martes, 24 de julio de 2012

GENEROSOS CON PLATA AJENA

Los fondos del ANSES es la “cajita feliz” de un gobierno que gasta sin control



¿ Generosos con plata ajena ?

                                                                       Por Luis E.Luchía-Puig (1)


Nuevamente el dinero de los jubilados argentinos vino a solucionar
el pago de los aguinaldos del medio millón de empleados públicos en
la provincia de Buenos Aires.

 Entre tanto, los pasivos nos sentimos parias en un escenario en donde la inflación derrite nuestros magros haberes, como si fueran una barra de hielo expuesta al sol del verano.

Con acierto se adjudica a este cáncer de la economía el nombre de
“impuesto Hood Robin”,porque al revés del justiciero inglés, le  roba el
dinero a los pobres para entregárselos a los ricos. A diferencia de los
activos, que pueden presionar y reclamar justicia recurriendo a las huelgas,
los jubilados estamos a la intemperie y obligados a mendigar nuestros derechos, ante un gobierno que se autoproclama defensor de los derechos humanos y condena a una supervivencia indigna a cinco millones de jubilados.

Con Kiciloff no sabemos si reir o llorar
Cuando oímos a Alex Kicillof, vice-ministro de economía, afirmar que es reaccionario oponerse a que los fondos del ANSES, nos pasa como con las viejas películas de Luis Sandrini: No sabemos si ponernos a reír o largarnos a llorar. Yo le preguntaría a este teórico de la administración, responsable que las pérdidas en la gestión de Aerolíneas Argentinas, que es un barril sin fondo cuya mantención nos cuesta dos millones de dólares diarios, si  es progresista vetar el 82 % móvil a los jubilados para finaciar las Ferraris de los Shoklender o los jacuzzis de nuestro vice-presidente, sospechado de enriquecimiento ilícito y con mas prontuarios que antecedentes profesionales.
A raíz del reciente anuncio de un mega-plan de créditos para la construcción de viviendas con fondos de la ANSES, fue muy oportuna la resolución de la Suprema Corte, que intima a este organismo estatal a rendir cuenta de la aplicación de los cuantiosos fondos que administra. Me parece bien que el estado impulse un plan para ofrecer créditos accesibles a quienes necesitan una vivienda. Lo que no puede admitirse es que la ANSES financie los créditos subsidiados ( cobran un interés del 2 % anual frente a una inflación de más del 2 % mensual) con el dinero de los jubilados, mientras hay más de 300.000 juicios por reajustes, cuyo cumplimiento efectivo viene siendo demorando por años , pues Diego Bossio, su director, alega que carece de recursos para cumplir las sentencias que favorecen a los pensionados. Ellos ya no tienen tiempo para esperar y los fallos a su favor de justicia deben ser
atendidos con prioridad
Victimas de un genocidio por omisión

Quienes hemos trabajado toda la vida realizando los aportes necesarios para garantizarnos una vejez digna, nos sentimos victimas de una tentativa de genocidio por omisión, que ensombrece una etapa de nuestra vida en la que nos sentimos impotentes para.  reclamar lo que en justicia nos pertenece.

Que se desvíen los fondos del ANses para financiar los desbalances de un gobierno que gasta sin control, o para subsidiar créditos a la industria y a la construcción, es una estafa para quienes no estamos en condiciones de presionar al poder con huelgas y piquetes.
Nos dicen que no hay dinero para cumplir con el mandato constitucional que establece un 82 % del sueldo percibido por los trabajadores activos y nos obligan a iniciar juicios por reajuste que duermen sueños eternos en las instancias judiciales, mientras la vida se nos escapa aguardando una justicia que no llega. Mas de 300.000 expedientes juntan polvo en los anaqueles de tribunales, mientras los abogados de la ANses recurren a todo tipo de chicanas para demorar el proceso.
Jubilación vive de “jubileo”,una etapa en donde la sociedad premia los esfuerzos de quienes han contribuido a su progreso y bienestar. Los ancianos han sido siempre referentes de sabiduría y experiencia, valorizándose las enseñanzas que les dio la vida. En occidente, al retirarse los pensionados reciben ingresos acordes con la función desempeñada y los vemos recorriendo el mundo disfrutando y dándose la buena vida.
Entre nosotros, por el contrario, funciona una especie de “Darwinismo al revés”,en donde todo se nivela para abajo y se  garantiza la supervivencia del menos apto. Como recordaba Enrique Santos Discepolo, en su celebrado tango “Cambalache” : “Todo es igual, nada es mejor: lo mismo un burro que un gran profesor”
 Extender los beneficios jubilatorios a quienes no han aportado un peso en su vida puede obedecer a razones humanitarias, pero extraer esos recursos del fondo previsional, equivale a ser generosos con el dinero ajeno. Y explica que mientras se desvían recursos para financiar el clientelismo del gobierno, se somete a los aportantes a todo tipo de postergaciones. Cuando el monto del 80 % de las jubilaciones no alcanza para cubrir la tercera parte del costo de la canasta alimentaria, estamos condenando a nuestros jubilados a extinguirse por inanición. Son muchas las cartas de jubilados que publican los diarios, en donde venerables ancianos ,algunos de mas de 80 años, reclaman el cumplimiento de sentencias en donde se les hace justicia y esperan poder disfrutarla en lo que  les resta de vida.
Bertrand Rusell decía que la calidad de una nación se mide por el trato que sus autoridades prodigan a sus sectores más vulnerables: los niños y los ancianos. Veamos como trata el gobierno a los jubilados en la Argentina y saquemos nuestras propias conclusiones.
                                                                            (1) abogado,editor y periodista

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