viernes, 27 de septiembre de 2013

El negociado de Moreno con las cerealeras desata una feroz pelea en el gabinete





27.09.2013 19:08


Desesperado por el fracaso del blanqueo, Moreno pidió a las cerealeras que "inviertan" 500 milones de dólares en el bono energético. Nidera y Cargill le contraofertaron que les consiga esa plata de prefinanciación de exportaciones, lo que les permite hacer un fabuloso negocio financiero. Marcó del Pont y Lorenzino rechazan la operación.

Guillermo Moreno cree que si logra hacer repuntar el (hasta ahora) poco exitoso blanqueo de capitales, tendrá más chances de permanecer en su cargo. El Secretario de Comercio Interior está en la cuerda floja frente a Cristina y los intendentes del Conurbano -que ya pidieron su cabeza, como anticipó LPO- y su máxima obsesión en estos días es conseguir todos los dólares que pueda para suscribir el bono energético (Baade), que el gobierno creó junto con el Cedin cuando el dólar paralelo tocó los diez pesos.

Fue en ese marco que la semana pasada el funcionario se reunió con las cerealeras para pedirles que pongan U$S500 millones en el Baade, más allá de que estén o no en negro. Es que a esta altura, al funcionario poco le importa que el objetivo inicial de blanquear dólares haya quedado totalmente desdibujado.

Cuando el encuentro trascendió, generó un gran revuelo dentro del gobierno y desató una dura interna en el gabinete económico. El lunes Moreno mantuvo una severa reunión con el equipo económico, durante la cual el ministro de Economía Hernán Lorenzino y la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, le pusieron los puntos sobre las íes, como hace años no ocurría.

La titular del BCRA es la que se opone con mayor fuerza a esta jugada desesperada del Secretario, al que cada vez se le animan más no sólo los empresarios sino también sus pares. De hecho, en los últimos días se desató una bizarra interna en tiempo real en el equipo económico.

Tras los llamados de Moreno a las cerealeras para que compren de una vez los bonos energéticos, le siguen los llamados desde el Central, que desacreditan al Secretario y le piden a los directivos que no le hagan caso.

El negocio de las cerealeras

 
Durante su encuentro con Moreno, las cerealeras argumentaron que no tenían esa plata, pero le dieron la vuelta al asunto para encontrar un fabuloso negocio. Le pidieron al funcionario que use su investidura para presionar a los bancos a que les presten ese monto en concepto de prefinanciación de exportaciones –que también pueden hacerse en dólares-, y así direccionar esos fondos a la suscripción del bono energético.

En el Central resisten a la operación porque es de dudosa legalidad e implicaría demasiados artilugios técnicos.

Pero además, representa un gigantesco negocio para las cerealeras, las grandes ganadoras del modelo económico kirchnerista.

La operativa que tienen en mente las exportadoras -con Nidera y Cargill a la cabeza- es la siguiente: conseguir el financiamiento por U$S500 millones, que destinarán a los bonos nominados en dólares. Una vez que tengan los papeles, planean venderlos en el mercado secundario a un billete verde que cotiza a un tipo de cambio por debajo del paralelo, pero por arriba del oficial, aproximadamente a $7,50.

Mientras tanto, el pago del crédito y la liquidación de la cosecha se hacen a tipo de cambio oficial, porque la prefinanciación de exportaciones funciona con un contrato de compra futura, en donde queda fijado el precio del producto a cosechar. Esta diferencia en las cotizaciones les permitiría a las operadoras embolsarse una suculenta suma.

En el Central se oponen porque si la prefinanciación está calzada con los bonos, como planean las cerealeras, existe un desfasaje entre las puntas que la hace inviable, porque la prefinanciación es a 6 meses y el Baade vence recién dentro de tres años.

El objetivo de Moreno es sencillo: salvarse y mostrar un resultado del blanqueo más aceptable del fracaso rotundo que viene siendo hasta ahora. El Secretario le había prometido a Cristina unos U$S4.000 millones.

Poco le importa que no sea plata en negro o que en el camino, el Central no gane reservas, que era otro de los objetivos de la exteriorización de capitales.
“Si se concreta la operación, el efecto en las reservas será neutro”, explicó un economista a LPO. Es que los billetes verdes saldrían del Banco Nación (que es quien da los préstamos para la actividad) para volver a ingresar bajo la forma de Baade.

De todas formas, de concretarse no será una operación sencilla. Todavía no hay un mercado secundario del Baade, porque solamente ingresaron U$S15 millones. Pero si entran en circulación estos U$S500 millones, entonces ya habría un monto suficiente para que se conforme.

De ser así, entraría un nuevo jugador en el mercado que podría hacer bajar el precio del “contado con liqui”, actualmente arriba de los $9.

La operación sería un dolor de cabeza para las entidades y funcionarios, porque requiere de gran cantidad de sellos de las entidades, el Banco Central tendrá que opinar sobre el tema y el Nación tendrá que dar su autorización, que es quien está a cargo de este tipo de créditos.

La magnitud del fraude implicaría el consentimiento no sólo del Moreno, sino también del Central. Una fuente que conoce de cerca el sistema bancario comentó que un crédito de U$S500 millones es muy alto y si se lo dan a las cerealeras podrían estar violando las normas de valuación. Y es que un préstamo de ese tamaño no sería compatible con su patrimonio.

 

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