miércoles, 5 de junio de 2019

El crimen del fiscal de la AMIA

Clarín



05/06/2019 - 22:04





Nisman: un equipo de expertos analiza un millón de llamadas y mails para determinar si hubo encubrimiento

Bajo las órdenes del fiscal Taiano, expertos de la Policía Federal cruzan mensajes desde que Cristina echó a Stiuso en noviembre del 2014 hasta días después de la aparición del cadáver.


El ex secretario de Seguridad Sergio Berni en el edificio
de Puerto Madero donde vivía y hallaron muerto al fiscal
Alberto Nisman. (AFP





DANIEL SANTORO



La omisión del ex secretario de Seguridad K Sergio Berni de 29 de las 31 llamadas que había mantenido con la ex presidenta Cristina Kirchner, no es la pista más importante que investiga el fiscal Eduardo Taiano de entre el millón de llamadas analizadas antes y después de la muerte del fiscal Alberto Nisman. En su declaración testimonial había reconocido 2 llamadas y ahora se descubrió que, en realidad, fueron 31, tal como ayer reveló Clarín.

Con la asistencia de un equipo técnico de la Policía Federal, Taiano tiene orden el juez Julián Ercolini para investigar llamadas y mails desde que Cristina Kirchner hizo echar al director de Contrainteligencia de la SIDE, Antonio Stiuso, en noviembre del 2014 hasta días después del 18 de enero del 2015 cuando se encontró el cuerpo del fiscal de la AMIA con un balazo en la cabeza. Se trata de, por lo menos, "un millón de llamadas telefónicas, mensajes de whatsapp y mails" y los técnicos de la Federal los cruzan y buscan patrones comunes que puedan eventualmente servir al fiscal.

Desde el arranque de la causa hubo un hecho irregular y fue que le Prefectura -bajo las órdenes de Berni- le dio intervención a la justicia penal ordinaria y no a la federal como correspondía ya que se trataba, aún bajo al hipótesis de un suicidio, de un fiscal federal. La presencia de Berni y de la fiscal Fein, desde el arranque, en la escena del hecho muestra una conducta negligente o hipotéticamente algún tipo de encubrimiento. Hasta la intervención de la Corte, en septiembre de 2016, se perdió más de un año en la investigación bajo una campaña de desprestigio del kirchnerismo contra la figura de Nisman.

En la causa, hay varias pruebas de que Nisman estaba siendo espiado por el kirchnerismo y la declaración testimonial de Stiuso abonada la hipótesis de que “hubo un aparato de inteligencia paralelo” en ese trabajo sucio. En las comunicaciones internas de la Prefectura, todas las salidas y entradas de Nisman de las torres Le Parc se marcaban con la frase salió o entró “Delta Main”.

Por estos indicios, es que se cruzan los teléfonos del ex jefe del Ejército y director de inteligencia de su arma, César Milani, del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli y de su par Legal y Técnico, Carlos Zannini, entre otros. También los del “enemigo interno” de Stiuso en la SIDE Fernando Pocino.

La confirmación de que Nisman estaba muerto se conoció el domingo a las 23.45, pero ese mismo domingo 18 de enero desde las 8 de las mañana había comenzado un intenso tráfico de comunicaciones entre los principales jefes y ex jefes de inteligencia de la Argentina que Clarín reveló el 29 de noviembre del 2015 en exclusiva.

El cruce telefónico revelado forma parte de la causa conexa a la del crimen del fiscal, abierta por supuestas irregularidades cometidas en la primera etapa investigación que estuvo a cargo de la fiscal del fuero ordinario, Viviana Fein. En fuentes judiciales, trascendió que Taiano prepara un dictamen con un pedido de nuevas medidas de prueba en torno de estas comunicaciones.

Nisman fue encontrado muerto con un balazo en la cabeza en el baño de su departamento de Puerto Madero la noche del 18 de enero de 2015 luego de denuncia por presunto encubrimiento del atentado a la AMIA a la entonces presidenta Kirchner y otros funcionarios de su gobierno. En la causa por las irregularidades están imputados Berni, la ex fiscal de instrucción Viviana Fein, el ex jefe de Policía Federal Rubén Di Santo, entre otros. Sucedió que Berni llegó primero a la escena del hecho y entró al departamento sin esperar la orden de la fiscal o el juez.

A las 2, Berni discutió con la fiscal, cuando efectivos de la Policía Científica ya estaban tomando imágenes de la cocina del departamento y mantuvieron un extraño diálogo. Le sugirió ir primero al baño y constatar cuál era el estado de Nisman. Fein le respondió que estaba “leyendo un texto que está escrito”, aludiendo a una nota de Gladys Gallardo, la empleada doméstica.

Berni insistió:

- Está bien doctora, pero lo primero es ocuparse de la vida de la persona que está ahí adentro agonizando porque si no seguimos perdiendo el tiempo acá.

- Sí ya lo sé- contestó la fiscal. Recién entonces entraron al baño y comprobaron que Nisman estaba muerto.

Esta investigación de las llamadas comenzó en septiembre del año pasado por una resolución de la Cámara Federal porteña que confirmó que Nisman fue asesinado y en esa investigación está imputado como supuesto partícipe necesario el técnico informático Diego Lagomarsino, quien suministró a Nisman el arma con la que murió.

La cámara federal, integrada por Martín Irurzun y Leopoldo Bruglia, había destacado que “las llamadas reiteradas y no habituales comunicaciones entre funcionarios de diversas áreas del Estado Nacional -algunos de ellos abarcados por la denuncia que había formulado Nisman días antes- que se extendieron desde la noche del sábado hasta avanzado el domingo -incluyendo casi ininterrumpidamente horarios de madrugada-, hallándose actualmente la instrucción dirigida a ahondar en derredor de tales extremos”. La confirmación de las 31 llamadas es, entonces, solo el comienzo para saber qué pasó ese día dentro del gobierno K.

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