22/02/2020
Más testimonios revelan corrupción en la AFI
Y sigue el escándalo por la persecución al primer denunciante
La historia de Cristian P. es la postal más cruda de lo absurda que a veces es la Argentina. Se trata de un agente de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) que está siendo duramente perseguido por mostrar algunas de las irregularidades que ocurren dentro de esa misma entidad.
En las últimas horas fue allanado su domicilio y corre serios riesgos de quedar detenido en el marco de una causa judicial insólita, ya que lo acusan por haber opinado ¡por Twitter!
Parece un chiste —un mal chiste, en realidad— pero no lo es. En el documento que puede verse al pie de la presente nota está el documento que lo prueba.
Obviamente, lo del Twitter es una excusa, lo que ha molestado son sus revelaciones respecto de la purga-persecución que el neo kirchnerismo viene haciendo en la AFI y las irregularidades que ocurren allí dentro. Son cuestiones de una gravedad superlativa, muchas de las cuales han sido publicadas por Tribuna de Periodistas, pero que aún parecen no haberle interesado a ningún fiscal.
¿Cómo es posible que la Justicia no dude en utilizar todos sus recursos para perseguir a un ingravitante agente de Inteligencia y nada haga respecto de sus graves denuncias?
Se insiste, lo que le ocurre a Cristian es gravísimo, porque no solo lo han allanado, amenazado y perseguido por decir las cosas como son. También han allanado a su padre, un hombre muy mayor que ya ha sufrido dos infartos y cuyo cuerpo no parece poder tolerar un tercero.
Lo curioso es que no se trata de la única persona que denuncia la suciedad que transcurre en la exSIDE. Media docena de agentes de la AFI se han contactado con este portal para contar lo mismo, con detalles escrabrosos.
“Hay causas que se archivaban por orden directa, hay un depósito que contiene información de Nisman entre otras”, reveló uno de los espías, en consonancia con lo dicho por Cristian en su primera denuncia.
La misma fuente sostuvo: “Con cada cambio de director había orden de triturar informes para que no queden rastros. Hoy en día toman evaluaciones a algunos agentes, exámenes que nada tiene que ver con lo que respecta a la AFI, personas que no tienen ni idea lo que es el servicio de inteligencia, ingresan sin pasar por ciertos requisitos ni por la Escuela Nacional de Inteligencia (ENI)”.
Y añade un tópico inesperado, casi escandaloso: “Del acoso nadie habla, pero es frecuente en varios pisos. Hay persecución psicológica, ideológica, acoso laboral. Ni hablemos de que todo es en negro y las amenazas son constantes: ‘Tené cuidado que sabemos dónde vivís’, ‘Tené cuidado que no podés contar nada sobre la AFI, jamás vas a volver a laburar’…”.
Otro agente, esta vez una mujer que fue eyectada de la misma agencia, profundizará respecto de este costado más polémico: “Trabajé en AFI hasta no hace demasiado tiempo y tenia dos directores, uno de ellos fue Luis A., que me acosaba constantemente. Me ocurrió algo puntual por lo cual pedí una reunión con Recursos Humanos, pero A. se adelantó y me rechazaron el pedido. Me cambiaron de piso y a los pocos días me entero que les pasó a otras chicas, que luego las despidieron”.
La mujer no solo ofreció su testimonio: “Trabajé 2 años de forma operativa en Crimen Organizado, tengo copias de recibos con nombres de fantasía ya que la AFI se maneja así. Y tengo copia de la credencial”.
Como se dijo, lo que ocurre en la exSIDE es grave. Y, como también se dijo, sorprende que ningún fiscal se anime a indagar al respecto. O tal vez no debería sorprender tanto: todo el mundo le teme a la AFI, desde tiempos inmemoriales. Porque allí se sabe todo sobre todos.
“Qué huevos que tenés para publicar lo que venís publicando”, me dijo hace poco un colega de diario Clarín. Porque nadie más se anima. Sencillamente porque la mayoría tiene secretos que ocultar: amantes, cuentas secretas, evasión de impuestos… incluso hay muchos colegas que cobran dinero de la propia agencia.
Pero uno no tiene nada que ocultar, entonces no teme. Ni amantes, ni fortunas escondidas, ni sobres bajo mesa, ni nada. Periodismo independiente.
Volviendo a la trama en cuestión, de todo lo que ha denunciado Cristian P. —y que ratifican otros agentes—, lo más grave es aquella acusación de que hay pruebas de casos sensibles que duermen el sueño de los justos en contenedores a la intemperie que se encontrarían en CITEFA, donde reportan algunos de los espías que están a punto de ser despedidos.
Se trata de evidencia sobre casos como la muerte de Alberto Nisman, el atentado a la AMIA e incluso la detención del narco “Mameluco” Villalba.
Según revelaron a este portal esas fuentes, quien habría dispuesto que esos elementos fueran descartados como basura es Martín Coste, excuñado de Antonio Stiuso y quien supo reemplazar al entonces encargado de Contrainteligencia de la AFI, Diego Dalmau Pereyra.
Muchos no lo saben, pero Coste fue el encargado del escándalo que destapó en agosto de 2018 luego de que se descubriera que la AFI hacía tareas de espionaje sobre Cristina Kirchner.
Quien lo descubrió fue una camporista llamada Maria Laura Jimenez, quien supo reportar a Esteban Orestes Carella, otro miembro de La Cámpora, cuestionado, que ha vuelto a la agencia con todo el poder, reportando directamente a la expresidenta.
La operación fue tan “trucha” que el auto utilizado, un Volkswagen Voyage, color blanco, modelo 2014, estaba registrado a nombre de la AFI.
Tal la calaña de los que están recalando en la agencia de inteligencia pergeñada por el neo kirchnerismo.
Acaso lo único positivo para contar en estas horas parece ser el hecho de que, luego de esta publicación de TDP,decidieron “frizar” a Emiliano Deza, un “informático” que trabaja a las órdenes de Fernando Pocino.
Por enésima vez, se recuerda que Pocino es aquel que supo “carpetear” a periodistas, jueces y referentes de la política que “molestaban” al kirchnerismo. Muchas de esas operaciones pudieron verse en medios como Página/12, revista 23, diario El Argentino, Tiempo Argentino, y otros. Todos privilegiados con millonadas de plata del kirchnerismo de entonces.
El contexto de lo aquí contado son aquellas palabras de campaña de Alberto Fernández, quien sostuvo que depuraría la agencia cuando llegara al poder… está claro que ello no está ocurriendo.
Ciertamente, más allá de las pretensiones y los discursos de buena voluntad, ningún presidente argentino se ha animado a avanzar en una reestructuración total de la AFI. Por el contrario, todos han aprovechado su “poder de fuego” en provecho propio. Desde su nacimiento, en 1946, a la fecha.
Quien la creó fue Juan Domingo Perón en su primera presidencia bajo la denominación “Coordinación de Informaciones de Estado” (CIDE). Lo hizoa través del Decreto Ejecutivo 0337/46.
Fue quien anidó el huevo de la serpiente, aquel que se terminó convirtiendo en el monstruo que hoy nadie puede dominar.
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