6 enero, 2020
Alicia Kirchner comenzó su nuevo mandato con el viejo modelo: sin novedad de pago a los jubilados
Por Rubén Lasagno
Lo dijimos durante la campaña 2019, la gobernadora había “estabilizado” los pagos para suavizar su reelección al frente del Ejecutivo, pero si ganaba, inmediatamente volverían los ajustes y el retraso de los pagos al sector público. Y así comenzó a suceder.
Al 6 de enero la provincia aún no ha mostrado la mínima intención de anunciar el pago de las jubilación y tampoco del sector activo, sin embargo los ingresos por coparticipación en la provincia de Santa Cruz se han cuadruplicado en relación con los meses del año 2018 y el petróleo subió por segunda vez en 4 meses.
En nuestro a análisis previos y en los dos meses previos a las elecciones, explicamos cuál sería la metodología de la gobernadora: en ese momento cumplía con el pago en tiempo y forma, pero asumido su segundo mandato, volvería a retacear la billetera a los empleados públicos, más aún ahora que tiene el respaldo explícito y concreto del gobierno nacional en la aplicación de la misma receta que durante sus primeros 4 años fue la piedra en el zapato de los empleados públicos, el sector docente y de salud en la provincia.
Antes, el argumento para retrasar salarios y jubilaciones fue la falta de envíos de fondos por parte de Mauricio Macri, cuando todos sabíamos y lo demostramos a través de los números oficiales publicados, que en ese período entró más de tres veces de los fondos que le había enviado la ex presidente CFK en los últimos 4 años de mandato.
Ahora, posiblemente, el argumento que esgrima la gobernadora sea la crisis nacional heredada de Macri y el “esfuerzo” que ha pedido el gobierno nacional para estabilizar las cuentas públicas. Estas excusas contradicen todos los discursos de AK durante su campaña y persiste la intencionalidad de generar incertidumbre entre la población, al negarle a los trabajadores el pago de sus salarios y las recomposiciones por inflación, a los jubilados sus haberes mensuales y volver a sembrar la incertidumbre en una época donde la plata no alcanza y si no se la tiene alcanza menos, sin que se vea una actitud manifiesta del gobierno y la clase política en general, por achicar los gastos y contribuir con gestos de grandeza, a la restricción que desde el mismo gobierno se intenta imponer o al menos usar como justificación a la hora de negar el pago de salarios y jubilaciones en tiempo y forma.
Todo vuelve “a la normalidad”, es decir, el empleado público, los docentes, la salud y todos los dependientes del sector público, empiezan a mirar hacia arriba rogando que a la gobernadora se le abra el corazón y ordene pagar salarios o jubilaciones. La última plata que entró en sus bolsillos, fueron los correspondientes al SAC pagados alrededor del 20 de diciembre, después de eso, todo fue silencio desde el Ejecutivo. Como siempre, empleados públicos y jubilados provinciales deberán atenerse al humor de la gobernadora, para saber cuándo se encontrarán con su magro dinero. El relato volvió a Santa Cruz y aquellas promesas de “equilibrio” y “superavit” eran solo la zanahoria colocada delante el burro para recoger el voto de los incautos que le creyeran. Solo faltan 4 años y excepto que la gente se enoje en serio y salga a la calle a luchar por sus derechos pisoteados, se ha comenzado a cumplir lo que habíamos predicho mucho antes de que el kirchnerismo ganara en las urnas. Lamentamos mucho, a quienes no creyeron o supusieron, en verdad, que podrían haber cambiado.
(Agencia OPI Santa Cruz)
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