jueves, 5 de septiembre de 2013

El deporte preferido de los políticos: salto con garrocha



Viernes 6 de Septiembre de 2013  

Editorial de NOVA

Los senadores bonaerenses “Cacho” Álvarez y Leonor Granados ya saltaron. Kunkel aguarda su turno. (Dibujo: NOVA)

En política es un movimiento clásico, y mucho más en el peronismo. Hay más de un refrán al respecto, convertidos a esta altura en parte del refranero del lenguaje político popular. “Los peronistas te acompañan sólo hasta la puerta del cementerio” es, quizás, uno de los más recordados. “El que gana conduce, y el que pierde acompaña”, dijo el General, y sus múltiples herederos convirtieron la norma en doctrina.

La victoria de Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires entregó una nueva edición de ese vicio. Es que el deporte preferido de los políticos pareciera ser el “salto con garrocha”. Si se perdió, se cambia de camiseta por la del ganador. Lo explicitó, sin siquiera esforzarse en eufemismos, la senadora bonaerense Leonor Granados, hasta ayer representante del FpV: “Me sumo al Frente Renovador porque Massa es quien sacó más votos”.

La hermana del intendente de Ezeiza es una de las protagonistas de la foto actual. Antes lo habían hecho otros: en la Legislatura provincial, Baldomero “Cacho” Álvarez y Osvaldo Goicoechea, otrora adalides de la candidatura presidencial de Daniel Scioli desde La Juan Domingo, oficializaron su apoyo a Massa. Y así, de maneras más o menos explícitas, con gobernadores, intendentes, sindicalistas, candidatos, concejales, operadores…

A nadie parece importarle demasiado. Se está con el que se gana y no hay discusión posible. “La gente” va a entender, en última instancia se trata de mejorarle su calidad de vida. Y este desplazamiento inevitable es el que los soldados de Cristina Kirchner se proponen evitar a toda costa para octubre.

Por eso llama la atención que muchos se sorprendan, incluso entre los periodistas con trayectoria en la materia. ¿Acaso la política fue distinta alguna vez? Perdón, corregimos la pregunta: ¿sorprenden estos saltos en un sistema político carente de partidos? 

Desde la disolución en 2001 no puede esperarse nada: los partidos no existen, la “ideología” es la propia figura de cada candidato y los frentes que se arman y desarman conforman una regla incuestionable. Esa es la “calidad” por mejorar, una deuda de la que no está exenta ninguna fuerza con representación parlamentaria. No se equivocó el periodista Eduardo Blaustein cuando se preguntó, en el amanecer del extinto diario Crítica, si la “ideología” todavía existía.

Aunque, más allá de esta obviedad, quien sí sorprendió en los últimos días fue Carlos Kunkel, uno de los voceros más duros del núcleo cristinista. El legislador aclaró que no es “kirchnerista” sino “peronista”, y que en 2015 habrá un presidente del justicialismo “apoyado por el FpV”. No dijo ya un presidente del kichnerismo, ni siquiera uno que llegue con sello del FpV, sino que habló de un mandatario del amplio espectro peronista con respaldo, sí, de la fuerza hoy gobernante.

¿Se está preparando Kunkel, a su manera, para dar el salto? Si lo hace él, el primer y más duro kirchnerista junto a Diana Conti, a los pingüinos y camporistas y les quedará poco. ¿Sus declaraciones anticiparon el movimiento clásico o fueron concebidas para confundir? Como sea, no tiene demasiada importancia. A su alrededor todos ya están saltando.

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