viernes, 27 de septiembre de 2013

Preparándose para la transición





27/09/13 

 
DEL EDITOR  AL  LECTOR




Por Ricardo Kirschbaum


La emergencia económica regirá hasta el 31 de diciembre de 2015. Esto es cuando ya haya asumido el nuevo gobierno. La duración de esta medida excepcional, que le permite al Poder Ejecutivo el manejo discrecional de las partidas presupuestarias, excede con creces a la “década ganada”, una muletilla oficialista que trata de subrayar todos los logros que dicen haber conseguido desde que Néstor Kirchner puso un pie en la Casa Rosada.

La contradicción entre la realidad y el relato es una de las patentes de esta gestión. Pero ahora añaden otro brutal contraste entre las bondades que propagandizan y los instrumentos que requieren para enfrentar la situación.

El jefe de la bancada oficialista del Senado, Miguel Angel Pichetto, cree que la ley de emergencia económica es un instrumento para enfrentar las crisis, en una declaración en la que mezcla la caída de las economías regionales por una política equivocada del Gobierno, con la crisis española.

Ilustrémosnos con la declaración del jefe de la bancada kirchnerista. Dijo que la emergencia económica es “un instrumento todavía válido en un mundo que, como todos estamos viendo, está en una profunda crisis. España, por ejemplo, tiene un 30 por ciento de desocupados, Europa vive crisis financieras graves y no se ha recuperado el empleo, y eso t iene afectaciones en países emergentes como el nuestro ”.

La habilidad retórica del senador por encontrar argumentos que no colisionen con el propio triunfalismo oficialista no alcanza a esconder la necesidad política que tiene el gobierno de Cristina de seguir contando con ese tipo de herramientas. 

La necesidad política surge de la primera gran evidencia: la Presidenta terminará su mandato en 2015 y no podrá competir por su reelección.

La segunda es que a partir del 28 de octubre, luego de la elección legislativa, comenzará no solo la transición sino que se abrirá la disputa por la sucesión presidencial.

La tercera es que si se cumplen los pronósticos electorales previos al comicio, el oficialismo volverá a ser derrotado en los grandes distritos electorales. Principalmente, en la provincia de Buenos Aires donde Sergio Massa sigue apareciendo como favorito con una apreciable ventaja en los sondeos sobre Martín Insaurralde.

Se supone entonces que si bien el resultado electoral no modificará sustancialmente la relación de fuerzas en el Congreso, sí habrá un reacomodamiento político en la conformación de los bloques.

La emergencia económica, cuya media sanción se votó ayer con el apoyo de un puñado de diputados teóricamente opositores, es una ley que requiere el gobierno de Cristina para resistir y tratar de seguir controlando las resbaladizas riendas del poder.

Eso es lo central.

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