martes, 3 de septiembre de 2013

Cristina Kirchner perdió la lapicera




Por  

Cuando el peronismo está en el gobierno, suele ocurrir que hasta el más conspicuo de los dirigentes justicialistas olviden dónde se encuentra la sede del partido. La tradicional confusión entre partido y gobierno hace que todas las miradas se trasladen a la Casa Rosada o a la quinta presidencial de Olivos, que pasan a ser las únicas sedes del poder. A tal punto que nadie recuerda quiénes están al frente de la conducción del PJ ni la existencia de cuerpos orgánicos como el consejo nacional y el congreso nacional partidarios. Y si en algún momento ocurre lo contrario es porque quien ocupa el Poder Ejecutivo Nacional ha caído en desgracia.

Si, como señalan distintas versiones, el gobernador Daniel Scioli, en su carácter de presidente interino del PJ, obtuvo un principio de acuerdo entre los mandatarios provinciales peronistas reunidos la semana pasada en Corrientes para convocar dentro de 15 días a una reunión del consejo nacional partidario, podríamos estar ante un fuerte indicador del comienzo de un proceso de sucesión del liderazgo que hasta hace poco parecía ejercer férreamente Cristina Fernández de Kirchner.

La presidenta Cristina Kirchner habría perdido el monopolio de la lapicera para nominar candidatos por sí sola.

Tras la derrota electoral en las primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO) del 11 de agosto, Scioli propició, con una sospechosa anticipación, la idea de elegir al próximo candidato presidencial del justicialismo en un proceso electoral abierto. 

Desde 1988, cuando Carlos Menem venció a Antonio Cafiero y obtuvo la postulación a candidato presidencial en elecciones internas, el justicialismo no dirime sus postulantes a jefes de Estado de manera competitiva. Siempre el dedo de quien ocupaba la Casa Rosada pudo más.

Aunque difícilmente alguno de los gobernadores del PJ hablará sobre esta posibilidad hasta que pasen las elecciones generales legislativas del próximo 27 de octubre, el hecho de que la cuestión haya comenzado a ser explorada en sigilo y que el titular de la CGT oficialista, Antonio Caló, la pida públicamente, da cuenta de un cambio. La presidenta Cristina Kirchner habría perdido el monopolio de la lapicera para nominar candidatos por sí sola.

Por ahora, la justificación pública de la convocatoria al consejo nacional partidario, después de años sin reunirse, pasará por la idea de exhibir "un partido unido" que sea "respaldo" de la Presidenta hasta diciembre de 2015, según dejan trascender dirigentes de la fuerza política gobernante. Pero, al mismo tiempo, fuentes partidarias sostienen que debería llamarse a una elección interna para constituir una nueva conducción partidaria hacia fines de este año, dado que los mandatos estarían caducos.

Cuando el peronismo está en el gobierno, suele ocurrir que hasta el más conspicuo de los dirigentes justicialistas olviden dónde se encuentra la sede del partido
Los resultados de las elecciones del 27 de octubre podrían ser decisivos para determinar cuáles de los gobernadores y líderes territoriales del justicialismo quedan más fortalecidos para influir en la conformación de la nueva conducción partidaria. 

Muchos observan a Scioli, pero algunos no descartan que la propia Cristina Kirchner, que ha delegado en las últimas semanas en el mandatario bonaerense las riendas de la campaña de Martín Insaurralde, responsabilice al gobernador si la derrota del oficialismo contra Sergio Massa termina siendo más abultada que la de agosto.

Las urnas determinarán en octubre no sólo la composición del Congreso de la Nación y de las legislaturas provinciales. También decidirán qué lugar ocupará la Presidenta en la mesa de negociaciones que dirimirá su sucesión y si en esa mesa ella tendrá poder para nominar un delfín en 2015, para ejercer un poder de veto o sólo asistir en silencio a la decisión de los líderes territoriales..

   | LA NACION

No hay comentarios:

Publicar un comentario