuda interna.
“Hoy el plan es arreglar bien lo de la deuda y la tarjeta alimentaria; después vemos”, exagera un ministro que sigue con dramatismo las alternativas de las negociaciones. Como muchos otros funcionarios, maldijeron las provocaciones de Axel Kicillof a los tenedores del Bono Provincial 21 y se resignaron cuando el gobernador bonaerense terminó pagando los 250 millones de dólares que había calificado de impagables. La entrada en default de la Provincia el mismo día en que Fernández se reunía con el francés Emmanuel Macron hubiera sido una tragedia.
El presidente Alberto Fernández se reunió en París
con su par de Francia, Emmanuel Macron. (foto AP)
No es casualidad que el ministro de Economía, Martín Guzmán, haya salido a plantear en Roma las dificultades de pagar la deuda pendiente con el Club de París. Públicamente, el discurso dirá que es imposible afrontar los actuales intereses y se echarán rayos y centellas sobre la gestión de Mauricio Macri. Pero la lectura para los mercados es marcar las diferencias con aquel acuerdo por U$S 9.600 millones que hizo Kicillof en 2014 sin conseguir descuento alguno. Guzmán, quien debe pagar cerca de U$S 2.000 millones en mayo próximo, calificó el desafío financiero de “insostenible”. A su lado estaban su mentor, el Premio de Economía, Joseph Stiglitz, y la directora del FMI, la búlgara Kristalina Georgieva.
Está claro también que el eje de la gira europea de Alberto ha sido la renegociación de la deuda. Ese fue el objetivo en los encuentros con Angela Merkel y con Macron, ambos con presencia fuerte en el directorio del Fondo. Y se celebró en la Casa Rosada la frase del Papa durante el mismo seminario en el Vaticano del que participaron Kristalina y Guzmán. “No se puede pretender que las deudas contraídas sean pagadas con sacrificios insoportables”, dijo Francisco. Las plegarias oficiales van todas en la misma dirección.
Pero Dios no es suficiente para que la Argentina renegocie con éxito su deuda y evite otro default. Por eso, Alberto le pidió al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, que tienda un puente sobre el más complicado y decisivo de los integrantes del FMI. Por más que le pese a Cristina o a cualquier distraído del orden mundial, será Donald Trump el que tenga la última palabra para que termine el tiempo del póker y aparezca el plan económico del que nadie habla.
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